Las asturianas María Méndez y Lucía García estuvieron en la final de la Eurocopa que España perdió en los penaltis ante Inglaterra. La Roja fue mejor, pero la gloria se le escapó en el último suspiro.
Asturias estuvo allí. Estuvo en el césped del St. Jakob-Park de Basilea, bajo los focos de una final que España dominó de cabo a rabo, pero que se llevó Inglaterra en esa ruleta rusa cruel llamada tanda de penaltis. El fútbol femenino español vivió una noche dolorosa, pero también histórica. Y el Principado puede sentirse orgulloso: dos de las 23 elegidas para disputar la final continental tienen raíces asturianas.
María Méndez, central ovetense del Real Madrid, y Lucía García, forjada en el Oviedo Moderno y actual delantera internacional, formaron parte del bloque que rozó el cielo con la yema de los dedos. España hizo todo para ganar: más posesión, más ocasiones, más fútbol… pero menos acierto desde los once metros. El 1‑1 tras 120 minutos de batalla llevó la final a la tanda, donde solo Patri Guijarro acertó. Inglaterra, con temple y precisión, se coronó por segunda vez consecutiva.
Un partido para enmarcar… salvo el final
Mariona Caldentey abrió la cuenta en el minuto 25 tras una jugada colectiva de manual, y España acarició el título hasta que Alessia Russo igualó en el 57 con un cabezazo inesperado. Desde entonces, todo fue tensión, orgullo, nervio. Cata Coll sostuvo al equipo con varias paradas de escándalo —incluidas dos penas máximas— pero el destino ya tenía planes distintos para esta generación que merecía la triple corona tras el Mundial y la Nations League.
Asturias tiene cantera… y futuro
La participación de Méndez y García no es anecdótica. Es el reflejo de un trabajo de base que empieza a dar sus frutos. Asturias, durante años ausente en la élite, ha vuelto a meter talento en la absoluta. Y no en cualquier cita: en una final de Eurocopa. “María Méndez tiene jerarquía, salida de balón y colocación; Lucía, desequilibrio y olfato”, describen desde la Federación Asturiana. A este paso, no será raro que pronto veamos más camisetas rojas con acento astur en las grandes citas.
Honor sin copa, gloria sin título
Las jugadoras acabaron rotas, algunas hundidas, otras con la mirada perdida. Pero su recorrido, su estilo y su ejemplo ya forman parte del legado del fútbol español. Jugaron, dominaron y emocionaron. Y aunque la copa se fue al vestuario inglés entre cánticos de Sweet Caroline, la ovación más larga se la llevó España. Y entre ese aplauso retumbó la emoción de una región entera: Asturias estuvo allí, y estará más.
Porque esto no ha terminado. Esto acaba de empezar.