Un filo entre la multitud: un vigilante apuñalado en plena noche del Boombastic

Un filo entre la multitud: un vigilante apuñalado en plena noche del Boombastic

Era la segunda jornada del Boombastic en La Morgal. Miles de personas seguían bailando, entre luces estroboscópicas, alcohol y una euforia colectiva que parecía inagotable. En ese instante, sobre la 01:50 de la madrugada, una llamada de radio alertaba al puesto de control: uno de los vigilantes de seguridad del recinto acababa de ser apuñalado.

La escena se produjo en una de las zonas laterales del festival, donde un hombre, visiblemente alterado, había comenzado a increpar y empujar a otros asistentes. Los miembros del equipo de seguridad intentaron calmarle, pero fue inútil. Cuando uno de los vigilantes se dispuso a acompañarle hacia la salida, el individuo sacó una navaja y le asestó una puñalada en el antebrazo derecho.

El golpe fue seco. El vigilante cayó al suelo mientras varios compañeros lo rodeaban y otros reducían al agresor. Aún en el suelo, el herido mantuvo la consciencia. La hoja no había alcanzado ninguna arteria principal. Los servicios médicos del festival le aplicaron los primeros auxilios en una carpa cercana, y posteriormente fue trasladado a un centro de salud para recibir varios puntos de sutura. Horas más tarde, recibió el alta.

El agresor, un varón de 32 años natural de Madrid, no opuso resistencia una vez inmovilizado. Según las fuentes consultadas, no contaba con antecedentes penales, pero sí constaba un historial clínico de alteraciones psiquiátricas. A su llegada, la Guardia Civil lo custodiaba en todo momento, pero no fue posible llevarle directamente al cuartel: fue derivado al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) debido a su estado de agitación. Allí permanece ingresado, bajo vigilancia, y a la espera de valoración médica y judicial.

El dispositivo de seguridad, coordinado entre la organización del festival, la empresa privada contratada y efectivos de la Guardia Civil, actuó con rapidez. Según testigos, la intervención fue eficaz y evitó una situación potencialmente catastrófica, dada la densidad del público en ese momento.

La organización del Boombastic ha condenado los hechos enérgicamente. En un mensaje transmitido internamente a los trabajadores y posteriormente difundido a través de canales oficiales, se reafirma el compromiso con la seguridad y el bienestar de asistentes y profesionales. Se han reforzado los controles de acceso y la vigilancia interna, tanto con agentes uniformados como de paisano, para garantizar que lo ocurrido no se repita.

El festival, que reúne a decenas de miles de personas en el complejo de La Morgal, continúa con su programación habitual. En el cartel de esta edición figuran más de cincuenta artistas, entre ellos Estopa, Steve Aoki, Nicky Jam, Bad Gyal y Emilia. El suceso no ha interrumpido los conciertos ni las actividades paralelas.

Pero bajo el estruendo de los bajos, la luz de los focos y la euforia colectiva, algo se quebró anoche. Un instante fugaz que nos recuerda que, incluso en los espacios diseñados para la evasión y la alegría, la violencia puede colarse sin avisar. Un filo escondido entre la multitud, una alerta que obliga a repensar los protocolos de seguridad de los grandes eventos.

El vigilante herido se recupera bien. Y aunque en sus palabras no hay rencor, sí hay una advertencia clara: "Podía haber sido mucho peor".

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