La Escuela de Asturianía acoge a descendientes de emigrantes de América Latina, Madrid y Andalucía para formarlos como difusores de la identidad asturiana en sus países y comunidades de origen
Asturias vuelve a tender puentes con quienes llevan su identidad más allá de nuestras fronteras. El Gobierno del Principado ha inaugurado hoy el segundo curso de la séptima promoción de la Escuela de Asturianía, un programa singular que convierte a descendientes de emigrantes asturianos en auténticos embajadores culturales.
Durante dos semanas —hasta el 31 de julio—, 26 personas procedentes de Uruguay, Chile, México, Venezuela, Argentina, Madrid y Andalucía se formarán en las raíces culturales de Asturias para luego transmitir ese conocimiento en sus respectivos países y comunidades. La Escuela de Música Tradicional Manolo Quirós de Oviedo/Uviéu es el escenario elegido para esta inmersión.
Un aula para la cultura viva
El programa incluye clases de gaita asturiana, baile tradicional y llingua asturiana, pilares fundamentales del patrimonio identitario del Principado. Pero va mucho más allá de lo académico: los participantes también vivirán rutas guiadas, visitas culturales y experiencias en entornos rurales, para que puedan interiorizar la esencia de Asturias con todos los sentidos.
"No es solo un curso: es una conexión emocional con la tierra de sus abuelos", destacan fuentes de la Consejería de Presidencia, Reto Demográfico, Igualdad y Turismo, impulsora de esta iniciativa.
Formación para formar
El objetivo de la Escuela no es únicamente didáctico, sino también estratégico: capacitar a los participantes para que se conviertan en formadores y promotores culturales en los 37 centros reconocidos con el título de “asturianía” que existen repartidos por América y otras regiones españolas.
Gracias a ellos, Asturias no es solo una tierra que se recuerda: es una identidad que se transmite, se canta, se baila y se habla incluso a miles de kilómetros del Cantábrico.
Paridad, diversidad y orgullo de origen
Esta edición se distingue además por su equilibrio: participan 13 mujeres y 13 hombres, en un claro reflejo del compromiso con la igualdad. Los perfiles son diversos, pero todos comparten un mismo anhelo: reconectar con sus raíces asturianas y mantener viva una herencia cultural que late en la distancia.
El Principado refuerza así su política de vinculación con la diáspora, apostando por iniciativas que trascienden lo simbólico y se convierten en herramientas reales para preservar y expandir la cultura asturiana en el mundo.