• Empresas y particulares compran viviendas heredadas antes de que se repartan legalmente, aprovechando la falta de acuerdo familiar o la urgencia económica.
• El auge de la nuda propiedad y la presión fiscal convierte lo que fue legado en mercancía.
• Solo en el último año, Asturias ha perdido cientos de casas familiares que han terminado en manos de fondos o inversores.
En una aldea de Aller, una casona de piedra con hórreo lleva más de diez años cerrada. Su interior sigue intacto, con las fotos familiares en la cómoda, la cristalería en el aparador y una postal de Covadonga enmarcada sobre el televisor. Pero su futuro, como el de miles de inmuebles en la Asturias vacía, ya no está en manos de los herederos.
El crecimiento del negocio inmobiliario sobre herencias no resueltas o gestionadas con urgencia se ha convertido en uno de los fenómenos silenciosos más preocupantes en el interior de la región. Casas abandonadas, fincas familiares y propiedades rurales están pasando a manos de especuladores que aprovechan grietas legales, vacíos fiscales o simplemente, la desesperación.
La herencia como negocio: cuando el legado se convierte en activo
Las cifras asustan. Según datos cruzados de notarios y registros de la propiedad, más de 100.000 viviendas están actualmente vacías en Asturias, muchas vinculadas a herencias no tramitadas o abandonadas. En 2024, el 22% de las transmisiones patrimoniales se realizaron en zonas rurales con menos de 5.000 habitantes. En muchos casos, los propios herederos nunca pusieron un pie en las viviendas.
En esa brecha entran inversores privados, empresas de gestión patrimonial e incluso fondos rurales que adquieren propiedades en fase de herencia, antes de que haya adjudicación oficial. El mecanismo es sencillo: localizan casas abandonadas, contactan con los herederos —muchas veces varios hermanos sin acuerdo— y ofrecen una salida rápida a cambio de un precio muy por debajo del valor real.
“En algunos casos compran a 8.000 o 12.000 euros casas que, rehabilitadas, superan los 100.000”, advierte un notario de la zona de Pravia que pide anonimato.
El auge silencioso de la nuda propiedad
Otra vía cada vez más frecuente es la venta en nuda propiedad: el propietario vende la casa pero sigue viviendo en ella hasta su fallecimiento. A cambio, recibe una suma pactada. En los últimos dos años, este modelo se ha disparado en Asturias, con especial incidencia en concejos como Grado, Tineo, Salas o Villaviciosa.
“Es una forma digna de asegurarte una vejez con ingresos, pero en muchos casos los hijos se enteran tarde y la herencia ya no está”, explica una abogada especializada en sucesiones.
La venta de la nuda propiedad no requiere la firma de los herederos y es completamente legal, aunque deja fuera del testamento una parte fundamental del patrimonio familiar.
Herencias con sorpresa: multas de hasta 60.000 euros
El problema se agrava cuando los herederos desconocen los plazos y condiciones del Impuesto de Sucesiones. Recientemente, el Tribunal Superior de Justicia de Asturias condenó a dos herederos que vendieron la casa antes de tiempo a pagar una sanción de 60.000 € al perder el beneficio fiscal por transmisión familiar.
En otro caso, una mujer asturiana que intentó declarar la herencia de su madre en el País Vasco para evitar pagar en Asturias fue sancionada con 31.000 euros tras demostrarse que la madre vivía en Gijón.
“Cada vez es más frecuente ver familias desbordadas por trámites, que firman lo primero que les ofrecen sin entender las consecuencias”, explican desde el Colegio de Gestores Administrativos del Principado.
“Yo solo quería que mis hijos tuvieran algo…”
María, 81 años, vecina de un pequeño pueblo en el concejo de Piloña, vendió la nuda propiedad de su casa por 22.000 euros a una empresa con sede en Valencia. Vive allí con tranquilidad, “pero mis hijos ya no heredarán esta casa”, admite. “No fue por egoísmo, fue porque no me llegaba la pensión”.
Testimonios como el suyo se repiten. En muchos casos, el conflicto no es entre especulador y anciano, sino entre padres e hijos con visiones distintas sobre qué hacer con lo heredado.
Un mapa de pueblos en venta
Mieres, Cangas del Narcea, Lena, Taramundi, Boal... son algunos de los concejos donde más se ha detectado este tipo de transacciones. En ocasiones, los nuevos propietarios no rehabilitan ni alquilan: simplemente esperan a que el valor aumente, manteniendo la casa cerrada como inversión a futuro.
“Esto no es recuperación rural. Es una burbuja disfrazada de solución para el abandono”, denuncian desde la plataforma vecinal Pueblos con Futuro, que pide controles y ayudas para que los herederos no se vean obligados a vender a la baja.
¿Qué se puede hacer?
1. Registro público de transacciones de nuda propiedad. Para que los herederos puedan conocer y prever su impacto.
2. Asesoramiento gratuito en ayuntamientos. Especialmente en municipios envejecidos o sin notaría propia.
3. Incentivos a la rehabilitación participada. Proyectos que impliquen a las familias, ayuntamientos e inversores.
4. Aceleración de trámites sucesorios. Actualmente pueden tardar más de un año en resolverse.
5. Campañas informativas sobre herencias y fiscalidad. Urgente para evitar que lo que fue un legado se convierta en una carga o en un regalo para terceros.
¿Patrimonio o producto?
La Asturias vacía está llena de casas que fueron refugio, herencia, símbolo. Hoy, muchas de ellas cambian de manos sin que la familia siquiera lo sepa o lo entienda del todo.
Este no es solo un problema legal o fiscal. Es una cuestión cultural, emocional y de justicia social. Recuperar lo nuestro pasa también por repensar cómo queremos heredar, cuidar y transmitir nuestro pasado.