Asturias se asoma al abismo del colapso sociosanitario: “Dentro de unos años, no habrá quien nos cuide”

Asturias se asoma al abismo del colapso sociosanitario: “Dentro de unos años, no habrá quien nos cuide”

 

La región necesita contratar a 10.000 profesionales sociosanitarios antes de 2030 para evitar el colapso del sistema de atención
Las bolsas de empleo están vacías y las residencias públicas no logran cubrir ni las plazas mínimas
Más de 1.400 personas han muerto en lista de espera en solo un año, y 10.000 siguen sin recibir la ayuda a la que tienen derecho

 

Asturias está envejeciendo a un ritmo vertiginoso, pero su sistema de cuidados se está quedando sin quien lo sostenga. Según datos oficiales, la región necesitará incorporar 10.000 nuevos profesionales sociosanitarios antes de 2030 si quiere seguir atendiendo a su población dependiente. La advertencia no es nueva, pero ahora empieza a sonar como una alarma insoportable: la bolsa de empleo está vacía, los centros públicos sin cubrir, y el colapso ya ha comenzado.

“No hay manos para cuidar”

Lo dicen sindicatos, técnicos, personal de residencias, enfermeras, médicos de familia y hasta responsables políticos en voz baja: no hay suficientes manos para cuidar, ni ahora ni en el futuro inmediato. La Consejería de Derechos Sociales admite que será necesario casi duplicar el personal del sector en apenas cinco años, pasando de unos 13.500 trabajadores actuales a más de 25.000.

La realidad es que no hay candidatos. Se abren bolsas de empleo y no se presenta nadie. Y si lo hacen, duran semanas antes de pedir traslado o renunciar”, resume una responsable del ERA (Establecimientos Residenciales para Ancianos), el mayor organismo público de cuidados en Asturias.

Residencias públicas vacías por dentro… y por fuera

Mientras cientos de familias esperan durante meses —o años— para conseguir plaza para un familiar dependiente, las residencias públicas tienen camas vacías que no pueden ocuparse por falta de personal. En el ERA, la fuga de profesionales hacia el SESPA es constante: los sueldos son más bajos, no hay convenio propio, y no se reconocen como puestos de difícil cobertura.

“No podemos competir. Mientras las enfermeras se marchan a hospitales, nosotros improvisamos turnos y doblamos jornadas. Lo que se está haciendo con las personas mayores en esta comunidad es una forma silenciosa de abandono”, confiesa una trabajadora social que lleva 14 años en el sistema.

1.415 muertos esperando ayuda

El último dato es demoledor: 1.415 personas murieron en Asturias en el último año mientras esperaban una prestación del sistema de dependencia. Y eso no es todo: casi 10.000 personas más siguen atrapadas en el limbo de la espera, según datos del Observatorio Estatal de la Dependencia. En la lista están personas mayores, personas con discapacidad, pacientes crónicos sin red familiar o jóvenes con daño cerebral que necesitan apoyos continuos.

Asturias, considerada una de las regiones más envejecidas de Europa, suspende en dependencia: obtiene un 3,9 sobre 10 en inversión y gestión. Apenas hay plazas públicas nuevas, ni atención domiciliaria suficiente, ni personal formado para lo que viene.

La tormenta perfecta: falta de formación, baja oferta, salarios bajos

A este drama se suma otro: la oferta formativa no está respondiendo a la demanda real del sector. No se están formando técnicos en atención sociosanitaria ni auxiliares de geriatría al ritmo necesario. Los salarios bajos, la sobrecarga emocional, la temporalidad y las condiciones precarias expulsan al talento que sí se forma.

“Hay jóvenes que hacen el ciclo de grado medio, pero luego se van a la hostelería o al extranjero. Aquí el trabajo no compensa. Y si no invertimos ahora, en cinco años no habrá quien cuide de nuestros mayores”, avisa el sociólogo Juan Hernández Yáñez, del Observatorio de Cuidados de Asturias.

¿Qué futuro nos espera?

La pregunta que recorre los pasillos de los centros de día, los despachos sindicales y las reuniones internas del SESPA es siempre la misma: ¿quién cuidará de nosotros cuando lo necesitemos?

No es una exageración. Si no se ejecutan políticas urgentes de contratación, estabilización y dignificación del sector, la próxima gran crisis de Asturias no será una económica, ni una climática, sino una crisis humana: miles de personas abandonadas, sin atención, sin cuidado, sin consuelo.

El tiempo se agota. Y el silencio, en este caso, también mata.

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