Asturias redibuja la gestión de sus reservas de la biosfera para impulsar un desarrollo sostenible más realista y participativo

Asturias redibuja la gestión de sus reservas de la biosfera para impulsar un desarrollo sostenible más realista y participativo

El Gobierno adapta las zonas núcleo, tampón y de transición a las necesidades reales de cada territorio y refuerza la participación ciudadana con nuevas normas más ágiles y transparentes

 

La Consejería de Movilidad, Medio Ambiente y Gestión de Emergencias del Principado ha iniciado una ambiciosa transformación en la gestión de las siete reservas de la biosfera de Asturias, adaptando sus zonas funcionales —núcleo, tampón y de transición— a la realidad socioeconómica actual de cada territorio. El objetivo es claro: equilibrar la conservación de los valores naturales con un desarrollo económico sostenible que beneficie a las comunidades que habitan y cuidan estos espacios protegidos.

Esta revisión técnica y normativa sigue las recomendaciones del Plan de Acción de Ordesa y Monte Perdido del Programa Hombre y Biosfera (MaB) de la Unesco, y busca dotar a cada reserva de un marco de gestión más operativo, coherente y adaptado a sus singularidades. Así, las zonas núcleo seguirán siendo áreas estrictamente protegidas; las zonas tampón actuarán como espacios de amortiguación; y las zonas de transición incorporarán actividades humanas que sean compatibles con los principios de sostenibilidad.

Pero no solo se trata de adaptar mapas y zonificaciones. El Gobierno asturiano también está decididamente volcado en reforzar la gobernanza participativa en estos espacios naturales de alto valor ecológico. Para ello, la Dirección General de Custodia del Territorio y Prevención de Incendios ha planteado una revisión de los reglamentos de los foros de participación social, que incluye medidas innovadoras como la posibilidad de adoptar acuerdos telemáticamente a través de procedimientos escritos con pronunciamiento electrónico.

Estas reformas persiguen aumentar la transparencia, la trazabilidad de las decisiones, el seguimiento de acuerdos y la implicación de todos los agentes locales, desde asociaciones vecinales y ganaderas hasta colectivos ambientales y administraciones. Además, se contempla la creación de grupos de trabajo temáticos, que podrán abordar de forma especializada retos clave como la gestión forestal, la actividad ganadera, el uso público o la educación ambiental.

La implementación del nuevo modelo ha comenzado ya en las reuniones de los propios foros. La semana pasada se presentó en Muniellos y este martes en Las Ubiñas-La Mesa, donde se ha dado traslado de los cambios propuestos. En las próximas semanas, el Ejecutivo asturiano completará el recorrido por el resto de las reservas: Somiedo, Redes, Picos de Europa, Oscos-Eo y Ponga.

Esta actualización normativa y funcional consolida a Asturias como referente nacional en gestión integrada de espacios protegidos, alineando sus políticas con los estándares más avanzados de la UNESCO y poniendo a las personas en el centro del modelo de conservación. La sostenibilidad, en esta nueva etapa, no es solo un objetivo ambiental, sino también una estrategia para fortalecer el tejido social y económico de las zonas rurales.

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