El antiguo complejo minero de Aller se convertirá en una plataforma de simulación lunar con tecnología puntera. El proyecto, impulsado por el Gobierno asturiano y la Universidad de Oviedo, busca posicionar a la región en la vanguardia de la industria aeroespacial.
Asturias quiere mirar al cielo… desde sus profundidades. El Gobierno del Principado ha reafirmado su apuesta por posicionarse como referente en el emergente sector aeroespacial, con un proyecto pionero que transformará las entrañas del pozo minero Santiago, en Aller, en una plataforma de simulación lunar. Se trata de una ambiciosa iniciativa científica y tecnológica que aspira a colocar a la región en el radar europeo de la innovación espacial.
El consejero de Ciencia, Industria y Empleo, Borja Sánchez, ha subrayado que el proyecto busca anticiparse a una industria que está llamada a revolucionar la economía en los próximos años. “Estamos sembrando en un terreno que dentro de poco será estratégico. La industria aeroespacial crecerá, y Asturias no puede quedarse al margen”, ha asegurado.
Un laboratorio lunar bajo tierra
El proyecto tiene como eje central la reconversión de una de las galerías del antiguo pozo Santiago en un espacio de pruebas de nuevas tecnologías para la habitabilidad de la Luna, recreando las condiciones de los túneles de lava sublunares que se estudian como posibles asentamientos para misiones permanentes en el satélite.
“Queremos crear una infraestructura subterránea que sirva como entorno de simulación realista y banco de ensayos para desarrollos tecnológicos espaciales”, ha detallado Sánchez.
El modelo de referencia para esta iniciativa es el Laboratorio Subterráneo de Canfranc, en el Pirineo aragonés, que combina ciencia de frontera con infraestructura física de primer nivel. Asturias quiere seguir esa misma senda, pero con un enfoque diferencial: la investigación de condiciones para una futura colonia lunar humana.
Conexión entre ciencia, industria y territorio
La iniciativa no será solo una apuesta científica, sino también industrial y económica. Sánchez ha remarcado que este tipo de plataformas generan tracción para empresas tecnológicas y sectores vinculados como el de la defensa, que también gana presencia en Asturias.
La Universidad de Oviedo, a través del Instituto de Ciencias y Tecnologías Espaciales de Asturias (ICTEA), jugará un papel clave en la definición del contenido del proyecto. Ambas instituciones están trabajando en la redacción de un convenio marco que permita sentar las bases de colaboración.
“Es una oportunidad para demostrar que Asturias está impulsando proyectos únicos, con capacidad para atraer talento, inversión y visibilidad internacional”, ha subrayado el consejero.
Sin plazos cerrados, pero con horizonte claro
Aunque Borja Sánchez ha evitado fijar fechas, sí ha señalado que el objetivo es que el proyecto dé sus primeros pasos en esta misma legislatura, avanzando en una hoja de ruta que incorpore elementos singulares y no replicables en otros lugares.
“Esto no es solo una idea, es una visión. Si conseguimos convertir el pozo Santiago en una plataforma cislunar, enviaremos al mundo el mensaje de que Asturias es tierra de minería, sí, pero también de ciencia, tecnología y futuro”, ha declarado el titular de Ciencia.
Un impulso al nuevo modelo económico asturiano
Esta apuesta por el espacio se enmarca en una estrategia más amplia del Gobierno asturiano para diversificar su economía, fomentar la I+D+i y atraer industrias de alto valor añadido. El sector espacial europeo mueve ya más de 60.000 millones de euros anuales y crece por encima del 10 % cada año, con aplicaciones que van desde la energía hasta la salud, pasando por la sostenibilidad o la defensa.
Con esta nueva plataforma, Asturias aspira a convertirse en un nodo singular dentro del ecosistema aeroespacial europeo, demostrando que incluso desde una antigua mina se puede impulsar el próximo salto de la humanidad fuera de la Tierra.