En Baleares, la entrada de un inmueble de 90m2 puede requerir hasta 25 años de ahorros, lo que agrava la precariedad en la emancipación juvenil y el acceso a la vivienda
El acceso a la vivienda se ha consolidado como una de las mayores preocupaciones de los españoles, un tema que sigue tomando fuerza especialmente entre los más jóvenes. El encarecimiento del mercado de alquiler, que no cesa de aumentar a ritmos frenéticos, contrasta con el creciente deseo de adquirir una vivienda en propiedad, un sueño que parece cada vez más lejano para gran parte de la población. Según un reciente estudio del portal inmobiliario pisos.com, los españoles necesitan, de media, más de 12 años de ahorros para poder afrontar la entrada de una vivienda, una cifra que pone en evidencia la grave dificultad del acceso a la propiedad en el país.
Este análisis muestra que, si una persona ahorra un 20% de su salario mensual (460,37€ de un salario medio bruto de 2.301,85€), tarda más de una década en reunir el monto necesario para la entrada de un piso de 90 metros cuadrados, cuyo precio medio en España alcanza los 222.166€ (2.469€ por metro cuadrado). Sin embargo, las condiciones varían drásticamente dependiendo de la región, y las diferencias entre comunidades autónomas son notorias.
Comunidades más afectadas por los altos precios de la vivienda
La comunidad autónoma de Baleares se lleva la peor parte, con un precio medio de 451.190€ por un inmueble de 90m2, lo que obliga a una persona con el salario medio de la comunidad (2.254,93€ brutos) a ahorrar durante 25 años para poder pagar la entrada de una vivienda. Le siguen Madrid, con 18 años, y Canarias, con 14 años de ahorros. En País Vasco y Cataluña, la cifra también es elevada, alcanzando los 14 y 13 años, respectivamente.
En cambio, otras comunidades presentan condiciones algo más favorables para el acceso a la vivienda. En Extremadura y Castilla-La Mancha, donde el precio medio de un inmueble es de 81.697€ y 88.271€, respectivamente, el esfuerzo de ahorro se reduce a 5 años. Castilla y León, La Rioja y Aragón también muestran una mejora significativa, con un promedio de 7 y 8 años de ahorro, respectivamente.
A pesar de las variaciones regionales, la tendencia generalizada es un coste cada vez mayor para acceder a la propiedad, una situación que se ha acentuado en los últimos años por la falta de políticas efectivas de apoyo a la adquisición de vivienda y la crisis económica que afecta a gran parte de la población.
Las dificultades de los jóvenes: una generación atrapada entre la precariedad y los precios desorbitados
La situación se complica aún más para los jóvenes, que son los más afectados por la inestabilidad laboral y la precariedad salarial. De acuerdo con el informe de la Agencia Tributaria, un joven de entre 24 y 35 años percibe un ingreso medio anual de 20.397 euros brutos, lo que, manteniendo el mismo porcentaje de ahorro, les obligaría a ahorrar durante 16 años para reunir la entrada de una vivienda media en España. Sin embargo, en regiones como Baleares, el tiempo de ahorro se dispara hasta los 33 años, lo que hace casi imposible la emancipación para esta generación. En Madrid, el esfuerzo de ahorro es de aproximadamente 25 años, en Canarias supera los 18, y en Cataluña, la media se sitúa en los 16 años.
Ferran Font, director de Estudios de pisos.com, advierte que “la precariedad laboral, el encarecimiento de la vivienda y la falta de ayudas efectivas para la emancipación juvenil” están detrás de esta alarmante situación. En su opinión, “sin políticas que faciliten la independencia de los jóvenes, la tasa de emancipación juvenil en España seguirá siendo una de las más bajas de Europa”, lo que repercute directamente en la calidad de vida de esta franja de la población, condenada a convivir con una creciente dificultad para acceder a un hogar propio.
Un futuro incierto para la vivienda en España
Este estudio pone de manifiesto la profunda crisis que atraviesa el acceso a la vivienda en España, particularmente en las zonas más afectadas por los precios desorbitados. Las dificultades económicas y laborales de los jóvenes, sumadas a la creciente escasez de ayudas gubernamentales, sitúan al país en una posición de desventaja con respecto a otros países europeos, donde las políticas de vivienda son más eficaces y accesibles.
Si no se implementan medidas que faciliten el acceso a la vivienda y que den prioridad a los jóvenes como actores principales en este proceso, el sueño de la propiedad puede seguir siendo una utopía para generaciones enteras. Mientras tanto, las soluciones deben pasar por una reflexión profunda sobre cómo hacer más accesible el mercado inmobiliario y garantizar que todos los ciudadanos, independientemente de su edad o situación laboral, tengan la oportunidad de construir un futuro estable.