Asturias lanza un escudo protector para los menores en campamentos y actividades de ocio

Asturias lanza un escudo protector para los menores en campamentos y actividades de ocio

La nueva guía y protocolo del Principado blinda la infancia frente a abusos físicos o psicológicos con la figura clave del "delegado de protección"

 

• Derechos Ciudadanos presenta el nuevo protocolo para evitar cualquier forma de violencia en entornos recreativos
• El plan se aplicará en todas las actividades con pernocta y más de seis menores, y busca erradicar el acoso con una estrategia inclusiva
• Asturias acoge cada año a cerca de 9.000 niños y niñas en este tipo de actividades

 

Asturias refuerza su compromiso con la infancia. La Viceconsejería de Derechos Ciudadanos ha presentado en Oviedo una nueva guía y protocolo para prevenir la violencia contra menores en actividades de ocio y tiempo libre, especialmente en campamentos, colonias y convivencias estivales. La medida, pionera en su enfoque práctico y pedagógico, busca detectar de forma temprana cualquier tipo de abuso o maltrato, ya sea físico, psicológico o social, que pueda afectar a los niños, niñas y adolescentes que participan en estas iniciativas recreativas.

Una figura clave: el delegado de protección

Durante la jornada, dirigida a un público profesional del sector —monitores, coordinadores, empresas, escuelas de tiempo libre y estudiantes—, la viceconsejera Beatriz González Prieto ha señalado que esta actuación se integra en el marco legal de la Ley del Menor y la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia, con especial atención a los colectivos más vulnerables.

El punto neurálgico del protocolo es la creación obligatoria de la figura del delegado o delegada de protección, una persona claramente identificable, presente en cada actividad, y a quien los menores puedan acudir con confianza si sufren o detectan situaciones de acoso, discriminación o violencia.

“El delegado de protección es la persona que pone rostro y atención directa a la seguridad de los menores”, subrayó González.

Un enfoque que apuesta por el buen trato

Por su parte, el director general de Juventud, Francisco de Asís Fernández Olanda, ha valorado el protocolo como un paso necesario para consolidar a Asturias como un entorno seguro también durante el tiempo de ocio:

“Queremos que Asturias no solo sea un paraíso natural, sino también un paraíso educativo, recreativo y de protección para los menores”.

Fernández Olanda ha recalcado que estas medidas no deben abordarse desde la desconfianza o el castigo, sino desde una mirada inclusiva, preventiva y de sensibilización colectiva, que promueva relaciones respetuosas, diversidad y buen trato entre los jóvenes.

“Es esencial construir un sentimiento de comunidad entre los menores. Que sean ellos mismos quienes rechacen la violencia y promuevan entornos seguros”, afirmó.

9.000 menores protegidos cada año

El alcance del protocolo es relevante: se aplicará a todas las actividades que incluyan pernocta y participen más de seis menores, abarcando así gran parte de los programas estivales y formativos de la comunidad. Cada año, cerca de 9.000 niños y niñas participan en este tipo de experiencias en Asturias, lo que pone de manifiesto la necesidad de dotar a monitores y responsables de una "caja de herramientas" clara, útil y legalmente avalada.

La guía, según explicó la viceconsejera, ofrece pautas prácticas, modelos de actuación y recursos para formar adecuadamente a los delegados de protección, resolver conflictos y actuar con diligencia ante cualquier sospecha o confirmación de maltrato.

Un sector comprometido y colaborador

El evento contó también con la participación de Clara Sierra Caballero, directora general de Infancia; Inmaculada Rodríguez, fiscal de la Sección del Menor; y Antonia Fuentes, letrada experta en Derecho del Menor, quienes pusieron de relieve los aspectos legales, judiciales y sociales del protocolo.

Fernández Olanda cerró la jornada destacando el gran interés y colaboración del sector, que —en muchos casos— ya aplica normas y buenas prácticas por iniciativa propia.

“Están comprometidos porque saben que estas medidas protegen lo más importante: la confianza de las familias y el bienestar de los menores”, concluyó.

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