La reforma baja el primer tramo autonómico al 9 %, sube los mínimos personales y eleva la tributación a las rentas más altas para garantizar la justicia fiscal
El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, ha anunciado este miércoles una importante rebaja del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) que supondrá, según sus palabras, un “alivio tributario para las clases medias y trabajadoras” y una apuesta decidida por reforzar una vía fiscal asturiana “justa, progresiva y suficiente”.
Durante la sesión de control al Gobierno celebrada en la Junta General, Barbón ha detallado una reforma tributaria que beneficiará directamente a siete de cada diez contribuyentes asturianos, especialmente a quienes declaran rentas anuales inferiores a 35.000 euros. “Con esta reforma garantizamos la progresividad del sistema, al contribuir más quienes más ganan y concentrar todo el ahorro fiscal en quienes menos tienen”, ha afirmado el jefe del Ejecutivo autonómico.
Principales medidas de la reforma fiscal asturiana
La propuesta, fruto del acuerdo entre las fuerzas que sustentan al Gobierno, incorpora los siguientes cambios:
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Reducción del tipo autonómico del primer tramo del IRPF: baja del 10 % al 9 %, lo que aliviará la presión fiscal sobre las rentas más bajas.
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Aumento del mínimo personal y familiar exento de tributación en un 10 %, lo que permitirá que una parte mayor de los ingresos no tribute, especialmente entre trabajadores con cargas familiares.
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Revisión del cuarto tramo autonómico, que sube del 18,5 % al 19,2 %.
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Incremento del tipo para rentas superiores a 175.000 euros, que pasa del 25,5 % al 26 %, reforzando el principio de equidad.
Un modelo de justicia fiscal con impacto en la mayoría social
Según las estimaciones del Ejecutivo, la reforma tendrá efectos positivos en casi el 80 % de los declarantes asturianos, a quienes Barbón ha calificado como “la gran mayoría social”. “Es a esa mayoría a la que debemos responder desde el Gobierno”, ha recalcado, insistiendo en que la reforma no supone un debilitamiento de los ingresos públicos, sino un reparto más justo y equilibrado de la carga fiscal.
Barbón ha defendido que esta vía fiscal “permite proteger el estado del bienestar, fortalecer los servicios públicos y estimular la inversión productiva sin descargar el esfuerzo sobre quienes más lo necesitan”. Y ha subrayado que no se trata solo de números: “La justicia fiscal es imprescindible para la justicia social”.
Llamamiento al consenso parlamentario
La reforma será trasladada oficialmente a la diputada del Grupo Mixto, Covadonga Tomé, quien apoyó los presupuestos autonómicos de este año. Barbón ha hecho también un llamamiento al Partido Popular para que reconsidere su postura tras haber rechazado las cuentas del Principado: “Si de verdad quieren beneficiar a las clases medias y trabajadoras, tienen ahora una fantástica ocasión. Apoyen esta reforma. De lo contrario, quedará claro qué intereses defendían con sus propuestas: beneficiar a los que más tienen”, ha zanjado.
Un nuevo paso en la singularidad fiscal asturiana
La medida consolida una senda fiscal diferenciada para Asturias, que se aleja tanto del modelo de bajadas masivas de impuestos impulsado por otras comunidades como del inmovilismo. Con esta reforma, el Principado profundiza en un modelo que redistribuye, permite crecer sin desigualdades y asegura el sostenimiento del gasto social.
La iniciativa llega además en un momento clave, cuando muchas regiones están replanteando sus estrategias tributarias ante las crecientes demandas de financiación para servicios públicos esenciales. Asturias lanza así un mensaje claro: bajar impuestos a quien lo necesita sí, pero sin regalar privilegios a las rentas más altas.