El presidente del Principado, Adrián Barbón, ha defendido en la conmemoración del Día del Exilio la necesidad de mantener viva la memoria histórica para evitar los errores del pasado, advirtiendo sobre el peligro de que el "extremismo reaccionario aceche en cada elección y en cada esquina del mundo, también en Europa". En el marco del acto institucional Con los niños de la guerra, organizado por el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática, Barbón destacó la importancia de recordar a las más de 500.000 personas que abandonaron España durante la Guerra Civil y la dictadura para huir de la represión.
Una mirada hacia el pasado para proteger el futuro
El evento, celebrado en Asturias, coincidió con el 80º aniversario de la victoria europea sobre el nazismo de 1945. Durante su intervención, Barbón recordó el impacto del exilio, resaltando que la huida de miles de niños y familias desde el puerto de El Musel es parte fundamental de la historia de la región. "Nuestro propósito al reunirnos aquí es rendir homenaje y recordar a las más de 500.000 personas que abandonaron España para escapar de la represión", expresó el presidente, haciendo énfasis en que el recuerdo de estos hechos es "una obligación moral frente al olvido, que lleva un propósito implícito: evitar que aquellos hechos vuelvan a repetirse".
En su intervención, Barbón hizo hincapié en los tres pilares fundamentales de la memoria democrática: verdad, justicia y reparación. Aseguró que estos principios son esenciales para construir una sociedad más justa y para sanar las heridas de la historia que aún perduran en muchas familias.
Recordar para no olvidar
"El recuerdo escuece, pero es necesario para evitar que el olvido nos lleve a cometer los mismos errores", subrayó el presidente, quien también agradeció el trabajo de las personas exiliadas, algunas de las cuales han sido homenajeadas en el acto. Entre los homenajeados se encuentran figuras clave del exilio, como Alejandro Rodríguez Álvarez, Alejandro Casona, Acracio Fernández Pérez, Pelayo José López Pérez, José Maldonado González y María Luisa Muñoz Concecho.
Durante su discurso, Barbón subrayó la necesidad de aprender del pasado y proteger el futuro. "Hoy hacemos bandera de los tres pilares de la memoria democrática: verdad, justicia y reparación", añadió, recordando que el exilio es la separación de una persona de su tierra, una experiencia que define el desarraigo y el sufrimiento de los que tuvieron que abandonar España para salvar sus vidas.
Compromiso con la memoria y la justicia
Barbón destacó también las medidas adoptadas por el Gobierno de Asturias para garantizar que la memoria histórica siga viva. "Hemos puesto en marcha el Instituto de Memoria Democrática y en breve constituiremos también el Consejo de la Memoria", explicó, al tiempo que anunció que en los próximos meses comenzarán los trabajos de identificación mediante ADN de las más de 60 víctimas del franquismo cuyos restos fueron encontrados en la fosa común de El Rellán, en Grado. Además, el gobierno regional completará la instalación de casi 200 piedras de la memoria (Stolpersteine) en homenaje a los asturianos deportados a campos de concentración.
"Frente a la amnesia forzada durante tantos años, los gobiernos de Asturias y de España hacemos bandera de los tres pilares de la memoria democrática: verdad, justicia y reparación. Con la memoria, hacemos lugar a quienes perdieron, a quienes tuvieron que irse, a quienes ni siquiera pudieron volver", concluyó Barbón.
La contribución del exilio a la prosperidad de España
En su intervención, Barbón también recordó la contribución esencial de los exiliados a los países que los acogieron. Intelectuales, artistas, médicos y profesionales de la economía que, aunque desarrollaron su potencial en otras naciones, nunca renunciaron a sus raíces y trabajaron incansablemente por la prosperidad de España. "Hoy, 80 años después de la victoria sobre el fascismo en Europa, seguimos aprendiendo de su lucha", afirmó el presidente.
Reconocer el compromiso vital del exilio
Como bien lo expresó Alejandro Casona en su obra La Dama del Alba: "Cada hora tiene su verdad". En esta hora, la verdad es reconocer, celebrar y difundir el ejemplo y el compromiso de todas las personas exiliadas, que tuvieron que cambiar sus planes y reescribir su historia. Con el acto de hoy, Asturias honra a quienes fueron parte de esa historia, devolviéndoles la dignidad que les fue arrebatada y ayudando a construir una sociedad de memoria y reconciliación.
"Gracias de corazón a todas y cada una de ellas", concluyó Barbón, reafirmando el compromiso del Gobierno del Principado con la memoria democrática y con la defensa de los derechos humanos en todo el mundo.