El Gobierno asturiano y las principales entidades empresariales muestran su preocupación por los efectos de la fusión, mientras que el PNV arremete contra el BBVA por su falta de arraigo vasco.
En un contexto económico cada vez más globalizado, la OPA del BBVA sobre el Banco Sabadell ha encendido las alarmas en diversas regiones de España, y el Principado de Asturias no es la excepción. La operación, anunciada en mayo de 2024, ha generado una oleada de reacciones que ponen en tela de juicio el impacto de esta fusión en las pequeñas y medianas empresas, el empleo y la competencia en el sector bancario de la región.
El Gobierno del Principado de Asturias, aunque sin una declaración oficial formal, ha dejado claro su desacuerdo con la OPA, expresando su preocupación por la excesiva concentración bancaria que podría generar esta operación. Las Cámaras de Comercio de Asturias, junto con la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), han mostrado un rechazo contundente a la fusión, advirtiendo que podría perjudicar seriamente el tejido empresarial asturiano, históricamente apoyado por el Banco Sabadell-Herrero. Este banco, que tiene su sede en la región, ha sido un pilar clave para el financiamiento de pymes y autónomos, lo que hace que su posible absorción por el BBVA resulte inquietante para los empresarios locales.
En este contexto, las autoridades asturianas insisten en la necesidad de preservar el arraigo del Banco Sabadell en la región, un factor clave para la estabilidad económica local. La cuestión no es solo financiera; se trata también de una cuestión de identidad y apoyo al desarrollo económico autónomo, donde el papel del Sabadell ha sido fundamental para muchas pequeñas empresas asturianas que ven en su presencia una garantía de proximidad y compromiso.
Por otro lado, el debate también ha alcanzado el ámbito político. El Partido Nacionalista Vasco (PNV) ha arremetido duramente contra el BBVA por la falta de "arraigo vasco" en la entidad, subrayando que, aunque el BBVA mantiene su sede social en Bilbao, no se puede considerar un banco auténticamente vasco. Esta crítica refleja el malestar por la absorción de una entidad con fuerte presencia en el País Vasco por parte de un banco cuyo perfil, en opinión de los nacionalistas vascos, no responde a las raíces y principios de la región.
En términos de competencia, la OPA ha suscitado preocupaciones a nivel nacional, particularmente en lo que respecta al acceso a la financiación, especialmente para las pymes, que podrían verse afectadas por la reducción de opciones bancarias en un mercado cada vez más concentrado. El Banco Sabadell, por su parte, ha alertado que la fusión podría conllevar hasta 5.000 despidos, lo que añade una capa de incertidumbre al futuro laboral de los empleados de la entidad.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha dado luz verde a la OPA, aunque ha impuesto condiciones, mientras que el Gobierno español aún no se ha pronunciado de manera definitiva. La consulta pública, abierta para recabar opiniones, finaliza el 16 de mayo de 2025, momento en el que se tomará una decisión final.
Con todo esto sobre la mesa, el futuro de la fusión entre BBVA y Banco Sabadell sigue siendo incierto. Mientras el Principado de Asturias y otros actores clave del panorama económico muestran su oposición a la concentración bancaria, la Comisión Nacional de la Competencia y el Gobierno español deberán valorar cuidadosamente los efectos que esta operación tendrá no solo en el ámbito financiero, sino también en el tejido empresarial y laboral de las regiones afectadas.
Este enfrentamiento no es solo un choque entre entidades bancarias; es también una batalla por el modelo económico y financiero de regiones como Asturias, donde la proximidad y el compromiso con el desarrollo local juegan un papel crucial en la estabilidad y el crecimiento. La pregunta sigue abierta: ¿el poder de los grandes bancos será suficiente para modificar el equilibrio económico regional o prevalecerán los intereses de los actores locales en defensa de su arraigo? Solo el tiempo y las decisiones políticas dirán.