Asturias impulsa un nuevo modelo rural: más de medio millón de euros para recuperar cultivos tradicionales en montes públicos y comunales

Asturias impulsa un nuevo modelo rural: más de medio millón de euros para recuperar cultivos tradicionales en montes públicos y comunales

La plantación de manzanos, avellanos y castaños autóctonos combina empleo verde, prevención de incendios y sostenibilidad con la recuperación del patrimonio agrario asturiano.

 

En el corazón verde de Asturias, el monte comunal de Somáu, en Pravia, está dejando de ser una extensión silvestre para convertirse en una promesa de futuro: más de 15 hectáreas acogen ya las primeras plantaciones de manzanos de sidra ecológicos, gracias a un ambicioso programa del Gobierno del Principado que apuesta por unir tradición agrícola, innovación rural y sostenibilidad ambiental.

La vicepresidenta del Ejecutivo autonómico, Gimena Llamedo, ha visitado esta mañana la zona para conocer de cerca el proyecto y lanzar un mensaje claro: “Queremos que vivir en el medio rural sea una opción real y atractiva, especialmente para los jóvenes. Estos planes demuestran que con innovación, compromiso y sostenibilidad se puede generar empleo, dinamizar el territorio y cuidar nuestro entorno”.

Esta iniciativa forma parte de un programa piloto que contempla cuatro intervenciones en montes públicos, vecinales y comunales de la región, con una inversión que supera los 520.000 euros financiados con fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, en el marco del programa estatal frente al reto demográfico.

Somáu: manzana ecológica y comunidad

El proyecto en Somáu (Pravia) no solo recupera terrenos con potencial agrario, sino que revitaliza el tejido social y cultural del territorio. Parte del monte comunal de La Peñona, muy visitado por su cercanía a las áreas recreativas de Monteagudo y La Peñona, se convertirá en una moderna plantación de manzana de sidra ecológica con variedades autóctonas, cuidadosamente seleccionadas por su adaptación y valor productivo.

Pero además, se ha reservado un espacio del terreno para actividades de educación ambiental y participación vecinal. El alumnado del Colegio Rural Agrupado Bajo Nalón ya ha comenzado a plantar los primeros árboles, convirtiéndose en protagonistas de esta transformación que conecta generaciones con la tierra.

Otros tres proyectos piloto: avellanos y castaños para recuperar el paisaje asturiano

El Principado ha puesto en marcha otras tres experiencias piloto complementarias en diferentes concejos:

  • Piloña: Plantación de dos hectáreas de avellanos autóctonos en el monte Cayón, bajo cultivo ecológico, con el objetivo de crear un modelo replicable en otras zonas de la región.

  • Las Regueras: Recuperación de una parcela con castaños de la variedad Valduna, una de las más apreciadas por su calidad, junto a medidas de mejora ambiental y pastoreo sostenible para mantener limpio el entorno.

  • Parres: Restauración de una finca con castaños resistentes al chancro, enfermedad que ha afectado gravemente a este tipo de cultivo, para devolver el uso productivo a terrenos abandonados.

Más que plantar árboles: recuperar la identidad del territorio

Estos proyectos no solo representan una inversión agraria, sino una apuesta decidida por recuperar oficios, saberes y cultivos que forman parte del alma de Asturias. La reintroducción de estos sistemas agrícolas tradicionales, adaptados a las condiciones ecológicas y sociales actuales, favorece la lucha contra la despoblación, previene incendios forestales y genera nuevas oportunidades de economía verde.

La vicepresidenta Llamedo ha estado acompañada en la visita por el director general de Reto Demográfico, Marcos Niño, y el director general de Custodia del Territorio y Prevención de Incendios, David Villar, quienes han coincidido en destacar el enfoque integral de estas actuaciones: desarrollo económico, conservación del paisaje y fortalecimiento del arraigo rural.

Tradición e innovación para un futuro rural

Lejos de ser un simple proyecto de reforestación, este plan representa una nueva forma de entender el desarrollo rural asturiano: una que no mira con nostalgia al pasado, sino que toma lo mejor de él para construir un modelo de futuro más justo, verde y cohesionado.

“Este es un ejemplo claro de cómo desde lo local podemos construir futuro, unir tradición e innovación y fortalecer el vínculo entre las personas y su territorio”, ha concluido Llamedo. Asturias, en definitiva, planta árboles… y también esperanza.

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