Fue un lunes que se apagó a plena luz del día. De pronto, en toda España y Portugal, las luces se fueron, los móviles dejaron de cargar y hasta los semáforos se rindieron. Lo que parecía una simple interrupción se convirtió en un espejo incómodo: ¿somos tan estables como creemos? ¿Y si el modelo energético europeo empieza a fallar justo cuando más dependemos de él?
El reciente apagón masivo del 28 de abril de 2025 ha abierto una grieta en la sensación de seguridad energética de millones de ciudadanos. Y, sobre todo, ha despertado una pregunta que muchos se hacen en voz baja:
¿Nos estamos “tercermundizando”?
Para responderla, conviene viajar por los grandes apagones del mundo. Ver quién los sufre y por qué. Y, sobre todo, preguntarnos: ¿qué hace España en esta conversación?
Grandes apagones que paralizaron países enteros
1. India (2012):
En pleno verano, una cadena de fallos dejó a más de 600 millones de personas sin electricidad durante dos días. Media India desconectada del mundo, con hospitales a oscuras y trenes varados.
2. Venezuela (2019):
Una serie de apagones dejaron sin luz al país durante días consecutivos, colapsando hospitales, aeropuertos y sistemas de agua. El origen: una red obsoleta y mal mantenida.
3. Pakistán (2023):
Un fallo técnico provocó el colapso total del sistema eléctrico. 220 millones de personas pasaron horas sin luz ni conexión, en un país ya marcado por la inestabilidad.
4. Bangladesh (2022):
Más de 140 millones de ciudadanos sufrieron un apagón que paralizó la economía durante una jornada entera. Falla en la red nacional.
5. Cuba (2024):
Toda la isla se quedó a oscuras tras el fallo de la central termoeléctrica Guiteras. 10 millones de personas afectadas, sin saber cuánto duraría el apagón.
¿Y quién lidera el ranking de los países con más apagones?
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Papúa Nueva Guinea – Más de 500 cortes al año.
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Yemen – Apagones crónicos por guerra y colapso de infraestructuras.
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Nigeria – Apagones diarios por sobrecarga de la red.
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Bangladesh – Zonas rurales viven casi en la penumbra.
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Pakistán – Alta demanda, poca capacidad.
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India – Avances, pero aún apagones frecuentes.
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R. D. del Congo – Inestabilidad y pobreza energética.
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Haití – Un sistema eléctrico desbordado.
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Sudán – Fallos continuos por falta de mantenimiento.
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Afganistán – Infraestructura destruida y sin respaldo.
España, con el apagón de abril, ni se asoma a esta lista, pero la sensación de fragilidad ha calado. Porque cuando todo se apaga sin previo aviso, no es el ranking lo que importa, sino la incertidumbre.
???????? ¿Está España en el camino de convertirse en un país inestable energéticamente?
España cuenta con una red eléctrica moderna y sistemas de respaldo. Pero el futuro energético no se mide por lo que tienes hoy, sino por cómo te adaptas al mañana. Y el mañana tiene dos caras:
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Transición energética: Más renovables, más verde… pero también más intermitencia si no se invierte en almacenamiento.
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Interdependencia europea: Más integración de redes… pero también más vulnerabilidad compartida.
El apagón del lunes no fue solo un fallo. Fue una advertencia: si no planificamos con inteligencia la transición energética, podríamos entrar en el club de los países que apagaron su futuro sin darse cuenta.
¿Cómo evitar que volvamos a la oscuridad?
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Invertir en almacenamiento: No basta con tener energía solar si no puedes guardarla.
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Actualizar redes: Una red del siglo XX no gestiona bien la energía del siglo XXI.
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Diversificar fuentes: Ni solo renovables, ni solo fósiles. Equilibrio.
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Educación energética: Saber cuánta energía usamos, cuándo y cómo, es también parte de la solución.
No es solo un apagón, es una alerta
España no es tercermundista. Pero la arrogancia energética puede convertir a cualquier país en uno vulnerable. El apagón del 28 de abril no es una prueba de debilidad estructural, pero sí un aviso claro: el futuro será verde, pero solo si también es fiable.
Porque no queremos liderar un ranking de apagones. Queremos liderar el de soluciones.