Un hombre de 44 años ha sido detenido en Gijón por la Policía Nacional acusado de hacerse pasar por una adolescente de 17 años en redes sociales para manipular y extorsionar a chicas menores de edad, consiguiendo fotos y vídeos explícitos. El sospechoso, que utilizaba engaños y adulaciones para ganarse la confianza de sus víctimas, enfrenta cargos por corrupción de menores y tráfico de drogas tras una investigación iniciada por la denuncia de una madre desesperada. Este caso ha conmocionado a la ciudad, revelando la peligrosidad de un depredador que explotaba la vulnerabilidad de adolescentes con amenazas de exponer sus imágenes íntimas.
La denuncia de una madre destapa el caso
La investigación comenzó el pasado mes de marzo, cuando una madre acudió a la comisaría de Gijón para denunciar que su hija estaba siendo coaccionada para enviar fotos y vídeos de carácter sexual. El agresor amenazaba con difundir el material entre los contactos de la menor si no accedía a enviar más contenido, sumiéndola en un estado de pánico. Según fuentes policiales, esta denuncia desencadenó una exhaustiva investigación por parte de la Unidad de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional, que descubrió un patrón alarmante. Al menos otras tres menores habían sido víctimas del mismo engaño, manipuladas por el falso perfil del detenido, que se presentaba como una chica de su edad.
Una red de engaño cuidadosamente tejida
El sospechoso, según la Policía, creó un perfil falso en una conocida red social, haciéndose pasar por una adolescente de 17 años para acercarse a sus víctimas. Con este disfraz digital, iniciaba conversaciones con chicas jóvenes, llenándolas de halagos para ganarse su confianza. A medida que las charlas avanzaban, dirigía las conversaciones hacia temas sexuales, incitando a las menores a compartir imágenes explícitas. Las autoridades revelaron que el hombre usaba tácticas manipuladoras, ofreciendo dinero o drogas para “relajar” a las víctimas, las cuales escondía en un banco cercano a su domicilio, un método que le permitía controlarlas y vigilarlas cuando recogían los “regalos”.
Una vez obtenía el material comprometedor, el sospechoso cambiaba su actitud. Revelaba su verdadera identidad y comenzaba a extorsionar a las menores, amenazándolas con compartir las imágenes con sus amigos y familiares si no enviaban más contenido explícito. Este ciclo de coerción dejaba a las víctimas atrapadas en un estado de miedo y vergüenza, y muchas no denunciaron hasta que la investigación avanzó.
Registro policial revela pruebas contundentes
Tras semanas de análisis forense digital y labores de vigilancia, los agentes identificaron al sospechoso y registraron su domicilio en Gijón a finales de abril. La operación resultó en la incautación de varios discos duros que contenían imágenes explícitas de menores, además de dispositivos electrónicos y otros materiales relacionados con sus actividades ilícitas. Sorprendentemente, los investigadores también hallaron pruebas de que el hombre estaba involucrado en tráfico de drogas, añadiendo un delito más a su expediente. El sospechoso, que ya tenía antecedentes por delitos similares, fue detenido y permanece bajo custodia a la espera de comparecer ante la justicia.
Un delincuente reincidente con un pasado oscuro
No es la primera vez que este hombre se enfrenta a la justicia. Según fuentes policiales, fue condenado en 2019 por delitos sexuales contra menores, aunque los detalles de ese caso no han sido divulgados debido a la sensibilidad legal del asunto. Su historial delictivo ha generado indignación en Gijón, donde algunos vecinos se preguntan cómo pudo seguir atacando a adolescentes a pesar de sus antecedentes. Las autoridades han evitado pronunciarse sobre los detalles de sus condenas previas, priorizando la protección de la privacidad de las víctimas.
Conmoción en la comunidad y demandas de acción
La detención ha causado una profunda conmoción en Gijón, una ciudad costera poco acostumbrada a casos de esta magnitud. Padres de familia y líderes comunitarios exigen ahora mayor concienciación sobre la seguridad en internet y una supervisión más estricta de las plataformas de redes sociales. “Es una llamada de atención”, afirmó una orientadora de un colegio local. “Nuestros hijos crecen en un mundo digital donde los depredadores se esconden tras perfiles falsos. Hay que enseñarles a protegerse y a detectar señales de peligro”.
El caso también pone de manifiesto el creciente problema del grooming en España. Un informe del Ministerio del Interior de 2024 señaló un aumento del 15% en los delitos cibernéticos contra menores en los últimos tres años, con las redes sociales como principal escenario para los depredadores. La Policía Nacional ha instado a los padres a supervisar la actividad online de sus hijos y a denunciar cualquier interacción sospechosa de inmediato.
Investigación en curso y apoyo a las víctimas
La investigación sigue abierta, con los agentes trabajando para identificar a posibles víctimas adicionales, ya que el volumen de material encontrado sugiere que el sospechoso pudo haber atacado a más menores de las cuatro confirmadas. Se han activado servicios de apoyo psicológico y legal para las víctimas y sus familias, quienes enfrentan las secuelas emocionales de esta experiencia traumática.
El detenido comparecerá pronto ante un juez, y los fiscales probablemente solicitarán cargos por corrupción de menores, extorsión y tráfico de drogas. De ser declarado culpable, podría enfrentarse a una larga condena, especialmente considerando la gravedad de los delitos y su historial delictivo. Sin embargo, el sistema judicial español suele equilibrar medidas punitivas con enfoques de rehabilitación para delincuentes no violentos, aunque los antecedentes del acusado podrían inclinar la balanza hacia una pena más severa.
Una lucha más amplia contra los depredadores digitales
Este caso se suma a una serie de detenciones recientes en España por explotación de menores en línea. En 2023, otro hombre de 41 años fue arrestado en Gijón por manipular a nueve menores para obtener imágenes explícitas, también haciéndose pasar por menor. En Madrid, una operación de 2022 desmanteló una red de trata que explotaba a adolescentes a través de redes sociales, evidenciando la magnitud de esta amenaza. Estos incidentes han intensificado las demandas de regulaciones más estrictas para las plataformas digitales, con el objetivo de prevenir crímenes facilitados por el anonimato.
Mientras Gijón lidia con las repercusiones de este caso, la Policía Nacional hace un llamamiento a la ciudadanía para que aporte cualquier información que pueda ayudar en la investigación. La comunidad, por su parte, se está movilizando para apoyar a las víctimas, con organizaciones locales planeando talleres para educar a los adolescentes sobre seguridad en internet. Por ahora, el foco está en garantizar justicia para las jóvenes cuyo confianza fue traicionada de la manera más cruel.