El ejemplar fue localizado gracias al aviso de un vecino y recuperado por agentes medioambientales con apoyo aéreo, en una operación compleja en terreno abrupto
El Principado de Asturias ha confirmado la muerte accidental de un oso pardo en la penona de Xalón, una zona abrupta y de difícil acceso situada en el concejo de Cangas del Narcea, dentro del área natural de Fuentes del Narcea.
El cadáver del animal fue localizado tras un aviso ciudadano que alertó de su presencia en una zona escarpada. Inmediatamente se activó un operativo compuesto por agentes medioambientales del Principado, miembros de la Patrulla Oso, personal de la guardería forestal de la comarca y un equipo de apoyo aéreo con dron, que permitió confirmar el paradero del oso en una ladera de difícil acceso y gran pendiente.
Una caída mortal en plena época de celo
Según las primeras observaciones realizadas por los técnicos desplazados, el ejemplar, un oso pardo adulto, habría sufrido una caída accidental al resbalar en un entorno húmedo y escarpado, posiblemente mientras seguía un rastro durante el período de celo, una época en la que los movimientos y comportamientos de estos animales se intensifican.
La fuerte pendiente del terreno, combinada con las condiciones meteorológicas adversas, habría provocado la caída del animal, causándole lesiones fatales.
El cuerpo del plantígrado será trasladado en las próximas horas al Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre de Sobrescobio, donde se le practicará una necropsia completa para determinar con exactitud las causas del fallecimiento.
Operación delicada y mensaje de respeto a la fauna salvaje
Desde la Consejería de Medio Rural y Política Agraria se ha destacado la rápida y eficaz respuesta de los equipos de intervención, así como la colaboración de la Fundación Oso Pardo, esencial para poder acceder a un enclave tan complejo en condiciones de seguridad.
Además, el Gobierno del Principado ha querido recordar a la ciudadanía la importancia de mantener una actitud de respeto y distancia hacia la fauna salvaje, especialmente en áreas protegidas como las del occidente asturiano, donde el oso pardo es una especie emblemática y especialmente vigilada.
“No intervenir en el hábitat ni tratar de acercarse a los animales es fundamental, tanto para su conservación como para evitar situaciones de riesgo innecesario”, subrayan desde la Consejería.