La región sigue siendo la comunidad con menor fecundidad de toda España (0,94 hijos por mujer) y se enfrenta a una pérdida demográfica de más de 40.000 habitantes. Un desafío estructural que exige medidas urgentes en vivienda, conciliación y políticas familiares.
Asturias está en la cuerda floja demográfica. Si nadie lo remedia, perderá en los próximos 15 años el equivalente a la población conjunta de sus 40 municipios más pequeños. Así lo alerta un reciente informe del Observatorio Asturiano titulado “Asturias ante el reto demográfico”, que sitúa en 0,94 la tasa de fecundidad regional, muy por debajo del umbral de reemplazo generacional, que se encuentra en 2,1 hijos por mujer.
Según las proyecciones del INE, la región pasará de los actuales 1,008 millones de habitantes a tan solo 967.000 en 2039, en un contexto en el que el resto de España crecerá en más de cinco millones. Asturias se convierte así en la comunidad que más población perderá en términos relativos, con una caída del 4,1%.
Los datos que alarman
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Tasa de fecundidad de Asturias en 2023: 0,94 hijos por mujer.
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Tasa de reemplazo generacional: 2,1 hijos por mujer.
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Pico histórico de población en Asturias: 1.130.000 habitantes en 1982.
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Previsión para 2039: 967.000 habitantes.
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Media anual de pérdida proyectada: más de 2.700 personas.
En otras palabras: si esta tendencia continúa, Asturias se vaciará al ritmo de un municipio cada cuatro meses.
¿Por qué no nacen más niños?
El estudio señala que la clave no está solo en el deseo de tener hijos, sino en las barreras estructurales: escasa conciliación, falta de apoyo institucional, vivienda inaccesible para jóvenes y un mercado laboral inestable. “Tener hijos se ha convertido en un privilegio, no en una opción vital natural”, alerta el autor del informe, Álvaro Muñiz-Fernández.
Comparación con comunidades vecinas
Asturias no está sola en el declive, pero sí va en cabeza. Para 2038, la previsión de fecundidad en regiones próximas será:
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Cantabria: 1,14
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León: 1,24
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Lugo: 1,28
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Asturias: 1,10 (proyección optimista)
Incluso en el mejor de los escenarios, la región seguirá rezagada. Y esto, unido a la elevada esperanza de vida, acelera el envejecimiento y colapsa el relevo generacional.
¿Qué soluciones funcionan en otros países?
Los expertos lo tienen claro: las políticas públicas activas marcan la diferencia. En países del norte de Europa como Suecia, Noruega o Francia, las tasas de natalidad son notablemente más altas gracias a:
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Bajas parentales generosas y compartidas
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Red pública de guarderías con horarios ampliados
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Teletrabajo real y flexible
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Ayudas directas por hijo a cargo
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Políticas de igualdad y corresponsabilidad
Pero además, el informe introduce un nuevo factor crítico: el acceso a la vivienda. Las regiones con precios de alquiler y compra más asequibles son, también, las que muestran mejores datos de natalidad. “El acceso a un hogar propio es la condición básica para formar una familia”, concluye el análisis.
¿Qué puede hacer Asturias?
El informe no se queda en el diagnóstico. Entre las soluciones que propone, destacan:
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Crear un plan de choque intergeneracional, con beneficios fiscales y ayudas directas para la maternidad y paternidad.
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Desarrollar una red de viviendas asequibles para jóvenes, priorizando alquiler social en zonas con riesgo de despoblación.
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Facilitar guarderías gratuitas en núcleos rurales.
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Bonificaciones a empresas que apliquen horarios flexibles y conciliadores.
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Apostar por un nuevo pacto por la demografía asturiana, transversal y sostenido.
"No es una fatalidad, es un reto"
El mensaje del informe es contundente pero esperanzador: el invierno demográfico no es irreversible. Pero para frenarlo, Asturias necesita más que buenas intenciones. Requiere visión, voluntad política y un compromiso social sostenido en el tiempo.
“Si no actuamos ahora, nos resignaremos a una región menguante, envejecida y desequilibrada”, señala Muñiz-Fernández. “Pero si lo hacemos, podemos reescribir el destino de Asturias”.
En los próximos 15 años, la región perderá lo equivalente a toda la población de Somiedo, Cudillero, Degaña, Proaza, Grandas, Teverga, Illano, Yernes y Tameza, y muchos más.
¿De verdad vamos a quedarnos mirando?