José Cardín: Un gran empresario comprometido con su tierra

José Cardín: Un gran empresario comprometido con su tierra

El presidente Adrián Barbón ha participado en la entrega del X Premio Álvarez Margaride a la Trayectoria Empresarial a José Cardín Zaldiva

"No han distinguido sólo a un gran empresario, sino también a una persona identificada con su tierra que desarrolla una notable labor de mecenazgo, patrocinio y conservación del legado de la empresa y del mundo de la sidra a través de la Fundación José Cardín"

"El Grupo El Gaitero es un ejemplo de iniciativa, diversificación e internacionalización"

"La reactivación ya es una realidad. El miércoles supimos que, entre enero y agosto, la creación de empresas en Asturias ha aumentado un 36,3%. Ahora tenemos la responsabilidad colectiva de impulsar esa reanimación para que sea duradera e intensa"

 

INTERVENCIÓN del PRESIDENTE DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS, ADRIÁN BARBÓN

 

Entrega del X Premio Álvarez Margaride a la Trayectoria Empresarial

 

Les agradezco que me hayan invitado a participar en la entrega del Premio Álvarez Margaride a la Trayectoria Empresarial. Vaya por delante una doble enhorabuena: a José Cardín Zaldivar, por su merecido reconocimiento, y a todos ustedes, por el acierto de haberle elegido.

 

Creo, honradamente, que esta tarde el protagonismo corresponde al premiado. Nadie mejor que él puede explicarnos el buen hacer que caracteriza a Valle, Ballina y Fernández, matriz de Sidra El Gaitero. Además, no han distinguido sólo a un gran empresario, sino también a una persona identificada con su tierra que desarrolla una notable labor de mecenazgo, patrocinio y conservación del legado de la empresa y del mundo de la sidra a través de la Fundación José Cardín. Así que entiendan mis próximas palabras como un acompañamiento, un acompañamiento humilde y agradecido.

 

La trayectoria de Valle, Ballina y Fernández es apasionante. Hay muchas aventuras empresariales que relatan por sí solas auténticos capítulos de la historia de Asturias, y la de Sidra El Gaitero es una de ellas. Estoy convencido de que muchas personas todavía desconocen que la decisión de champanizar la sidra respondió a la necesidad de que resistiese en buenas condiciones el viaje trasatlántico para que pudiera ser consumida por la emigración, por los miles de asturianos y asturianas que buscaban en ultramar una vida mejor. Si eso sucedió a finales del XIX, más de un siglo después la empresa continúa siendo un ejemplo de iniciativa, diversificación e internacionalización. Desde las instalaciones de La Espuncia, que componen una hermosa postal fabril, casi un blasón de Villaviciosa, El Gaitero continúa hoy su admirable viaje emprendedor. 

 

Como es una historia con un final de éxito, podemos sucumbir a la tentación de pensar que ha sido siempre un recorrido mullido entre algodones. No fue así. Quienes lideraron la compañía, incluido José Cardín, han estado siempre en tensión, preocupados de impulsar los cambios necesarios para vencer las dificultades. Porque, ciertamente, su compañía ha superado muchos períodos complicados: la pandemia de hace un siglo, la mal llamada gripe española; después, la Guerra Civil; más tarde, los vaivenes en el consumo, cuando la sidra parecía condenada a languidecer; ahora mismo, la necesidad de atender nuevas y sofisticadas demandas del mercado, junto con los problemas derivados de la crisis sanitaria… Desafíos no han faltado. Si El Gaitero los ha superado con éxito ha sido gracias a una resistente aleación de trabajo e intuición empresarial.

 

Digo todo esto porque también hoy afrontamos un período de grandes retos. No hay día que no citemos la transición ecológica y digital, convertida en la frontera de la nueva economía. Apenas hay días en los que no hablemos también de los fondos europeos y de cómo deben favorecer la adaptación de las grandes industrias. Por cierto, el Gobierno del Principado estará muy atento para que esos recursos extraordinarios también beneficien a las sociedades familiares y las pyme. Tenemos que conseguir que las pequeñas y medianas empresas sean protagonistas en la transformación económica de Asturias. Como, por cierto, llevan siéndolo desde siempre, y El Gaitero es un buen ejemplo.

 

Por lo tanto, mucha atención y apoyo a las pyme, al igual que a las grandes empresas. Y, añado, también mucho respaldo a las posibilidades de la industria agroalimentaria, otro asunto sobre el que José Cardín podría darnos algunas enseñanzas. Hablamos de un grupo de actividades que aporta unos 2.000 millones a la economía asturiana, que genera cerca de 7.400 empleos directos a través de más de 700 compañías, la mayoría pequeñas y medianas, y que tiene un importante efecto tractor sobre la producción agraria y ganadera.

 

Voy a atreverme a hablar incluso de las posibilidades de la sidra, con permiso del galardonado. La declaración de la Denominación de Origen Protegida –de la que el propio José Cardín fue presidente- ha logrado afianzarse gracias a la cooperación del sector: 34 lagares y 337 cosecheros colaboran para que cada año aumente la producción con manzanas autóctonas. Como una de las señas de identidad de Asturias, y gracias a la denominación de origen, la sidra forma parte de la marca de calidad Alimentos del Paraíso.

 

La sidra tiene un buen futuro en el Principado. Hace bastante tiempo que dejó de ser una bebida en riesgo de declive. Pero, sobre todo, tiene futuro fuera de nuestra región, aunque sea con otras elaboraciones y presentaciones. De hecho, el consumo mundial está experimentando desde hace años un crecimiento constante. Aún muy lejos del vino y la cerveza, su penetración en el mercado va en aumento. Esa es otra oportunidad que no podemos descuidar, porque España es el segundo productor europeo de sidra, sólo superado por el Reino Unido, y Asturias aporta más del 60% del mercado nacional. Si a ello unimos la calidad, la experiencia y la capacidad de empresas como Valle, Ballina y Fernández, parece evidente que partimos con una excelente posición de ventaja para aprovechar el auge mundial del consumo de sidra, aunque, insisto, sea con otras elaboraciones.

 

Estoy convencido de que podremos hacerlo. Como también estoy seguro de que los próximos años serán decisivos para que Asturias lidere el desarrollo de la economía verde, que es el nuevo horizonte de la Unión Europea.  Esa es otra meta que podemos cruzar.

 

No intento regalarles los oídos. Ustedes, empresarios en su mayoría, saben de primera mano los daños económicos y laborales de la pandemia. No hace falta que me extienda en detalles sobre esos estragos. Pero, precisamente porque son empresarios, saben también que la reactivación ya es una realidad que ha comenzado con fuerza. El miércoles supimos que, entre enero y agosto, la creación de empresas en Asturias ha aumentado un 36,3% respecto a 2020. Es otro buen dato que se suma al alza de la producción industrial, la reducción del paro o el incremento del empleo. Ahora tenemos la responsabilidad colectiva de impulsar esa reanimación para que sea más duradera e intensa. Nosotros, en Asturias, también podemos apoyar, en la medida de nuestras posibilidades, el crecimiento económico. Por ejemplo, con un buen acuerdo de concertación social, con un nuevo presupuesto autonómico y, quiero subrayarlo en este acto, con el fortalecimiento de la colaboración público privada, imprescindible para un buen uso de los fondos europeos.

 

Si hacemos todo eso, repito, dentro de poco recordaremos estos años como la etapa en la que Asturias supo asumir la necesidad de cambiar para situarse a la vanguardia de la metamorfosis económica que está viviendo Europa. En este acto, concebido en memoria de José Luis Álvarez Margaride para reconocer la trayectoria empresarial, les pido que se impliquen en esa transformación. Soy consciente de que la participación de la iniciativa privada no tiene sustituto posible.

 

Voy terminando. Este galardón, en realidad, debería haberse entregado el año pasado. Como ya se ha reseñado, las circunstancias dificilísimas que vivimos impidieron la celebración de este encuentro, así que este acto es también una señal de la recuperación de la normalidad, palabra que nunca había sido tan valorada. Aunque sea simbólicamente, este reencuentro bien merece un brindis. Supongo que expreso un deseo compartido si digo que esta noche debe hacerse con sidra El Gaitero.

Muchas gracias.

 

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