El ojo que todo lo vio

El próximo día 26, lunes, a las 13,00 horas el alcalde de Oviedo Agustín Iglesias Caunedo y la viuda del fotoperiodista José Vélez, Aurora, descubrirán en la zona de La Florida la placa de la calle que perpetuará su nombre. Es la zona de futuro de Oviedo en cuanto repunte el sector de la construcción. Ahí están las nuevas calles que llevan el nombre de Orlando Sanz, de Carmen Ruiz-Tilve, el mío propio y algunas más que aún quedan por inaugurar; por ejemplo, las que llevaran el nombre de Luis Martínez Noval, Juan Alvarez o de Nebot.

Siento de verdad que José Vélez Abascal no esté vivo para disfrutar de esta calle, él que desde los 60 en que comenzó en el diario Región hizo que pasaran por el ojo de su objetivo fotográfico todos los principales acontecimientos periodísticos, no solo de la capital de Asturias sino de todo el Principado. Fue un autodidacta de difícil repetición con un extraordinario olfato para la noticia y de una independencia profesional, con la justa dosis de mala leche periodística, que sentó cátedra en el periodismo asturiano. Comenzó en Región, estuvo en la Nueva España, potenció la Hoja del Lunes, fue corresponsal de Europa Press y terminó siendo editor de un mensual que alcanzó excelentes cotas de difusión, “La Hora de Asturias”, a través del cual demostró no solo su categoría profesional como periodista sino también el fondo de comercio que manejaba en esta región en la que no había personaje que se le resistiese a coger el teléfono cuando el bueno de Vélez llamaba.

La profesión nos unió principalmente a través de la Asociación de la Prensa. Siendo yo presidente de la misma él dirigió unos años la Hoja del Lunes de Oviedo, la última en cerrar en España. Curiosamente no coincidimos en periódicos pero sí en el citado semanario de los periodistas y no me cuesta reconocer que de él aprendí a valorar acontecimientos y también personajes. Pudo en su día irse a Madrid pero Asturias le ató por encima de todo manteniéndole aquí a pie de obra. En su día, ya llovió, logré que el jurado de “Vivir Oviedo” le eligiese “Ovetense del año”. Nada vanidoso pero trabajador infatigable corrimos interesantes aventuras periodísticas desde “pelearnos” en la orilla del Sella con el entonces ministro Manuel Fraga Iribarne hasta charlar en confianza con el hoy rey cuando Felipe de Borbón acudía a entregar los premios que organiza la Fundación Princesa de Asturias.

Falleció a los 81 años, hace dos, creo recordar, en vísperas de su santo, pero hasta el último minuto no se despegó de la cámara fotográfica. Lo sé porque tres días antes comimos en unión del empresario Manuel Cosmen en el hotel Principado y nos hizo unas fotos. Por supuesto que conocía a todos los personajes y entresijos de esta bendita tierra y los “trajes” que les cortaba cuando charlábamos siempre eran de lo más acertado. Dos de sus hijas, Eva, en “El Comercio”, y Elena en “La Nueva España”, siguen vinculadas a la información periodística. Ese día, el 26, ante la placa que llevará su nombre, nos daremos cita amigos y colegas para rendir un justo homenaje a quien fue en la Asturias contemporánea un magnífico periodista doctorado en la siempre dificil escuela de la vida.



Dejar un comentario

captcha