“Fin de fiesta” en alta mar: la costera 2025 se despide a lo grande

“Fin de fiesta” en alta mar: la costera 2025 se despide a lo grande

La mejor campaña del bonito del norte en una década encara sus últimos días con cifras históricas, precios contenidos y una cuota aún sin agotar

 

Cuando el sol apenas despuntaba sobre la línea del mar, algunas embarcaciones salían por última vez en busca del túnido blanco que cada verano marca el pulso del Cantábrico. Otras ya lo han hecho: luces apagadas, redes plegadas, rumbo a puerto. La costera del bonito del norte —la más exitosa de la década— se despide a lo grande.

Este 2025 pasará a la historia por su abundancia y su duración. Aunque todavía queda alrededor del 40 % de la cuota disponible, muchas embarcaciones han dado por concluida la campaña y otras, principalmente las de mayor eslora, apuran las últimas jornadas en alta mar. Las capturas se concentran lejos del Cantábrico, con pocas excepciones en el Golfo de Vizcaya, y predominan los llamados “monos”, bonitos de hasta tres kilos de peso.

En la Nueva Rula de Avilés, el balance es espectacular: más de 638.000 kilos subastados solo en agosto, la cifra más alta para ese mes desde 2015. Es, de largo, la mejor costera de la última década.

Una temporada temprana y prolongada

El primer bonito del norte llegó de forma excepcionalmente temprana: el 12 de mayo, con una primera descarga de 600 kilos. El precio de salida fue simbólico, 120,20 euros el kilo, muy por debajo del arranque de 2024, cuando la primera tina alcanzó los 339 euros. Aun así, marcó el inicio de una campaña que, desde entonces, no ha hecho más que crecer.

En comparación con años previos, la de 2025 destaca no solo por la cantidad, sino por su duración. En 2016 la costera se cerró por decreto el 27 de septiembre por agotamiento de cupo; en 2017, el cierre llegó el 12 de octubre; y entre 2018 y 2021, los boniteros abandonaron la pesquería ya a mediados de agosto.

Llegar a octubre con cuota disponible es, sencillamente, inusual. En otras temporadas, a estas alturas los barcos ya estaban amarrados y las neveras vacías.

Cifras, precios y tensiones de mercado

La cuota nacional de bonito del norte en 2025 se fijó en 26.004 toneladas, de las cuales, a finales de agosto, se habían consumido unas 15.200, es decir, un 58,5 % del total. Esa disponibilidad tardía da aire a la flota, aunque también evidencia un cambio de patrón en la migración del pez, que este año ha retrasado su avance hacia el norte.

Durante la campaña, los precios en lonja oscilaron entre 3 y 5 euros por kilo para el pescado de mejor tamaño y calidad. La diferencia respecto a los picos de otras campañas —cuando se rozaban los 7 u 8 euros— muestra un mercado más estable, sin las tensiones especulativas de años anteriores.

A medida que el bonito se aleja hacia aguas más frías, los costes de combustible y el tiempo en mar aumentan. Solo las embarcaciones de mayor tamaño, capaces de alcanzar zonas de Bretaña o más allá, continúan activas. Las más pequeñas han optado por cerrar campaña, asegurando beneficios sin asumir riesgos innecesarios.

El sello del mar: confianza y sostenibilidad

Desde Avilés se insiste en la importancia de comprar bonito con las etiquetas “Pescado de Confianza” y “Pescado de Rula con Artes Sanos”, dos distintivos que garantizan capturas con artes tradicionales y sostenibles como el curricán o la cacea, donde los ejemplares se pescan uno a uno.

El primero de estos sellos, impulsado por la Nueva Rula de Avilés, certifica trazabilidad y calidad, mientras que el segundo, promovido por la Federación de Cofradías de Pescadores de Asturias y la Organización de Productores Pesqueros OpAsturias, refuerza el valor del pescado fresco, del día y capturado con métodos respetuosos.

Lejos de competir, ambos distintivos se complementan y persiguen el mismo objetivo: poner en valor la pesca artesanal asturiana, frente a los grandes volúmenes industriales que llegan de fuera.

La mirada al horizonte: un final abierto

Aunque quedan barcos en faena, el final está cerca. Se espera que en las próximas semanas la cuota nacional alcance el 100 % y que la de Avilés cierre su año dorado superando el millón de kilos subastados.

El desafío ahora no está solo en el mar, sino en el mercado. Los pescadores confían en que el buen rendimiento de 2025 se traduzca en estabilidad para los próximos años, y en que el consumidor premie la calidad y el origen local frente al precio puro y duro.

Mientras tanto, los últimos boniteros miran el horizonte con una mezcla de orgullo y cansancio. La costera más brillante de los últimos diez años toca a su fin, y el Cantábrico vuelve a quedar en calma… al menos hasta el próximo mayo.

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