Un hallazgo con sello asturiano revela que la ballena gris desapareció del Atlántico en plena Edad Media

Un hallazgo con sello asturiano revela que la ballena gris desapareció del Atlántico en plena Edad Media

Un estudio internacional con participación de la Universidad de Oviedo y el Principado demuestra que la ballena gris se extinguió en el Atlántico Norte entre los siglos XII y XIV por la intensa caza ballenera. Los últimos ejemplares se localizaron en Cudillero y San Cibrao.

La ciencia ha resuelto uno de los misterios más llamativos de la historia natural: ¿cuándo y por qué desapareció la ballena gris del Atlántico? La respuesta llega con la publicación de un trabajo en la revista Quaternary Science Reviews, en el que participa un equipo de la Universidad de Oviedo, junto a investigadores de León, del Centro de Experimentación Pesquera del Principado de Asturias y de la Coordinadora para o Estudio dos Mamíferos Mariños (CEMMA).

El estudio demuestra que la especie se extinguió del Atlántico Norte entre mediados del siglo XII y mediados del XIV, es decir, cuatro siglos antes de la desaparición de la ballena franca. La causa más probable: la intensa actividad ballenera que se desarrolló en toda la costa europea durante la Edad Media.

Restos en Asturias y el Cantábrico

Para llegar a esta conclusión, los científicos han datado con carbono 14 un total de 69 ejemplares de ballena gris encontrados en distintos yacimientos arqueológicos y paleontológicos europeos. Entre ellos, varios procedentes de la costa cantábrica: San Cibrao (Lugo) y Cudillero (Asturias), datados entre los siglos XI y XIII. Son, hasta hoy, los últimos ejemplares conocidos de la especie en el Atlántico.

El hallazgo confirma que la ballena gris, hoy confinada al Pacífico Norte, formaba parte de la fauna atlántica en tiempos históricos y que fue la única especie de gran cetáceo extirpada de un océano entero en época reciente.

Pérdida de un actor clave del ecosistema

El investigador Carlos Nores, del Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio de la Universidad de Oviedo (INDUROT), explica que esta extinción supuso también la desaparición de importantes servicios ecosistémicos: la ballena gris removía los sedimentos del fondo marino y trasladaba nutrientes hacia las zonas costeras, contribuyendo a la productividad del océano.

Durante siglos, la actividad ballenera preindustrial convirtió a especies como la ballena franca en el objetivo principal, pero el estudio demuestra que la ballena gris también fue una presa accesible y perseguida por las comunidades del Cantábrico.

Ciencia asturiana en primera línea

El trabajo, liderado por el investigador neerlandés Youri van den Hurk, refuerza la relevancia de la investigación asturiana en proyectos internacionales. La Universidad de Oviedo y el Principado aportaron tanto materiales como especialistas en el análisis de los restos cantábricos.

El proyecto ha sido financiado por programas europeos de excelencia, como el MSCA-IF “Demise of the Atlantic Grey Whale (DAG)” y el ERC Synergy Project 4-OCEANS, en el marco del programa Horizonte 2020.

Una lección de historia natural

El hallazgo no es solo una revelación científica: es un recordatorio de cómo la presión humana, incluso antes de la era industrial, fue capaz de transformar ecosistemas enteros. Hoy, algunos avistamientos aislados de ballena gris en el Atlántico se interpretan como intentos de recolonización, pero el vacío dejado en la Edad Media marcó un antes y un después en la biodiversidad de nuestros mares.

Para Asturias, la investigación aporta además una mirada propia: en sus costas se escribieron los últimos capítulos de la historia atlántica de la ballena gris.

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