La epopeya que transformó Asturias: el oro de los indianos que volvió de América para levantar palacios, escuelas y sueños

La epopeya que transformó Asturias: el oro de los indianos que volvió de América para levantar palacios, escuelas y sueños

Entre 1850 y 1930, más de 100.000 asturianos abandonaron su tierra natal rumbo a América. Huyeron de una vida de pobreza rural y hambre para buscar fortuna en las entonces prósperas colonias españolas, sobre todo Cuba (destino del 80 % de los emigrantes), pero también en México, Argentina o Venezuela. Muchos fracasaron. Otros apenas sobrevivieron. Pero unos pocos regresaron ricos. Fueron los indianos, y con ellos volvió una lluvia de dinero, ideas y arquitectura que transformó la región para siempre.

Una riada de oro: cuánto dinero trajeron los indianos

Las cifras abruman. Solo en la segunda mitad del siglo XIX, las remesas enviadas por emigrantes asturianos desde América superaron los 100 millones de pesetas. Tras la pérdida de Cuba en 1898, el regreso masivo de emigrantes generó lo que los historiadores llaman la “riada de oro”: se calcula que los retornados trajeron más de 2.000 millones de pesetas oro, una cantidad colosal.

¿A cuánto equivale eso hoy?
Utilizando estimaciones basadas en el poder adquisitivo y la inflación, 1 peseta de finales del siglo XIX puede equivaler a entre 5 y 6 euros actuales. Así, esos 2.000 millones de pesetas supondrían más de 10.000 a 12.000 millones de euros actuales inyectados en la economía española.

Fortunas individuales: cifras de indianos concretos

Muchos de estos indianos eran, directamente, millonarios en pesetas. Un caso bien documentado es el de José Fernández Corujedo, emigrado a La Habana, quien en 1871 tenía 504.000 pesetas depositadas en el Banco de Oviedo. Esa suma equivale a más de 3 millones de euros actuales. Un jornalero medio de la época no habría ganado ni una décima parte de esa cantidad en toda su vida.

Otros indianos regresaron con 50.000 a 100.000 pesetas, suficiente para comprar tierras, fundar negocios o encargar casas de lujo. En términos comparativos, un emigrante retornado con 100.000 pesetas traía consigo el equivalente a 600.000 euros actuales o más, multiplicando por diez o veinte el patrimonio medio rural de su aldea.

¿En qué se invirtió ese capital?

El dinero de los indianos no solo se tradujo en lujo personal. También sirvió para:

  • Fundar bancos, navieras, fábricas y comercios en Asturias.

  • Comprar fincas agrícolas y ganaderas.

  • Financiar escuelas, hospitales, iglesias y casinos.

  • Y, sobre todo, construir casas de indianos, auténticos palacios diseñados para dejar huella.

El ladrillo como símbolo: ¿cuánto costaba una casa de indiano?

La construcción de una casa indiana era un símbolo de éxito económico y social. Se encargaban a arquitectos prestigiosos, con materiales de calidad y comodidades desconocidas entonces en el mundo rural asturiano.

Costes documentados de casas indianas

  • Palacio de Arias (Navia): construido entre 1925 y 1929 por el indiano Luis Arias, costó alrededor de 1.000.000 de pesetas.
    Equivalente actual: 6 millones de euros o más.

  • Escuela de Ortiguera (1920), financiada por la familia Jardón: 100.000 pesetas.

  • Escuela en la zona de Tapia (1950s): 500.000 pesetas.

Incluso casas más “modestas” costaban decenas o cientos de miles de pesetas, es decir, entre 500.000 y 3.000.000 de euros actuales, según estimaciones por poder adquisitivo.

Comparativa impactante:

  • En 1925, un ejemplar del diario El Comercio costaba 0,10 ptas.

  • Una apisonadora de vapor valía 45.000 ptas.
    El Palacio de Arias equivalía al coste de más de 20 apisonadoras, o a comprar 10.000 suscripciones anuales a un diario. Así de desproporcionada era la fortuna de algunos indianos.

De las Américas a Asturias: arquitectura de orgullo

Las casas de indianos son el reflejo físico del éxito. No hay dos iguales, pero comparten elementos comunes:

  • Torres mirador para “ver el mundo” desde la altura.

  • Galerías acristaladas, de influencia cubana y modernista.

  • Palmeras exóticas plantadas en el jardín como símbolo de haber “cruzado el charco”.

  • Muebles de importación, mármoles italianos, suelos de madera tropical.

  • Baños interiores, agua corriente, electricidad, teléfono, cuando apenas nadie en el concejo los tenía.

Estilos arquitectónicos:

  • Ecléctico-colonial (mezcla de neoclásico, modernismo, vernáculo).

  • Modernismo catalán, en casas diseñadas por discípulos de Gaudí.

  • Art Déco, en versiones tardías.

  • Cottage inglés, influenciado por el paso de algunos indianos por Estados Unidos.

Ejemplos emblemáticos en Asturias

Quinta Guadalupe (Colombres)

  • Construida en 1906 por Iñigo Noriega Laso (enriquecido en México).

  • Estilo ecléctico-colonial, hoy alberga el Archivo de Indianos – Museo de la Emigración.

Villa Excélsior (Luarca)

  • Año 1912, por Manuel Méndez de Andés (Argentina).

  • Arquitecto: Manuel del Busto.

  • Torre con cúpula verde, azulejos sevillanos, capilla propia.

  • Actualmente en restauración como hotel de lujo.

Palacete Peñalba (Figueras)

  • Año 1912, obra de Ángel Arbex, discípulo de Gaudí.

  • Hoy es hotel boutique de 20 habitaciones.

Somao (Pravia)

  • Declarado Pueblo Ejemplar de Asturias 2020.

  • Concentra numerosas casas indianas de estilo variado, muchas aún habitadas por descendientes.

  • Ejemplo: El Noceo, propiedad de José Menéndez (retornado de Caibarién, Cuba), con varias edificaciones auxiliares.

Valor actual: ¿cuánto valen hoy estas casas?

En el mercado inmobiliario, las casas de indianos bien conservadas superan el millón de euros fácilmente, y algunas se venden por cifras cercanas a los 2 millones de euros. Si requieren rehabilitación (lo habitual), pueden comprarse por menos, pero la inversión en reformas suele superar los 500.000 €.

Por eso, muchas se reconvierten en hoteles rurales, museos, fundaciones o sedes institucionales, o son adquiridas por compradores de alto poder adquisitivo.

Legado vivo

Más allá del impacto económico, las casas indianas transformaron para siempre el paisaje asturiano. Donde antes había aldeas de piedra y pizarra, empezaron a brotar mansiones afrancesadas con jardín botánico, palacetes de fantasía o chalés con espíritu criollo.

Los indianos no solo cambiaron la arquitectura. Cambiaron la sociedad. Introdujeron nuevos valores, invirtieron en la educación de sus pueblos y contribuyeron al progreso de una región que aún les recuerda con respeto.

“El indiano que regresaba no era solo un rico. Era un símbolo. Su casa no era solo una vivienda: era una declaración de victoria ante el mundo que un día le obligó a marcharse.”

 

Pie de foto: Quinta de Guadalupe en Colombres

Dejar un comentario

captcha