El Gobierno impulsa entregas a cuenta récord para 2025 y refuerza el respaldo territorial en un momento clave para su estabilidad en la Moncloa

El Gobierno ha aprobado esta semana el mayor paquete de financiación territorial desde que existen registros: 158.167 millones de euros para comunidades autónomas y entidades locales. La medida, que se concreta a través de un Real Decreto-Ley, llega en plena tormenta política por el escándalo que ha salpicado al PSOE tras la dimisión de Santos Cerdán y los casos vinculados a Koldo García y José Luis Ábalos. Asturias, por su parte, recibirá las mayores entregas a cuenta de su historia, con una financiación total de 3.956 millones, un 1,4 % más que en 2024.

LAS CIFRAS: RÉCORD EN TODOS LOS FRENTES

Según datos del Ministerio de Hacienda, las comunidades autónomas recibirán 147.412 millones de euros en entregas a cuenta durante 2025, lo que supone un aumento del 9,5 % respecto al año anterior. A esta cifra se suman 11.692 millones correspondientes a la liquidación del ejercicio 2023, lo que eleva el total a 158.167 millones de euros.

Además, las entidades locales —ayuntamientos y diputaciones— percibirán 28.734 millones, también la mayor cifra registrada jamás en el sistema de financiación local.

En el caso de Asturias, las entregas a cuenta ascenderán a 3.754 millones de euros, un 8,6 % más que en 2024. Junto a la liquidación positiva de 2023 (232 millones), la financiación total para el Principado alcanzará los 3.956 millones, consolidando así el crecimiento sostenido en los últimos años.

UN GESTO EN MEDIO DEL VÉRTIGO POLÍTICO

La decisión llega en un momento extremadamente delicado para el Ejecutivo. Con el PSOE tocado por las investigaciones judiciales y las grabaciones que vinculan a antiguos altos cargos con presuntas tramas de corrupción, Pedro Sánchez busca reforzar su apoyo territorial mientras resiste las presiones internas y externas.

Aunque desde el Ministerio de Hacienda se insiste en que esta actualización de recursos “cumple con el compromiso del Gobierno de dotar de medios suficientes a las autonomías para garantizar servicios públicos”, lo cierto es que el calendario y el volumen del anuncio tienen una clara lectura política.

Este Real Decreto-Ley se aprueba con los presupuestos de 2024 aún prorrogados, algo que en gobiernos anteriores se consideraba incompatible con una actualización de las entregas a cuenta. Sin embargo, el actual Ejecutivo ya lo hizo en 2023 y ahora vuelve a demostrar que es posible, separando la estabilidad institucional de la parálisis presupuestaria.

UN AVAL A LA RED DE GOBIERNOS AUTONÓMICOS

La medida también refuerza la interlocución del Ejecutivo con sus socios territoriales. En comunidades como Cataluña, País Vasco o Navarra —donde el PSOE necesita apoyos constantes para mantener viva la legislatura—, las entregas se entienden como un gesto que estabiliza la relación institucional.

Desde el PP, varios presidentes autonómicos —entre ellos Alfonso Rueda (Galicia) y Fernando López Miras (Murcia)— habían acusado al Gobierno central de retrasar intencionadamente los pagos como herramienta de presión política. La aprobación del decreto desactiva esas críticas, al menos temporalmente.

COMPARATIVA CON GOBIERNOS ANTERIORES

Según el propio Ministerio de Hacienda, durante los siete años de Gobierno de Pedro Sánchez (2018–2025), Asturias ha recibido 6.442 millones más que en el mismo período bajo los gobiernos de Mariano Rajoy, lo que representa un incremento del 37,7 %.
En términos generales, las comunidades han recibido un 47,4 % más de financiación con el actual Ejecutivo que durante los siete años previos. En el caso de los ayuntamientos, el aumento ha sido del 32 %, lo que se traduce en casi 40.000 millones de euros adicionales.

Mientras el presidente resiste la presión creciente por los escándalos que han sacudido al núcleo duro de su partido, la aprobación de estas entregas a cuenta se interpreta como una jugada estratégica para mantener cohesionada su base de apoyo y calmar el malestar en los territorios.

La medida alivia las arcas autonómicas, pero también lanza un mensaje: la supervivencia política, en tiempos de fragilidad, se construye con cheques, más que con discursos.