Homenaje a la figura de los exportadores de Rioja en Briones

Homenaje a la figura de los exportadores de Rioja en Briones

En un marco histórico y arquitectónico tan monumental como el que ofrece la localidad riojana de Briones, de inequívoco sabor medieval, se ha celebrado la tercera edición del “Homenaje a Personalidades Ilustres del Vino de Rioja”, que este año han protagonizado tres figuras claves en el desarrollo de las exportaciones del vino de Rioja durante el último tercio del siglo XX. Como reconoció el presidente del Consejo Regulador, “con su trabajo, empeño y visión profesional, Josette Cordier, José Luis Santaolalla y Alex Mendiola han contribuido a reforzar el liderazgo de la marca Rioja en los principales países consumidores”.

 

El acto de homenaje, organizado conjuntamente por el Consejo Regulador de la D.O. Calificada Rioja y el portal temático lomejordelvinoderioja.com, con la colaboración del Ayuntamiento de Briones, contó también con las intervenciones del presidente de La Rioja, Pedro Sanz, y la alcaldesa de la localidad, Mª Carmen Ruiz, así como con la asistencia de autoridades autonómicas y una amplia representación de las organizaciones del sector vitivinícola riojano.

 

El objetivo fijado para este año con la iniciativa ha sido tributar el reconocimiento que merece la figura de los exportadores, magníficamente representada por las tres personalidades elegidas para ello y que ejemplifican lo que ha significado el factor humano en la evolución histórica de la Denominación y la vocación comercial que siempre la ha impulsado hacia los mercados.

 

Como ha señalado en su intervención Víctor Pascual, presidente del Consejo, “Josette Cordier, José Luis Santaolalla y Alex Mendiola tuvieron una destacada participación en el desarrollo de nuestra comercialización, abriendo fronteras en unos mercados que hoy son estratégicos para nosotros y sin los cuales no se entendería nuestro actual modelo de denominación, basado en decisiones tan trascendentes como la de vender todos nuestros vinos embotellados en origen”. “Con ellos como actores fundamentales en aquella transformación, nuestros vinos pasaron del granel al embotellado, aportando valor añadido a nuestra región y asentando el actual prestigio de la marca Rioja en todo el mundo. Sin duda hoy tenemos ante nosotros tres ilustres personalidades que representan a la perfección esa visión de futuro de la que han venido haciendo gala las gentes del Rioja y sin cuya aportación no hubiera sido posible que Rioja sea hoy la referencia obligada de los vinos españoles en el mundo”.

 

Josette Cordier, José Luis Santaolalla y Alex Mendiola, que desarrollaron su actividad profesional en Bodegas AGE, Bodegas Faustino y Bodegas Campo Viejo respectivamente, se han sumado así a las ‘Personalidades Ilustres del Vino de Rioja’ homenajeadas en los dos años anteriores: Los enólogos Ezequiel García y Gonzalo Ortiz; Marcelo Frías, ex presidente de Bodegas Riojanas ya fallecido; el conocido bodeguero Pedro López de Heredia y el viticultor Horacio Frías, fundador de la Cooperativa Santa Daría de Cenicero; y por último, Enrique Forner, fundador de Marqués de Cáceres, a cuya figura se dedicó un emotivo recuerdo al coincidir su fallecimiento con el día de la celebración del homenaje el pasado 21 de julio en Briones.

 

 

FOTOGRAFÍA:

Víctor Pascual, Josette Cordier, Pedro Sanz, José Luis Santaolalla, Mª Carmen Ruiz y Alex Mendiola.

 

 

DOSSIER HOMENAJEADOS

 

Josette Cordier

 

Josette Cordier nació en pleno corazón de la Borgoña (Beaune, 1935), donde se extienden algunos de los viñedos más famosos del mundo. Hija de un negociant y comisionista borgoñés, el vino ha sido desde su infancia su gran pasión: “Adoro este mundo y lo haré hasta el final de mis días”, proclama con orgullo. Fue mujer pionera entre un grupo de pioneros que en el último tercio del siglo XX llevaron el nombre de Rioja por todo el planeta: “Era entonces un mundo de hombres, pero yo puedo decir que me han tratado siempre muy bien”.

 

Josette Cordier estudió en la Escuela Comercial de Dijon, la capital de la región de Borgoña, y llegó a Rioja en 1962, recién casada con Rolf Hieronimi, quien asumió la dirección general de Bodegas Franco Españolas. Perfecta conocedora de cuatro idiomas (francés, español, alemán e inglés), en la bodega logroñesa trabajó hasta enero de 1975 cuando se incorporó a Bodegas AGE como adjunta a la dirección de exportación. En 1978 asumió la dirección de exportación de AGE, cargo en el que se mantuvo hasta su jubilación en el año 2000.

 

“Logramos ser líderes en exportación de vinos de Rioja durante 18 años, 16 de ellos consecutivos y conseguimos que la marca Siglo fuese conocida como ‘el Rioja’ en todos los países. Japón, Australia, Nueva Zelanda, Alemania, Suiza, África, EEUU, Francia, Dinamarca, los países nórdicos, Canadá…, he viajado por todo el mundo”, explica. “Era una época difícil, pero bonita y éramos un grupo de gente que compartíamos el deseo de desarrollar una marca como Rioja, desconocida porque ni sabían dónde estaba, pero en la que nos llevábamos todos muy bien”.

 

Cordier, que fue premiada por la revista Actualidad Económica en 1984 y portada en la revista francesa ‘La Revue Vinicole’ en 1990, se siente plenamente riojana y, pese a enviudar pronto y estar jubilada desde el año 2000, no ha tenido tentaciones de volver a su tierra. “Mi vida está aquí, donde están mis amigos, que la gran mayoría son del mundo del vino”. “Cuando comencé -continúa- nunca pensé en vender vino de Rioja, pero las circunstancias me trajeron aquí y cuando me preguntaban que hacía una mujer de Borgoña vendiendo Rioja yo les decía que vendía lo que era bueno y, desde luego, la relación calidad precio del vino de Rioja es la mejor del mundo”.

 

José Luis Santaolalla

 

José Luis Santaolalla nació en Bilbao en 1932. Forma parte de la cuarta generación de una familia de viticultores y bodegueros que en 1881 constituyeron la centenaria bodega Félix Azpilicueta Martínez, germen de la actual AGE. Estudió Ciencias Económicas y Enología en Logroño, aunque su verdadera formación técnica la desarrolló en Alemania, donde con 22 años fue enviado por su padre a conocer uno de los mejores mercados exteriores de Rioja y el principal para su propia bodega.

 

Su conocimiento de varios idiomas y las circunstancias de la vida hicieron que su desarrollo profesional, al margen de su formación enológica, se vinculase más a su perfil económico como director de exportación. En este sentido, a mediados de los años 60 las bodegas Félix Azpilicueta, Cruz García Lafuente y Entrena se fusionan en AGE y José Luis Santaolalla asume la dirección técnica de Exportación. Conocer la elaboración le ayudó mucho, pues según indica, “había muy pocos comerciales con perfil técnico y, por ejemplo, en los monopolios nórdicos o de Canadá era muy bien valorado por los funcionarios que no estaban acostumbrados a que quien vendía el vino supiera tanto como ellos”.

 

Santaolalla, junto con otros pioneros, se hicieron ‘especialistas’ en abrir mercados. “Había que tener vino, por supuesto, ser ‘vivo’ y también suerte; a Japón, por ejemplo, llegamos gracias a Pedro Garrido, un amigo casado con una japonesa que nos hizo el contacto”. Eran otros tiempos y en mercados como en Austria para comerciar con vino había que comprar el equivalente a lo que se vendía: “He cambiado vino por muchas cosas, como rodamientos de metal, película fotográfica y, quizás lo más curioso, por vacas”. En EEUU, su amistad con los distribuidores de la multinacional Gallo le permitieron entrar en Nueva York con 10.000 cajas. “Tengo cientos de anécdotas y es que aquello lo llevabas en la sangre y te gustaba”.

 

José Luis Santaolalla cambió AGE por Faustino Martínez en 1975, entonces una empresa muy familiar: “En unos años logramos que una de cada tres botellas de gran reserva de Rioja vendida en exportación fuera nuestra y lo mismo una de cada cinco de reserva”. “Ello permitió a la empresa desarrollarse rápidamente al convertirse en el principal exportador de vinos calidad”. Santaolalla se jubiló en Faustino en 1997 y aún hoy cree que la exportación es el punto débil de la mayoría de las bodegas. “El perfil del director de exportación es básico y, aunque hay que pagarlo es el dinero mejor gastado”. “Tanto en Rioja como en España faltan empresas para enseñar a exportar”, concluye.

 

 

Alex Mendiola

 

Alex Mendiola nació en Vitoria en 1933. Licenciado en Químicas, comenzó su desarrollo profesional en Alemania en 1957, cuando empezó a trabajar para la multinacional de componentes de electrónica ITT. Pasó del departamento de investigación al de fabricación y acabó siendo responsable de la puesta en marcha de proyectos en buena parte del mundo: Nueva York, Nuremberg, Bruselas, Paris…

 

Fue nombrado director de Marketing de ITT Components en Francia, una gran multinacional que por los años 60 tenía casi 400.000 empleados en todo el mundo. Hasta entonces su vinculación con el vino era prácticamente nula, pero la propuesta para poner en marcha una nueva planta en Jordania cambió su vida. “Ni mi familia, ni yo mismo, queríamos ir –recuerda-. Me interesaba seguir en el grupo, pero un amigo del BBV me llamó y Juan Alcorta y José Ortigüela me ofrecieron trabajar para Savin como responsable de exportación”.

 

Ortigüela, director general de Savin y uno de los grandes vinateros de Rioja, acogió a Alex Mendiola en 1970 y lo llevó por toda España para conocer el negocio. “Él trataba con todas las cooperativas y bodegas del país y me decía que su trabajo era comprar vino bueno a precios baratos; y que le mío sería luego venderlo por todo el mundo”. Mendiola aprendió rápido y, con una extraordinaria experiencia internacional en ITT, no tardó en adaptarse. “Entonces vendíamos volumen, graneles, y aprovechábamos para ‘colar’ cajas de embotellado”. “Mis primeros contactos los hice en la Europa del Este, en Bulgaria, y de ahí, recomendados, llegamos a Rusia donde, tras los graneles, llegamos a vender un millón de botellas de Campo Viejo”. Del Este a los monopolios escandinavos, Canadá, también con monopolio y EEUU, “siempre con la misma táctica, primero granel, y luego embotellado”.

 

Alex Mendiola siguió en Savin hasta 1991, cuando Juan Alcorta lo recuperó para la aceitera Koipe, donde su jubiló en 1997. De aquellos años, recuerda con cariño la ‘guerra’ entre los ‘granelistas’ y las casas históricas de Rioja. “A algunos, como a mí, aunque conservo la nacionalidad española (en la actualidad vive en San Juan de Luz) nos llamaban los ‘extranjeros’ y decían que tirábamos los precios con los graneles, pero luego sacábamos las cifras y tenían que asentir”. “Fue muy bonito –continúa- contribuir al desarrollo de la marca Rioja y cómo logramos desarrollar las exportaciones de vino embotellado”.

 

 

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