Escaños y escoñados

Salvo el de CiU, los resultados electorales han sido, en general, los previstos. Se podría matizar, quizás, que el PSOE ha caído en el límite más bajo de los pronósticos y que UPyD ha alcanzado la franja más alta. La menor participación (2,16%) coincide, sin duda, con parte importante del voto del PSOE en 2008, el que corresponde a aquellos ciudadanos que han decidido no prestar su confianza a otra fuerza política, pero tampoco renovarla en los socialistas (recordémoslo: han perdido algo más de 4.300.000 votos). El ascenso de IU, si notable, es un éxito con salvedades, ya que históricamente esta formación y el PSOE son vasos comunicantes: su cosecha, por tanto, en el campo socialista —un millón de votos— no ha sido magna.

               Unos datos que requieren una profunda reflexión son, sin duda, los de Euskadi, en lo que se refiere al PP y al PSOE. El primero ha mantenido estrictamente sus votos y sus diputados con respecto a 2008; el segundo ha perdido casi 180.000 votos —cerca del 42%, un porcentaje escandalosamente superior al perdido en toda España, que ha sido del 15%— y cinco diputados. Se puede, pues, afirmar que, desde el punto de vista de la rentabilidad de sus políticas, ni al PP le ha reportado votos su apoyo gratuito al lehendakari López ni al PSOE las piruetas que ha realizado ni los vericuetos que ha recorrido para el proceso de legalización de Batasuna y su mundo y para alcanzar la afirmación de ETA de que ha suspendido chantajes y asesinatos y de que así seguirá si se atiende a sus condiciones. Cabe aún otra observación nada sorprendente, la de que el mundo de Batasuna y el del PSOE comparten votantes.

               En cuanto al triunfo del PP, se ha producido, a juicio de este analista, en la forma deseable, con mayoría absoluta. Estamos, es perogrullada decirlo, en una situación de crisis gravísima, cuyos dos vectores más generales son el de la actividad económica y el financiero, ambos realimentándose. La situación ideal, por tanto, descartado el PSOE, es la que se ha producido, que permitirá a la fuerza ganadora aplicar su programa, el cual, a mi entender, y por otro lado, va mucho mejor encaminado que el del PSOE (lleno de propuestas-lema o propuestas metafísicas, como la de aumentar el número de mujeres directivas a fin de crear empleo) para activar la economía. En otras palabras, si en esta coyuntura de alguna opción disponemos en el ámbito de la actuación que de nosotros —y no del exterior— depende, lo deseable es que se puedan aplicar las recetas del ganador rápidamente y sin cortapisas.

               Por lo demás, ya han empezado a solidificarse los tópicos entre los analistas y entre los creyentes más fervorosos. Señalaré aquí únicamente, de entre los que afectan a los primeros, la idea de que al PSOE «se lo ha llevado por delante la crisis». La crisis y sus estupideces e incapacidad: cuando van bien las cosas todos te ríen, por ejemplo, las gracias de la Alianza de Civilizaciones y el que tengas una ministra de sanidad que, sobre llevar una pulsera mágica, caiga en el ridículo de las conjunciones planetarias; cuando mal, no te perdonan ni el día que llevabas una mancha de comida junto a la comisura de los labios. Los de los creyentes: conozco más de un centro de trabajo y de una cola de supermercado en que ya se afirma — a fecha de lunes 21 de noviembre— que «nos lo van a quitar todo», la sanidad, las pensiones, la jubilación, el paro… No como una frase retórica o electoral, no. Con la misma seguridad y angustia con que, antes de 1982, alguna gente de derechas creía que los socialistas iban a expropiar pisos y negocios.

               En cuanto a Asturies, Foro ha tenido un éxito notable en Asturies, un escaño (lo que pronosticaban, por cierto, LA NUEVA ESPAÑA —a la que Álvarez-Cascos acusó de manipulación— y este analista) mediante 92.549 votos. En Madrid, sin embargo, el resultado de Foro ha sido ridículo (6.624 sufragios, prácticamente igual que Anticapitalistas y poco más que PUM+J), pese a la reiterada presencia de don Francisco en Madrid y de su cortejo pertinaz del antimarianismo.

               Pero, reiterémoslo, ha sido un éxito notable. No solo porque es la primera vez que una fuerza política asturiana no sucursalista (regionalista o asturianista, de derechas o de izquierdas) tiene presencia en las Cortes, sino porque haber fidelizado esa cantidad de votos no es asunto de menor enjundia. Lo único que lo empaña es el propio discurso de Foro y de Álvarez-Cascos, al haber sostenido —con señales de creerlo— que esperaban un grupo parlamentario y ganar aquí las elecciones y, sobre todo, al haber manifestado cierta decepción por los resultados. Ello indica una percepción desajustada de la realidad. Pero de todo ello y de las perspectivas de esta formación hablaremos en el futuro.

               PS. Si alguien del mundo asturianista tuviere interés en reflexionar sobre la materia, señalemos que Andecha ha obtenido 1.076 refrendos, frente a los 1.299 de 2008. Comparemos: el PACMA, 2.155, EB, 2.520. Nada más.



Dejar un comentario

captcha