El razonamiento electoral de Asturias

Ya estará trabajando, Rajoy, según nos prometió a los españoles anoche, desde una hora razonable de esta mañana postelectoral, agotada la celebración, pasado el primer susto, y algún que otro español de a pie ya estamos echando nuestras cuentas, sacando nuestras conclusiones particulares, subjetivas, seguro y personalísimas, de cuanto ayer ocurrió, para melancolía del pesoe, casi solo, contando sus bajas, decepciones y deserciones electorales.

Conclusiones inmediatas: la gente se ha dado cuenta de que necesita armar el mecano, resolver el rompecabezas de la economía y se ha vuelto al partido de la derecha o centro derecha, según desde donde se mire, beneficiario por añadidura del voto útil del centro derecha.

Han crecido, desmesurados en sus respectivos ámbitos, los partidos que no se sabe muy bien desde fuera si lo que pretenden es separatismo puro y duro o una nacionalismo que les posibilite mantener una especie de trepado en la textura social, posibilitador, para en su caso, que no está muy claro cuál es, de separar sin dolor ni demasiada oposición ni demasiado esfuerzo.

Y en mis Asturias, o mejor, en las Asturias a que pertenezco, puesto que estaban ahí cuando llegué y seguirán cuando me haya ido y haya sido olvidado incluso por los que más y más sinceramente me quisieron, en Asturias la lección hay que referirla al contexto de las autonómicas recientes, según mi criterio y leer como opino, coincidentes con reservas con el contexto nacional.

Asturias se ha inclinado hacia el pepé hasta donde le es razonablemente posible y le ha devuelto como voto útil una parte del que había mudado hacia el Foro de Paco Alvarez Cascos. En mi modesta opinión, Asturias ha dicho: es la hora del centro derecha, pero ese centro derecha tiene que ponerse al día. Ponerse al día habría sido elegir a Alvarez Cascos para dirigir al pepé asturiano, pero como el pepé no quiso, lo tuvimos que elegir nosotros. Y ahora, no sea que el pepé no tenga suficientes votos, en el ámbito nacional, vamos a volver a votarlo.

Como consecuencia de todos estos dimes y diretes, ha nacido el Foro. El Foro tiene, creo, posibilidad y vocación de constituirse en base y cimiento de un equivalente de los partidos nacionalistas más arraigados, que como todo el mundo sabe son el peneuve y convergenciayunión. De lograrlo, aglutinando con centro derecha, regionalistas, liberales y moderados en general, habríamos dado, pienso, un paso de gigantes en la regeneración de Asturias. Si no, regresaremos al conformismo, la abulia, el laberinto en que es fácil comprobar que andábamos ensimismados.

También puedo estar equivocado.



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