La desconexión

Contra aparente pronóstico los ingleses han decidido irse de la Unión Europea lo que, dígase lo que se diga, traerá consecuencias imprevisibles y nada buenas.

Como país con fuerte y antigua tradición democrática su primer ministro el conservador David Cameron, convocante de la consulta y contrario al "brixit", ya anunció a primera hora que dimite para dar paso en el congreso de su partido en octubre a un nuevo líder que se encargue de la desconexión con la Unión Europea que ahora se queda compuesta por 27 países.

Y todo esto a 48 horas de unas elecciones generales España con vaticinios incierto sobre la formación de gobierno. Lo que acaba de ocurrir en Gran Bretaña debe servir a nuestros políticos para negociar rápido y bien a partir del lunes en busca de un nuevo gobierno, apartando personalismos, filias y fobias, y preparándonos para los difíciles tiempos que se avecinan con una convulsión del euro, el futuro de las cuantiosas inversiones españolas en la City, Sabadell o Santander, por ejemplo, y, seguro, una disminución del turismo inglés en nuestras playas ya que sin duda sufrirán con el desenganche una devaluación importante de la libra.

Probablemente el "brexti" favorecerá el domingo a Mariano Rajoy y los suyos, preocupado el ciudadano de a pie por experimentar con gaseosa en estos momentos.

La campaña finaliza esta medianoche con la forzada pero real polémica de las grabaciones en el despacho del ministro de Interior Jorge Fernández, aquel dicharachero gobernador civil que tuvo en los 80 UCD en Asturias, y con la impresión de que efectivamente el PSOE remonta con un Pedro Sánchez inasequible al desaliento mientras a los de Unión Podemos les noto con cierta fatiga y preocupación. Siento escribir que observo a Albert Rivera algo desnortado y lo va a pagar en las urnas. La campaña en general ha sido plana, personal, cansina, sin ilusión pero ahora, tras lo que acaba de pasar en la Unión Europea, se acabaron los dimes y diretes. Hay que ponerse el mono de trabajo y pensar menos en uno mismo y más en este país llamado España.

En estos momentos hay unos 200.000 españoles residiendo en Gran Bretaña; de ellos 2.000 son asturianos, jóvenes y emprendedores, a quienes esta mañana David Cámeron ha prometido que de momento nadie les tocará en su condición de comunitarios, pero, ojo, de momento; esto es, hasta que se aplique el artículo 40 que iniciará en otoño la desconexión con la UE. Al final, no nos engañemos, todo esto viene por el tema de la emigración pero, claro, la sociedad británica sin los emigrantes no podría funcionar. Un hostelero español propietario de un importante restaurante en Londres salía ayer por televisión diciendo que tenía 80 empleados y solo dos británicos. Y a todo esto la Reina, impávida, cuidando sus flores.



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