Nunca es tarde…

Nunca es tarde para recordar, para asombrarse , para agradecer y reconocer el mérito, para impulsar un proyecto y mejorar la sociedad que nos acoge, y más en estos tiempos de sacrificio, coraje, paro, miseria y frustración,  donde es obligación de todos buscar nuevas fuentes de riqueza y recuperar el terreno perdido, y en esa búsqueda uno de los elementos esenciales se llama “I+D+i”, ya que en esta España de sol, sudor, estepa y playa, banqueros, tertulianos y políticos, la única fuente segura de riqueza y crecimiento es el conocimiento que se aplica a la innovación , pues multiplica los panes y los peces, y si no que se lo pregunten a los lugareños del Páramo, en León, o a los vecinos de las , en otros tiempos, inhóspitas tierras de Almería, hoy convertidas en fructíferos invernaderos.

 

Hace algún tiempo en esta misma columna elogiaba la figura del ingeniero don Ildefonso Sánchez del Río y sus aportaciones a Siero (la copa de Carbayín, los paraguas del antiguo mercado de ganados, la Plaza de Abastos) y comunicaba la importancia que para España había tenido la llamada Generación del 27 de la Técnica y los nuevos sistemas de construcción que incorporaban materiales nuevos como el hormigón armado entre otros. Este mismo año, con motivo de la conmemoración del 60 aniversario del Colegio de Ingenieros de Caminos de Madrid, se nos informó que España cuenta con la mayor red de autopistas y autovías de Europa y somos la 2ª nación del mundo en red de alta velocidad, y que seis de las diez principales ingenierías del mundo son españolas y que tanto reparan las estaciones del metro de Nueva York como construyen el de Toronto, el URAL Polar en Rusia o el Ave de la Meca Medina. Se calcula que el importe de los proyectos que tienen estas ingenierías en el extranjero ronda los 75.000 millones de euros en la actualidad. Ante estos datos sólo me queda desear que se recupere el ritmo de inversión en España hasta alcanzar el 1,5% del PIB como pedía don Pablo Bueno Ruiz, Premio Nacional de Ingeniería 2014.

 

Hace unos días y va de ingenieros - he vivido una de las mayores satisfacciones de mi vida profesional, y ya son casi 35 años como docente -  concretamente el pasado viernes 20 de marzo, con motivo de la imposición de Becas a los alumnos de la 35 Promoción del Colegio Los Robles el prestigioso ingeniero de caminos y mejor persona don Antonio Navarro Manso, exalumno del Colegio, profesor de Ingeniería Hidraúlica de la Universidad de Oviedo, galardonado  recientemente con el Premio Anci 2014 de Tesis Doctorales por la ministra de Fomento doña Ana Pastor por su proyecto de ampliación del viaducto de San Pedro de la Ribera, pronunció la Conferencia Inaugural que en una primera parte trató de su labor como ingeniero y de la necesidad de contar con operarios responsables como su encargado José Antonio sin el que, en palabras del ponente:” no hubiera culminado el proyecto de San Pedro” , y posteriormente, con  visualizaciones de sus proyectos(puentes...)  y con la ayuda deunas cartas de magia fue desgranando aquellos principios necesarios, según él, para moverse a nivel profesional, con la sorpresa que los requisitos básicos o fundamentales que habían escogido los jóvenes previamente eran los mismos que postulaban los mayores, y que no difieren apenas de los que en una reciente entrevista televisiva había emitido  otro ilustre ingeniero en ejercicio y Presidente de OHL don Juan Miguel Villar Mir al decir que toda empresa, en este caso toda persona, debe tener unos objetivos y ser fieles a los mismos, y que el logro de los mismos pasaba por las palabras:trabajo,constancia ,servicio . La última parte de su intervención, más testimonial, evocó su acto académico y a sus compañeros de su  promoción, los avatares vividos, así como que el tiempo pasa, que los amigos se casan, tienen hijos y que algunos, por desgracia,  aquejados por la enfermedad, fallecen, como su excelente compañero Ángel. Dicho esto recordó que el único objetivo que no puede fallar es el de ser persona.

 

Nunca es tarde para reconocer el mérito, la excelencia, el servicio, y es bueno que los pueblos sepan que su bienestar es fruto del trabajo e investigación de personas que fieles a su vocación y  a su voluntad de servicio se preocupan de ofrecernos un mundo mejor y más habitable y lo que es más importante, un futuro mejor, siempre que tengamos en cuenta la importancia de la llamada economía del conocimiento.

 

A tenor de lo dicho es muy oportuna  aquella frase pronunciada un 24 de junio de 1858 por el ministro Posada Herrera cuando, al llegar el primer chorro de las aguas de Lozoya a la ciudad de Madrid, dijo a la reina Isabel II:” Señora, hemos tenido la suerte de ver un río poniéndose de pie”. Idéntico asombro experimento yo siempre que envío un correo electrónico a mis amigos de Buenos Aires. ¡Qué lejos quedaron los tiempos en que yo escribía a mi abuelo por correo aéreo!¿Qué sería ahora de nosotros si no tuviéramos agua corriente?  Ante las aportaciones positivas que hacen la Técnica y la Ciencia en pro del progreso de los pueblos y   ahora que estamos en tiempos de Cuaresma y Pasión sólo me queda desear: “Qui  videamus”.

 



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