Evitar la colisión

 

El “choque de trenes” que se anunció ,a principios del verano, desde las filas  soberanistas , si no se atendían sus pretensiones, ya está en el diagrama de tráfico político como “colisión previsible”.

Desde estaciones opuestas, una en la meseta y la otra en la costa, sobre vía única, ya se han puesto en marcha los respectivos convoyes : el gubernamental y el de la autodeterminación. La velocidad que imprima cada uno de los conductores, y la capacidad de frenado, serán determinantes para que se produzca, o no, la catástrofe y el grado de daños, colaterales incluidos, puesto que no existe desvío alternativo y las luces rojas de alarma están encendidas.

Desde la Generalitat de Cataluña, el pasado dia 12 de Diciembre, el presidente Artur Más levantó el banderín dando salida, poniendo en marcha todo lo anunciado en la hoja de ruta del soberanismo, que ya había sido precedido por un programa de hostigamiento, para ablandar voluntades, que incluyó desafueros, rechazo de símbolos, reniego de sentencias constitucionales, desplantes a todos los niveles, descrédito de España en foros internacionales, usurpación de funciones ,violencia callejera, manipulación de la sociedad civil y discriminación lingúistica. Acciones llevadas a cabo de forma sistemática e incluso con chulería.

El destino la Moncloa y la fecha el 9 de Noviembre del 2014, para que el Gobierno y el resto de  España traguen los resultados de un referendum ilegal, al margen de la Constitución.

El propio Artur Mas ha manifestado que de tales propósitos y procedimientos ya había informado al presidente del Gobierno, en la entrevista que tuvieron en el verano, trasmitiéndole las conclusiones de su llamado Consejo Asesor para Transición Nacional de Cataluña para iniciar la construcción del nuevo Estado, República de Catalunya, que se iría desarrollando a partir de las estructuras creadas por la Generalitat, aprovechando el Estatuto y superándolo ampliamente. Según el presidente catalán, Mariano Rajoy no le hizo ninguna contrapropuesta, mas allá de hablar de la financiación cuando tocase.

Ahora mismo no parece haber ningún canal de comunicación, no existe un teléfono rojo para alertar de emergencia nacional.Ni siquiera ,por cortesía política elemental, se adelantó, unas horas, a la Moncloa, el anuncio del referendum. Al menos así lo ha manifestado el portavoz de la Generalitat, que calificó el momento de “ trascendencia histórica”, merecedor de toda la teatralidad utilizada y de que el presidente del Gobierno de España se enterase por la prensa. El seny empieza a fallar.

El órdago secesionista ha sido tan grave que por fin Mariano Rajoy ha dado un paso al frente, declarando en forma solemne y teniendo como testigo ocasional, pero muy oportuno, al presidente del Consejo Europeo, Van Rompuy, que “la consulta no se va a celebrar”. Sus palabras sonaron contundentes en el compromiso de la defensa de la unidad de España y de la propia Cataluña para librarla de las quimeras independentistas.

No es tiempo de andar analizando retrasos y responsabilidades ,hay demasiado de todo y tambien nombres que merecen el bochorno colectivo, ahora importa más contener el desafío al menor precio posible para nuestra democracia, la convivencia nacional,la estabilidad y recuperación economica y social, así como la continuidad de la patria de todos, de España como nacíón y el Estado más antiguo de Europa.

Es evidente que el Gobierno, en nombre del pueblo español, que incluye a todos los catalanes, tiene legítimamente recursos jurídicos y políticos para reconducir la situación, pero el empeño tendrá más  éxitos en cuanto represente mayor consenso. Ha llegado la hora de que los grandes partidos nacionales PP y PSOE hablen con solo una voz en este tema, que den vacaciones a sus portavoces mas crispados, y que aprovechen los valientes gestos de Ciudadans y UPYD. Hay que abortar el rebufo de los otros nacionalistas periféricos y de alguna forma alertar a la opinión pública de la inexplicable actitud de Izquierda Unida,  junto a  UGT y  CCOO, respecto al nacionalismo ,que por definición es totalmente contrario a los intereses de la clase trabajadora. Si además desde Bruselas se hace una declaración formal,quizás se logre detener el “choque de trenes” o aliviar la colisión.

 

 

 



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