Una inteligencia política fuera de lo común

Todo un bombazo de la derecha en Madrid con motivo de la presentación del libro de memorias de José María Aznar. Mariano Rajoy, Rodrigo Rato, Dolores de Cospedal... solo faltó Francisco Alvarez-Cascos quien fue, precisamente, uno de los más elogiados por el ex presidente del Gobierno quien dijo de él, entre otras cosas, “Paco Cascos demostró una inteligencia política fuera de lo común”. Algo se mueve en la derecha oficial española con un jefe supremo medio en la sombra, José María Aznar, y colaboradores como Eduardo Zaaplana dispuestos a volver a la primera fila de la actualidad. y es que José María Aznar está todavía en edad de merecer y a Mariano Rajoy el recorrido cada vez se le hará más corto por los recortes, el desgaste y las propias equivocaciones. Además el jefe supremo tiene que buscar como sacar a su esposa, Ana Botella, del embrollo en el que está por hacer aceptado, consorte como es, ser alcaldesa de Madrid, que no contaba con la marcha de Alberto Ruíz-Gallardón al ministerio de Justicia. Aunque estamos hablando a tres años vista no perdamos de vista -ya se encargaré él además- a José María Aznar. En cuanto a Alvarez-Cascos me consta que el ex presidente en cuanto tiene ocasión pincha a su elegido Mariano Rajoy para que acerque posturas en Asturias y procure no solo anular a Foro, segunda fuerza política del Principado, si no también repescar a “esa inteligencia política fuera de lo común”.

Recuerdo aquella comida en enero de hace dos años en el restaurante La Campana en Pruvia en la que Francisco Alvarez-Cascos reunió  a una decena de fieles como Isidro Martínez Oblanca, Enrique Alvarez Sostres, Isidro Fernández Rozada y la mismísima Mercedes Fernández para comunicarles que Génova no aceptaba que él emcabezase la candidatura popular a las autonómicas en Asturias, comida en la que, por cierto, no llegó a anunciar la creación del nuevo partido pero si que se iba del PP “donde se ve que no me quieren”. Decir esto y echarse a llorar Mercedes Fernández fue todo uno. Ahora en el parlamento regional tengan por seguro que la presidenta del PP asturiano no soltará una lágrima, ni de cocodrilo, por esa “inteligencia política fuera de lo común”.

A estas alturas de la película el diputado de Foro Enrique Alvarez Sostres -ha citado Asturias y sus problemas en el Congreso más de cien veces en lo que lleva de legislatura- me comenta que el jefe está más animado que nunca y que ha anulado completamente a Mercedes Fernández en el hemiciclo de la Junta General del Principado. Mañana se abstendrá en la votación sobre la propuesta del PP respecto al tema de los desahucios.”No es la solución que esperábamos pero tampoco podemos ir en contra”. Enrique Alvarez Sostres, que se lleva divinamente con el resto de los diputados asturianos, solo le es negado el saludo por Ovidio Sánchez que cuando se cruza con él en un pasillo mira para otro lado. Para Enrique Alvarez Sostres el único grano preocupación que tiene su partido en Asturias son las malas relaciones con el primer medio de comunicación de nuestra autonomía, La Nueva España, “algo que hoy por hoy no veo como se puede solucionar”.

Entrega de los premios Fin de Carrera en el paraninfo de la Universidad. El rector Vicente Gotor insistió en su discurso tradicional: “Necesitamos que el mundo de la empresa ayude más a la universidad”. Fácil es decirlo pero difícil concretarlo. Quien los tiene descolocados es el comunicólogo y empresario Lalo Azcona, flamante presidente del Consejo Social. La próxima semana traerá a Asturias a Ramón Sotomayor, presidente de Thyssen Europa, para el que tiene planes para involucrarle en la principal institución docente del Principado. Aunque el gobierno de Javier Fernández, o sea, el PSOE, le ha impuesto al profesor Ignacio Villaverde como secretario del Consejo Social, ha conectado bien con él. Villaverde, no se lo pierdan, será candidato a rector en las próximas elecciones. Lalo Azcona ha renunciado a tener un coche oficial a su disposición, ha eliminado las dietas y cada vez que hay reunión del Consejo Social lleva a todos sus miembros a comer a Casa Fermín pero, ojo al dato, pagando él toda la fiesta de su bolsillo. Vamos, me quito el sombrero que no uso.



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