Estaba con un par de amigos conversando sobre la plaga económica que como
un piojo no somos capaces de matar y encima molesta. Eran horas de estar ya
en casa, habíamos acudido a ver a un compañero de trabajo que ingreso por
urgencias. Y ya saben eso de la despedida...de qué nos quejamos, que bien
estamos cuando tenemos salud, y la liamos.
 Uno apuntaba que para salir de la crisis había que abandonar el país, pero
no tenia nada claro dónde "refugiarse". El otro -mas tajante- y radical en
su postura se postulaba por "pasar de todo". Mójate -me decían- más de lo
que estamos ya...la risas no se hicieron esperar. Me parece que lo mejor es
meterse en un convento. La guasa se desencadeno y hasta la luna se rió.
 Ahora que escribo todo esto y vacío del oro liquido. Pues la verdad que no
estaría del todo mal. Aislarse -eso si, por un tiempo- hasta que la crisis
remita. Pasar todo el "santo" día en la soledad y aislamiento que te ofrece
la vida monacal. Sin prensa, radio/tv menos internet (que te conecta con el
mundo al instante) es decir, noticias "cero".
 Rodeado de piedras milenarias y de paz. Clérigos que harán -nunca, mejor
expresado- de hermanos. Ya en la celda, volver a leer a los clásicos, si
hay fe ir a misa y cantar gregoriano. Como habría que contribuir con alguna
faena propia. Y como no me veo haciendo pastas/galletas mi sitio
sería estar al aire libre -cara a cara con el hermano sol- haciendo la
labor de un cirujano abriendo cicatrices sobre la tierra y con el tiempo
extraer lechugas, papas, tomates...

Si aquella loca noche les cuento esto a mis amigos les habría entrado un
ataque de risas y hubiéramos llegado a casa cuando la gente sana/formal ya
estaría en sus oficinas/tiendas. Mi jefe, llamaría al asesor laboral para
notificarle mi ausencia y que me restara un día.

Lo de volver al huerto aquí va en forma de guasa/mofa pero no habría que
descartar esta posibilidad para paliar la negra crisis y además de
llevarnos los productos libres de aditivos, sanear y mejorar nuestra
maltrecha renta familiar. Supongo que los centros comerciales lo verán de
otra manera.

Os dejo que ya tocan a..."maitines".