Fernández reitera ante el ministro de Energía que la UE debe revisar las fechas de cierres de minas

Fernández reitera ante el ministro de Energía que la UE debe revisar las fechas de cierres de minas

El presidente del Principado y el ministro de Energía suscriben el convenio que permitirá desarrollar nuevos proyectos con cargo a fondos mineros

-   El acuerdo recoge las 127 actuaciones planteadas por el Gobierno de Asturias y los ayuntamientos, que movilizarán una inversión estimada de 158 millones

 

El presidente del Principado de Asturias, Javier Fernández, y el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, han firmado hoy el nuevo convenio marco que definirá el ámbito de colaboración para la ejecución de proyectos con cargo a los fondos mineros que favorezcan el desarrollo económico de las comarcas del carbón. El acuerdo incorpora una primera propuesta de 127 actuaciones de infraestructuras que movilizarán una inversión estimada de 158 millones.

 

De estas actuaciones, 35 se corresponden con iniciativas planteadas por el Gobierno de Asturias, mientras que las 92 restantes han sido propuestas de los municipios y consensuadas con el Principado a través de la Asociación Comarcas Mineras (Acom).

 

Entre esos 127 proyectos figuran planes de optimización y diversificación energética en edificaciones públicas, creación y equipamiento de viveros de empresas y centros de desarrollo tecnológico y actuaciones de saneamiento, entre otros. También la restauración de escombreras, zonas degradadas y espacios afectados por la actividad minera para impulsar un desarrollo alternativo.

 

El convenio se desarrollará a través de acuerdos específicos para cada una de las acciones. Por su parte, la comisión de cooperación, que se constituirá en breve y en la que tendrán representación el Instituto para la Reestructuración de la Minería del Carbón, dependiente del ministerio, y el Gobierno del Principado, será la que determine los proyectos que se van a ejecutar.

 

La figura de este convenio marco de colaboración entre la Administración central y el Ejecutivo autonómico aparece recogida en el Real Decreto 675/2014, el documento que establece las bases reguladoras de ayudas para el impulso de las comarcas mineras dentro del Marco de Actuación para la Minería del Carbón y las Comarcas Mineras en el periodo 2013-2018, firmado el 1 de octubre de 2013 por el ministerio, los sindicatos UGT, CCOO y USO y la organización empresarial Carbunión.

 

Ese marco prevé inversiones por valor de 250 millones para las comarcas afectadas por procesos de cierre de explotaciones de carbón, principalmente en Asturias, Aragón, Castilla-La Mancha y Castilla y León.

 

El consejero de Empleo, Industria y Turismo, Isaac Pola, y el secretario de Estado de Energía, Daniel Navia, también han asistido a la firma del convenio.

 

Convenios anteriores

 

Hasta ahora, el Principado ha desarrollado proyectos para la reactivación de las comarcas mineras al amparo de dos planes del carbón:

 

-   Plan 1998-2005 de la Minería del Carbón y Desarrollo Alternativo de las Comarcas Mineras. En el marco de esta iniciativa se firmaron 125 convenios correspondientes a 358 obras, por un importe total de 1.333.829.680 euros, de los que se han recibido 1.171.743.926.

-   Plan Nacional de Reserva Estratégica del Carbón 2006-2012 y nuevo modelo de desarrollo integral y sostenible de las comarcas mineras. Con cargo a este plan se suscribieron 257 convenios para otras tantas actuaciones por un importe de 490.268.739 euros, de los que se han recibido 155.949.956.

 

 

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL PRINCIPADO DE  ASTURIAS, JAVIER FERNÁNDEZ

 

Señor ministro, bienvenido a Asturias, una región industrial que quiere seguir siéndolo.

Perdone si el saludo no atiende a los cánones.  Posteriormente intentaré explicarme; primero, procede el agradecimiento.

La firma de este convenio es una buena noticia para las cuencas y para Asturias entera, otra prueba que acredita que la colaboración leal entre administraciones siempre resulta positiva. En este caso, que el Gobierno de España y el Gobierno del Principado aúnen esfuerzos para fomentar el desarrollo alternativo de las comarcas mineras es también un acto de justicia. Por todas las razones anteriores y especialmente por esta última, agradezco públicamente su presencia y su cooperación.

He dicho que esta firma es un acto de justicia. Resulta sencillo de entender. Las cuencas fueron el semillero fabril de Asturias. Desde la primera revolución industrial en adelante, en esta comunidad se desarrolló un complejo minerosiderúrgico que alcanzó su mayor expansión en el siglo pasado. Sólo la minería llegó a dar empleo a más de 52.000 personas.

Crecí en Mieres, en la cuenca del Caudal. Me siento parte, uno más entre decenas de miles, de las personas que conocieron los años de auge del carbón. No exagero si afirmo que en las cuencas, en cada uno de los valles, la minería lo era todo o casi todo: trabajo, dinero, forma de vida, sindicalismo, política, paisaje arrasado, contaminación, también luto.  Sobre la piedra negra del carbón se edificó gran parte de la riqueza industrial y económica de Asturias.

 

Lo que queda, los restos de aquella gran aventura industrial, lo conocemos: está a la vista de todos. Ahorro el relato y la descripción de la degradada situación socioeconómica actual. Al fin y al cabo, los fondos mineros no son más que una compensación concebida para paliar los efectos del agotamiento, del fundido en negro, dicho en lenguaje cinematográfico, de aquel mundo que vivimos y no regresará.

Las expectativas no son mejores. Para 2018, un ejercicio que ya asoma ahí, a la vuelta de la esquina, con el lomo erizado de cierres, está prevista la clausura de las explotaciones no competitivas o, en su caso, la devolución de las ayudas recibidas. En este sentido, destaco la propuesta del Principado al Gobierno de España para que la Unión Europea revise la fecha y las condiciones citadas.

El convenio que hoy firmamos tiene su origen en el Marco de Actuación suscrito en 2013 entre el ministerio, los sindicatos y la patronal. Ese acuerdo plantea una dotación de 250 millones en ayudas directas a las comunidades. La financiación de las iniciativas correrá a cargo del Instituto del Carbón y el Principado contribuirá con al menos el 25% de las aportaciones que realice el Gobierno del Estado a cada uno de los proyectos. Así, en las próximas semanas formaremos una comisión con el Instituto del Carbón para determinar qué actuaciones se realizan y las condiciones de financiación, ejecución y justificación.

A la espera de avanzar estos pasos, Asturias propone 127 proyectos, consensuados previamente con los ayuntamientos, por 158 millones. Este compromiso implicará un gran esfuerzo económico del Principado, acorde a su sensibilidad con las comarcas mineras y el afán de atenuar las consecuencias del cierre de explotaciones.

Pero me había comprometido a explicar el peculiar saludo inicial. Me pongo a ello.

Pese a la reconversión, Asturias continúa siendo una región industrial. La aportación conjunta de la industria y de la generación de energía supera ampliamente el 20% del PIB, el umbral que se fija estadísticamente para definir una región industrial. Añado un par de datos reveladores:

  • En España, la demanda industrial absorbe el 23,6% de la energía consumida; en la Unión Europea, ese porcentaje se eleva al 25,3%; en Asturias se dispara al 67,6%.

 

  • La actividad industrial genera el 14% del empleo en el Principado. Sólo las industrias electrointensivas concentran el 5%. Hablamos de unos 18.000 puestos de trabajo y más de 780 millones de gasto de personal al año, de los que 240 son cotizaciones sociales.

 

A estas alturas, estoy seguro de que adivinan perfectamente el destino de estas palabras. Para la supervivencia de esta fortaleza industrial, el precio de la energía y el mantenimiento de las centrales térmicas son factores clave. Por eso consideramos inaplazable contar con un suministro eléctrico competitivo, estable y predecible.

Y ese objetivo no es compatible con el cierre precipitado de los grupos generadores que conforman el polo energético que hoy existe en Asturias, surgido de aquel primigenio complejo minero siderúrgico.

La transición energética, es decir las políticas destinadas a propiciar una descarbonización de la economía –de la que ahora se empieza a hablar con alarma y grandes titulares, como si sólo descubriéramos la pólvora cuando estalla-  es uno de los desafíos más problemáticos que afrontará la Unión Europea y, lógicamente, España en los años inmediatos. Si digo que esa transición debe planificarse con inteligencia y responsabilidad para evitar que errores potenciales deriven en riesgos para la seguridad, continuidad, calidad y costes del suministro energético; si digo todo eso, repito, no hago más que llamar al rigor, a no dar pasos en falso, a no ser más papistas que el papa   en la planificación del futuro energético de España, porque nos estamos jugando el futuro.

De mano, esta región industrial que quiere seguir siéndolo defiende que durante ese proceso necesariamente largo se mantenga la generación eléctrica con carbón. Y, una vez más, estoy convencido de que la colaboración leal entre administraciones, como la que hoy refrenda esta firma, es la mejor manera de hacer frente a los grandes desafíos.

La oferta está hecha, señor ministro.

 

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