Viaje por la monumentaria megalítica en el Pirineo

Viaje por la monumentaria megalítica en el Pirineo

Los megalitos se asocian normalmente al mundo funerario pero también se cree que podían servir para reclamar un territorio o reforzar la identidad grupal.

 

A pesar de los miles de años transcurridos, todavía permanecen en pie muchos de los sorprendentes monumentos pétreos que construyeron los antiguos pobladores de la tierra. Aragón es tierra de dólmenes, la mayoría de ellos diseminados en parajes ocultos de los altos valles pirenaicos y de la Sierra de Guara.

El inventario arqueológico del Gobierno de Aragón recoge más de setenta monumentos megalíticos construidos desde el Neolítico a la Edad del Bronce, aunque hay algunos más a la espera de ser estudiados, y posiblemente sean muchos los que todavía no han sido descubiertos, a día de hoy. En la mayoría de los casos, el acceso a estos monumentos prehistóricos requiere de caminatas de mayor o menor grado de dificultad, por lo que su visita cuenta con el aliciente de disfrutar del paisaje durante la ruta.

 

En la zona más occidental destaca el conjunto megalítico de Guarrinza, es el mayor de todo el Pirineo y se encuentra entre los términos municipales de Hecho y Ansó. Es muy recomendable la excursión al dolmen de Aguas Tuertas, uno de los más conocidos gracias a su excelente estado de conservación y al espectacular paisaje que lo rodea. Una dura ascensión hasta el Puerto de Palo, lleva al dolmen de las Foyas, siendo a sus 1.810 metros de altitud el más elevado del Pirineo. Además, el yacimiento de la Corona de los Muertos, en la Selva de Oza, alberga más de ciento veinte círculos de piedra que corresponden a fondos de cabañas y permiten conocer más sobre la vida de los primeros pobladores de la cordillera pirenaica. Todos los restos encontrados en esta zona arqueológica se muestran y explican en el Centro de Interpretación del Megalitismo Pirenaico y de la Val d’Hecho, que además, en temporada alta, organiza excursiones guiadas a los monumentos megalíticos del valle.

En el valle del Aragón se encuentra el conjunto dolménico de Villanúa. Un recorrido por el dolmen de las Güixas, el de Letranz y el de las Tres Peñas, en un radio de unos siete kilómetros, se convierte en una agradable excursión por los magníficos parajes que circundan la localidad.

 

Por el valle de Tena se encuentra el dolmen de Santa Elena, ubicado muy cerca del camino que asciende hacia la ermita del mismo nombre, en la localidad de Biescas. El dolmen que hoy se conoce no es la formación original, ya que hasta que llegó la guerra civil a tierras aragonesas, el conjunto contaba con dos dólmenes. Durante la contienda, éstos fueron destruidos y en la década de los setenta se reconstruyó el que ahora se puede contemplar.

El dolmen de Tella, conocido también con el nombre de Piedra de Vasar o Losa de la Campa, es uno de los más famosos de la península ibérica. Subiendo hacia Tella y poco antes de llegar a la localidad, la carretera nos deja a tan solo un paseo del lugar. Merece la pena completar el itinerario realizando la ruta de las ermitas de Tella, en la que, a 1.350 metros de altitud, se disfruta de espectacular panorámica de la Comarca del Sobrarbe.

En la Sierra de Guara, rodeado de leyendas ancestrales, se encuentra el dolmen de la Losa Mora. Para llegar hasta él, se debe partir de Rodellar en dirección hacia el conocido barranco de Mascún. Solitaria y en un hermoso paraje entre las abandonadas aldeas de Otín y Nasarre, alcanzamos a contemplar esta gran piedra prehistórica a la que desde antaño se han atribuido fenómenos misteriosos.

 

Finalmente, en la zona más oriental del Pirineo aragonés, en el municipio de Arén, se encuentra el conjunto megalítico de Cornudella, donde destaca el dolmen de la Cabañeta del Fornó y el de la Cabañeta del Tancat de Dalt. El bosque de robles en el que se encuentran es frondoso, lo que dificulta su localización, pero una vez allí, la magia del lugar hipnotiza al visitante.
 

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