Antonio Santoveña, historiador, hablará sobre el tema: "El último sabio. Marcelino Menéndez Pelayo"

Antonio Santoveña, historiador, hablará sobre el tema: "El último sabio. Marcelino Menéndez Pelayo"

Gijón.-Hoy miércoles día 3 de OCTUBRE, a las 19,30 h., en el ATENEO JOVELLANOS de Gijón (C/ Francisco Tomás y Valiente, 1), el historiador cántabro ANTONIO SANTOVEÑA SETIÉN pronunciará la conferencia titulada: “EL ÚLTIMO SABIO. MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO”, sobre el libro del mismo título publicado por Ediciones Valnera.

 

Pasado el tiempo, la obra de Menéndez Pelayo sigue viva. Muchas veces criticada, discutida, negada; otras, injustamente tratada. Lo cierto es que las ideas de Menéndez Pelayo han echado raíces en nuestra cultura. En muchas obras ese legado está presente y expreso; en otras, los frutos de la labor del polígrafo recorren textos y territorios sin que se les asocie con su autor. Ningún otro crítico ha dejado una obra que perdure tanto: extremada y extremosa, en la que hay grandes aciertos, grandes estudios, grandes vacíos y, quizás, grandes errores. Hoy en día Menéndez Pelayo se nos presenta como un hombre que quiso interpretar nuestra historia y nuestra literatura con su peculiar manera de ser, su curiosidad omnívora y su arrolladora fuerza intelectual: interpretación luminosa, sorprendente, apasionada, a veces injusta, nunca anodina.

Pese a todo, fuera del ámbito académico don Marcelino sigue siendo un gran desconocido. Este libro intenta superar ese obstáculo.

Para ponerlo al alcance de todos los públicos, Antonio Santoveña Setién ha escrito una biografía breve y concisa, ha compilado una antología representativa en cien textos y ha recogido la opinión, también en cien textos, de grandes nombres de la cultura sobre el erudito montañés; José Ramón Sánchez ha desarrollado su arte pictórico ilustrando, con retratos de don Marcelino y de influyentes personajes contemporáneos, un retablo de 180 x 60 cm; y la Biblioteca de Menéndez Pelayo ha puesto a disposición de Valnera todas las fotografías que posee del polígrafo.

El objetivo es divulgar la figura de Menéndez Pelayo con un compendio gráfico, biográfico, antológico y artístico.

 

Marcelino Menéndez Pelayo (Santander, 3 de noviembre de 1856) Estudió en las universidades de Barcelona y Madrid, donde tuvo de profesores a Amador de los Ríos, Nicolás Salmerón y Castelar, entre otros. Una arbitrariedad académica del catedrático Salmerón, que hizo repetir curso a sus alumnos sin ni siquiera haberlos examinado, lo enemistó con el krausismo y los hegelianos en general, y finalmente se licenció en Valladolid en 1874. Allí conoció a su gran amigo, el conservador Gumersindo Laverde, que lo apartó de su inicial liberalismo y lo orientó hacia los neocatólicos.

En 1878 ganó por oposición una cátedra de la Universidad de Madrid. Su ingente labor intelectual, y literaria quedaría para siempre ligada, desde ese momento, a los numerosos cargos y distinciones académicas que cosechó: en 1881 entró en la Academia Española y al año siguiente terminó su Historia de los heterodoxos españoles y fue nombrado académico de la Historia, fue diputado a las Cortes de 1884 a 1892, y desde 1889 miembro de la Academia de Ciencias Morales y Políticas, en 1892 fue nombrado académico de Bellas Artes. En 1895 elegido decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid y en 1898 nombrado director de la Biblioteca Nacional. En 1909 lo nombraron director de la Academia de la Historia.
Murió el 19 de mayo de 1912. Legó su biblioteca, compuesta por cuarenta mil volúmenes, a la ciudad de Santander y sus restos fueron depositados en el panteón familiar, hasta su traslado al monumento de la catedral, en 1956.

Menéndez Pelayo fue el máximo representante de la escuela nacionalista en la historiografía española.
Entre su ingente obra destaca la temprana Historia de los heterodoxos españoles, en que se ocupó del estudio de la tradición cristiana a través de la historia de España, desde la Edad Media hasta finales del siglo XIX, y desmenuzó la labor de todos los pensadores y escritores perseguidos por la tradición católica española, asumiendo el punto de vista del catolicismo. En su segunda edición corrigió algunos de sus puntos de vista, pero no sus ironías contra los krausistas y los hegelianos.
También destaca la Historia de las ideas estéticas en España, cinco tomos en los que se ocupó de reinterpretar la bibliografía existente sobre estética literaria y artística en distintas épocas de la tradición cultural española.
Pero su obra magna se desarrolló en tres líneas fundamentales que a las que consagraría toda su vida: La publicación de las Obras de Lope de Vega en 13 tomos, la Antología de poetas líricos castellanos, otros 13 tomos, consagrados a la poesía medieval salvo el último, dedicado a Juan Boscán, y el tercero es su estudio Orígenes de la novela.
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas publicó sus Obras completas en 1940, en 65 volúmenes, sin incluir sus epistolarios y notas.
Provisto de una gran capacidad de trabajo, de inteligencia superdotada, dominador de ocho lenguas antiguas y modernas y poseedor de una portentosa memoria fotográfica, dedicó su vida la estudio de la literatura y la historia españolas desde un punto de vista muy marcado en el que identificaba la raíz de lo español con la tradición católica, en especial la del humanista Juan Luis Vives, pese a lo cual no negó, ocultó ni dejó de estudiar todo cuanto de poco ortodoxo engendró la cultura española ni de evaluar su importancia intrínseca.

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