Si uno ve con ojos de psicólogo la película “La invención de Hugo” descubre similitudes extraordinarias con un concepto tan difícil de explicar como es el sentido de la vida.

El pequeño Hugo Cabret le dice a su amiga que el mundo es como un inmenso reloj y que todas las personas son piezas de ese reloj que desarrollan una función.

Así partimos de un PRIMER  PRINCIPIO FUNDAMENTAL: “Todos tenemos una función en el mundo para que éste funcione”. Por lo tanto, teniendo esto claro, la vida tiene un sentido, otra cosa es que sepamos cuál.

Sigamos con el ejemplo del reloj… En la película aparecía un autómata construido con un interior de ruedas dentadas magistralmente ensambladas. ¿Y si cada uno de nosotros fuéramos una rueda dentada? Estaría clara nuestra función en la vida: Hacer mover a otro, y éste a otro y éste al siguiente…

Pues ya tenemos un SEGUNDO PRINCIPIO FUNDAMENTAL: “Nuestra misión es provocar el movimiento de los demás”. ¿Cómo? Imprimiendo tanta fuerza al movimiento del otro como aquélla que nos permitirá movernos. Pues difícilmente una rueda dentada se mueve si no la mueven.

Sin embargo todo reloj mecánico necesita que se le dé cuerda. Este Reloj Mundial se mueve sin que nadie le dé cuerda ¿Cómo? Porque cada rueda dentada que somos se mueve por una energía poderosa, la más poderosa del universo (como decía Einstein) LA VOLUNTAD. Y no todos la utilizamos, vivimos como parásitos aprovechándonos del empuje de otros creyendo que el mundo tiene la obligación de movernos sin que hagamos nuestro trabajo.

Por lo tanto tenemos un TERCER PRINCIPIO FUNDAMENTAL: “El movimiento empieza en nosotros”.

Respóndeme a esta pregunta:

Que no sepamos cuál es el sentido de nuestra vida no quiere decir que no lo tenga. ¿Cuántas veces confundimos la falta de conocimiento con la incapacidad para ser feliz? ¿Cuántas veces aceptamos la infelicidad sin antes haber pedido ayuda, sin antes haber aprendido a ser feliz? No es algo con lo que se nazca, se aprende, es nuestro trabajo, es NUESTRA FUNCIÓN.

Espero que os haya gustado esta analogía, uno no puede ir tranquilo al cine sin llevarse su libreta de notas!

Un abrazo!!

@Jcaperan

jacaperan@gmail.com