Esto, la campaña electoral para las generales del próximo domingo, llega a su fin. Los pesos pesados ya han pasado por Asturias, caso de Mariano Rajoy, Alberto Ruiz Gallardón -visto y no visto-, Alfredo Pérez Rubalcaba -¿Donde estás Alfonso Guerra, que te echan de menos?-, Cayo Lara y, por supuesto, Francisco Alvarez-Cascos que se ha divido esta temporada en tres: Presidente del Principado, participante en la campaña de apoyo a Enrique Alvarez Sostres en Asturias y lo mismo en apoyo de Carlos Bousoño en Madrid. Todos prometen lo humano, y en algunos casos lo divino, a unos ciudadanos que si excluimos a los forofos dan la sensación de encontrarse cansados, además de preocupados, por la reiteración de los discursos, la ambigüedad de los planteamientos y la utopía de las soluciones. Concretar, ninguno concreta nada. ¿A saber lo que el nuevo presidente del gobierno de España se encontrará bajo las alfombras de La Moncloa?. Precisamente repasando la hemeroteca me encuentro con un artículo del periodista allerano Graciano García publicado en el semanario que editaba la Asociación de la Prensa, Hoja del Lunes, en vísperas de las primeras elecciones generales democráticas a celebrar en nuestro país tras la muerte de Franco. Un artículo titulado “Los votos de Asturias” del que no me resisto a reproducir el siguiente párrafo: “El pueblo asturiano tiene un fino instinto político. Hace ya años que la concienciación regionalista asturiana -que no tiene una tradición tan pobre como algunos nos quieren hacer ver- va tomando cuerpo adaptándose a las nuevas circunstancias históricas. Una parte importante del pueblo asturiano luchó y lucha por la implantación de un Estado democrático basado en el pluralismo ideológico. Pero esta lucha no la separó de otra específica: la que comportaba la regeneración y recuperación de sus valores culturales, de sus tradiciones, de la autonomía regional que es el auténtico avance democrático de esta hora en la medida que permite el acercamiento del poder, de los centros de decisión, al pueblo“. Quizás el que fuera padre y director general de la Fundación Príncipe de Asturias tuvo entonces la clarividencia de la que ahora hace gala alguno de nuestros políticos. He aquí otro párrafo de su artículo ”Porque seamos claros: los partidos democráticos más presumiblemente potentes con fuertes bases en Asturias son centralistas, bien es verdad que unos más que otros. El pueblo asturiano debe presionarlos para que se conviertan sinceramente a la causa regionalista. De lo contrario el peso político de Asturias continuará siendo mínimo. Seguiremos llevando votos para Madrid y seguiremos yendo a Madrid hasta para que nos den una vivienda”. Lo dicho, no hay nada nuevo bajo el sol. ¿O van a decirme que si?.

Lamentablemente los medios de comunicación no pasan, al igual que otros sectores de nuestra sociedad, por un buen momento, afectados como están por la crisis traducida en menos lectores y menos anuncios. Me llega ahora la noticia de otro periódico semanal y gratuito, Oriente press, que se edita en Cangas de Onís por un animoso equipo de jóvenes encabezados por Nestor García Rivero y por Luis González Toranzo, que tras 70 números, más de 1.400 páginas y todo un pulso informativo del oriente asturiano, se ven obligados a tirar la toalla dejando de acudir a los hogares y establecimientos de los concejos de la zona oriental, esperando, eso sí, no perder completamente el contacto con los lectores, por lo que tienen previsto sacar a la luz algún número en fechas señaladas o cuando la publicidad, ahora muy tocada del ala, lo permita. Con mucha más antigüedad y una estructura impresora propia también en Cangas de Onís continúa adelante el semanal “El Fielato”, también gratuito, y que llega hasta el último rincón de la mano de lecheros y panaderos. Su fundador Borja Márquez logró convertir en una sólida realidad esta publicación, y alguna que otra periférica, como El Nora, para la zona de Siero y Llanera, batallando en mil y un frentes hasta el punto que va ya para más de 20 años la existencia del semanario. No se como le está afectando la crisis pero Borja Márquez es un duro luchador contra la adversidad así que, no me cabe duda, al igual que la economía española estoy convencido de que saldrá para adelante.