¿Ahorrar?, ni en broma

Los miembros de la Junta General del Principado continuarán con los mismos gastos, sueldos de sus señorías, los 47 asesores, el kilometraje, las dietas y demás prebendas y es que esta mañana los nueve diputados de Podemos han comprobado lo que vale un peine, quiero decir, cómo derecha e izquierda, incluido centro, se unen contra su propuesta de ahorrar en base a reducir el número de asesores, no cobrar más de 1.900 euros al mes por escaño y suprimir kilometraje. Al final, ya se sabe lo que son nuestros políticos, todo menos rascarse el bolsillo. Hasta el Partido Popular, que al principio estaba reticente, apoyó la propuesta del PSOE, de Ciudadanos – Ignacio Prendes estaba negro con el tema-, de Izquierda Unida – Gaspar Llamazares no puede vivir con solo 1.900 euros al mes- quedando por tanto solo Podemos en la oposición.

Emilio León va a comprobar lo que es estar en un parlamento en minoría minoritaria, máxime de aquí a noviembre en que se celebrarán las elecciones generales. El miedo a su partido hará sin duda que a Javier Fernández le sea más cómodo gobernar esta Asturias tan afectada por la crisis y de la que todos opinan que será la autonomía que menos crezca en el futuro inmediato.

Dentro de unos días Javier Fernández que presentó a su colega Pedro Sánchez en Madrid competirá por la presidencia del Principado con Emilio León y con Mercedes Fernández. Pese a la proximidad de las generales el llamado "pacto del duernu" que diría el polémico Juan Vega va a seguir existiendo porque al final para los partidos con representación en el Congreso Asturias apenas supone, caso del PP y del PSOE, un diputado arriba o abajo. Está claro que Foro Asturias perderá su escaño aunque el general secretario Francisco Alvarez-Cascos intente sustituir a Enrique Alvarez Sostres por lo que a los socialistas y los populares no les interesará un permanente enfrentamiento que de alas a Podemos.

Se ha presentado en Madrid el libro "El final de la guerra civil, al lado del general Miaja" escrito por su sobrino y secretario particular hasta su fallecimiento a mediados de la década de los 50 en México. Acudió a Madrid el autor del libro, el sobrino del general Miaja, Fernando Rodríguez Miaja que a sus 97 años está en muy buena forma, desarrollando una importante actividad empresarial en el país hermano, acompañado por su hija, nietos y bisnietos. En esta ocasión no pudo acercarse a su ciudad natal Oviedo en donde sigue esperando que la corporación tenga un justo gesto con su tío y le dedique una calle. Quizás ahora que hay un alcalde socialista al frente de la corporación su deseo se convierta en realidad.

Por un amigo común, antiguo compañero en las tareas profesionales que tuve en HUNOSA, el abogado Juanjo Menéndez, me envía un ejemplar dedicado lo que es todo un detalle. Precisamente mi amistad con Fernando Rodríguez Miaja partió de la biografía que sobre su tío, el general que constitucionalmente defendió Madrid, escribió este abogado de Langreo. En el acto celebrado en Madrid estuvo presente el profesor José Luis García Delgado, autor del prólogo y presidente del Museo de Indianos en Colombres donde están depositados varios objetos personales del general Miaja donados por su sobrino, así como también se encontraba entre el público la escritora María Teresa Alvarez, viuda del general Sabino Fernández Campo quien pese a pertenecer al bando contrario mantuvo a lo largo de su vida una muy buena relación con Fernando Rodríguez Miaja.

Como curiosidad les reproduzco el primer párrafo del proemio de este interesante libro de memorias escrito por un ovetense ilustre, Fernando Rodríguez Miaja:

A las 10,35 horas del 29 de marzo de 1939 el teniente general del Ejército de la República Española don José Miaja Menant despegaba del aeródromo de Rabasa en Alicante, puerto de la costa mediterránea, a bordo del avión que tenía a su servicio: un bimotor Air Speed de seis plazas.

Iba acompañado por sus ayudantes de campo, el teniente coronel de Infantería don José Pérez Martínez y el mayor de aviación don Mario Páramo Roldán, y por mí, que desempeñaba entonces -y seguí desempeñando hasta su fallecimiento en México- el cargo de su secretario particular. La tripulación estaba compuesta por los aviadores militares capitán piloto Corrochano y teniente mecánico Barcaiztegui. A las 11,45 horas de la misma mañana aterrizábamos en Orán, ciudad de la entonces provincia de Argelia, en el norte de Africa.

Tres días después, el primero de abril, se publicaba en España el parte comunicando que la guerra había terminado. Para nosotros se iniciaba el exilio.



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