Un partido en descomposición

El lunes, por fin, compareció en rueda de prensa en la sede del Partido Popular de la calle Génova -no lo hacía desde el año 2012- el presidente del partido y del Gobierno, Mariano Rajoy, tras la reunión del Comité Ejecutivo Nacional que analizó los "buenos resultados" obtenidos tras las elecciones municipales y autonómicas.
Esos "buenos resultados" -que para el vicesecretario de Organización del PP,Carlos Floriano, "suponen la segunda victoria más importante desde 1999"- en la práctica y en la realidad van a suponer la pérdida masiva en todo el territorio nacional de los gobiernos de alcaldías y comunidades autónomas. El Partido Popular ha perdido en las elecciones del pasado domingo 2,5 millones de votos.
Volviendo a la rueda de prensa extraordinaria del presidente Rajoy, a preguntas de los periodistas contestó que no consideraba que los resultados sean la antesala de las elecciones generales previstas para el próximo mes de noviembre por lo que, según sus palabras, en lo que queda de legislatura "no habrá cambios en el partido ni en el Gobierno".
Llegado a este punto de mi artículo he de confesar que, por diversas razones, lo había iniciado a primera hora de la mañana con intención de concluirlo por la tarde y no de la manera en la que lo voy a hacer. El día ha dado mucho de si políticamente hablando y las noticias y los acontecimientos me obligan a cambiar los argumentos.
Hoy tomaron la palabra los presidentes del Partido Popular de los gobiernos de la Comunidad Valenciana, de Castilla y León, y de Baleares. Alberto FabraJuan Vicente Herrera y José Ramón Bauzá han sido contundentes tanto con los resultados electorales como con respecto a su futuro político.
Mariano Rajoy no hará cambios cuando la ola de cambios le va a llevar a él por delante. Mariano Rajoy y su equipo de colaboradores directos no se enteran de que el Partido Popular está en una situación de autentica descomposición interna.



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