La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) -la institución independiente del Gobierno encargada de preservar, promover y garantizar la existencia de una competencia efectiva en los mercados nacionales- hizo el paripé al imponer una multa ridícula a cinco grandes petroleras (Repsol, Cepsa, Disa, Galp y Meroil) por pactar precios. La tal multa -si llegan a pagarla, que con recursos por el medio todo puede ocurrir- es por la pírrica cifra de 32,4 millones de euros. De esos 32,4 millones 20 se los imponen a Repsol y 10 a Cepsa, los otros 2,4 millones se los reparten las otras tres.

Nota intermedia que nada tiene que ver con la multa: Repsol destinó el pasado año 12,8 millones de euros para retribuir a los miembros de su consejo de administración, y una cifra aproximada (sin confirmar) fue asignada para los miembros del consejo de Cepsa. Si a ellas se suman las remuneraciones de los consejos de Disa, Galp y Meroil la cifra supera con creces los 32,4 millones de euros.

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, en el caso de las petroleras pierde aceite por no decir que perdió el culo con ese paripé de multa. Las petroleras recurrirán; pero están muy contentas. La bajada del precio del barril de petróleo se trasladó a las gasolineras y a los clientes finales con una lentitud desesperante, todo lo contrario a la velocidad usurera con la que en beneficio propio recuperan y pactan sus intereses.