Buen viaje!

A finales del curso pasado me topé en las calles de Madrid con un autobús escolar que rotulaba en sus laterales, a grandes letras, “VIAJE AL FUTURO”. Contenido que caló hondamente en mi persona y que hoy al haberse iniciado el Curso escolar 2014-2015- con 69.155 alumnos en Infantil y Primeria y 38.700 entre Secundaria y Bachiller- cobra  más actualidad y me ha dado pie a trasladaros esta  pequeña reflexión de la que quiero haceros partícipes  , y es que cada curso escolar nos jugamos nuestro  futuro y más aún en los tiempos que vivimos. Escribo estas letras porque creo que no estamos centrando los objetivos, que confundimos instrucción con formación y olvidamos que la verdadera educación es educación para la vida, y es aquí donde creo que estamos herrando, pues si nadie duda de la importancia de materias como Matemáticas, Lengua, Historia, Inglés, Informática y otras… también es verdad que nuestros alumnos tienen  que tener  alforjas y motivación para todas las edades de la vida  y más aún si partimos de reconocer que el verdadero progreso de los pueblos es el progreso moral, como defendía y postulaba un poeta universal como Juan Ramón Jiménez.

Y esto da pie a preguntarse si la tabla de valores que damos a nuestros hijos, a nuestros alumnos es la adecuada, la necesaria para circular por la vida. ¿Se defiende la verdad o mi verdad? ¿Se potencia la voluntad, el esfuerzo, la lealtad, el compromiso y fidelidad a la palabra dada? ¿Educamos a nuestros jóvenes para que respondan de sus actos y sus consecuencias? ¿Se les anima a ser coherentes o se practica la moral de la ocasión o hacer lo que en cada momento convenga, independientemente de su bondad o maldad? ¿Se les inculca el respeto por la dignidad de las personas, independientemente de su edad, raza o posición social? ¿Qué idea se les traslada del ser humano y de la sociedad? Dicho de modo más sencillo y directo ¿Tienen nuestros jóvenes proyectos para todas las edades y un motivo o porqué por el que luchar, sabiendo que en la vida no sólo hay alegría, triunfos, poder, sino también momentos de tristeza, de fracaso, de miseria?¿se les educa el corazón, los sentimientos?  ¿Se les educa para vivir o sólo para ganar dinero? ¿Se alienta la fraternidad y la necesidad que tenemos todos de todos?  Podría hacerme más preguntas pues  la  realidad que nos rodea es bipolar, se dice acatar la Ley y al mismo tiempo se la vulnera, se promete y se incumple sin el menor rubor, se ama y se odia en décimas de segundo, se jura y se traiciona sin el menor rubor , y es que para ser importante o intentarlo vale todo y así nos va que hemos generado una sociedad donde el suicidio es la primera causa de muerte entre nuestros jóvenes. Todo es consecuencia de la sociedad del espectáculo en que vivimos.

 

Ahora ya entiendo aquella respuesta que una hija dio a su madre cuando ésta insistentemente le preguntaba qué quería ser de mayor y ella tímida y titubeante respondió: PERSONA. ¿Les ayudamos entre todos con nuestro ejemplo a conseguirlo? ¡BUEN VIAJE!

 



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