Doce más uno

Viendo una iluminación navideña sin luz me doy cuenta como se ha empobrecido la ciudad. Las fastuosas farolas de tres bombillas lanzan ahora una iluminación mortecina solo con una aunque en algunas céntricas esquinas el concejal de turno debió de apiadarse y permite que sean dos, no una, las bombillas que funcionan. En el entronque entre Hermanos Pidal y al avenida de Galícia veo a un jóven con buena pinta pidiendo limosna a cambio de mostrar sus habilidades como malabarista. Así comenzó el Circo du Soleil. Será obsesión pero noto poca circulación y más espacios libres para aparcar. Saludo en Casa Alvaro al teniente de alcalde Jaime Reinares. Cuando paso por La Manjoya me doy cuenta también como es otro ejemplo de despilfarro. Un valle con amplias calles, magníficas aceras que no tienen muchas vías del centro urbano de la capital y las famosas farolas de tres brazos. Por lo menos el césped está cuidado. Aquí, en estos terrenos de la antigua factoría de Explosivos Río Tinto, es donde en su momento debió construirse el nuevo Hospital Central y no donde está ahora en terrenos de la antigua Cadellada. Menos mal que escucho al consejero de Sanidad Faustino Blanco analizar el presupuesto de su departamento para el 2013 en la Junta General del Principado afirmando con rotundidad a preguntas del diputado del Partido Popular Alfonso Román  que el nuevo HUCA será equipado completamente en dicho ejercicio para arrancar a primeros del 2014 y que el también nuevo hospital de Mieres estará en funcionamiento a finales del 2013. Esperemos, estimado consejero, que no nos pase como con el AVE. Si me dejó preocupado un comentario de Faustino Blanco sobre que la organización SILOE, que en Gijón atiende casos avanzados de enfermos de SIDA y cuyas instalaciones cerca de Mareo un día me enseñó el gran Nicanor López Brugos,  está preparando un ERE para el personal ante las dificultades económicas que tiene y es que la crisis comienza a desbordar la presa de la sociedad de la opulencia y el despilfarro mientras los ingenieros de la misma, los políticos, no atinan en encontrar soluciones adecuadas y que cada día demanda más una sociedad entre cabreada y pasota.

Acudo al salón de actos de la facultad de Psicología para saludar al asturiano Pelayo Gutiérrez, sin duda alguna el número uno del sonido del cine español, ganador de tres Goya y nominado a otros cuatro. Y es que el paisano, natural de Salinas, acompaña al joven realizar malagueño Chiqui Carabante, uno de los directores de cine más iconoclastas y rompederos del momento, que presentó dos cortometrajes más coloquio para mañana, en olor de multitud, proyectar su segundo largometraje, Doce más uno, en la Biblioteca de El Fontán. No es una película para mojigatos, que conste. Al estilo de los Monty Pitton se rié de muchos de nuestros clichés religiosos. Habrá que decirle al chico que Asturias está olvidada por el séptimo arte tras aquella fallida experiencia promovida por Vicente Alvarez Areces que era un organismo para atraer producciones de cine al Principado. Que recuerde, y no se debió al entonces presidente del Principado si no al alcalde de Oviedo que era Gabino de Lorenzo, lo último que se filmó aquí fue Oviedo Express de Gonzalo Suárez y no pasará precisamente como algo a recordar en la historia contemporánea de Vetusta.



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