Por qué voy a Misa?

Siempre me hago esta pregunta cuando ya estoy sentado en la última fila de la pequeña capilla del Hospital (HUCA) ante la imagen de la Santina, Nuestra Señora de Covadonga, no les miento. Pueden verme de 52 semanas, voy poner 45. El resto, ahí estoy. La misa es a las doce.

Ya van para tres años, desde que hago este acto de fe. Y me he dado cuenta de que solemos ser siempre los mismos, quitando los enfermos (de turno) que van con sus batas, goteros y sillas de ruedas. A éstos, para que no se tengan que mover, el sacerdote, se les acerca y les da la "hostia". En estos años, han cambiado los titulares, suelen durar un año o poco más.

Vivo en el centro y tengo iglesias, más próximas. Pero, desde que un día me di cuenta que esta "capilla" con el nuevo traslado al nuevo hospital iba desaparecer, me dije, iré a misa hasta que no quede piedra sobre piedra.

De hecho, he cometido un pequeño hurto (no he sido el único) arranqué un cuadradito del mosaico azul de una columna ( faltan como veinte, les juro, que solo tengo uno ) para tener como recuerdo. Otro día, fui antes que nadie y saque fotos para aburrir. No quedó esquina, ni santo para la posterioridad, algún día se dirá aquí hubo una "capilla", como sería? Cuqui, tiene unas instantáneas, para que la memoria se mantenga viva.

A lo que iba, voy a misa y siempre salgo con la misma duda. Estoy acostumbrado en mi condición de single, de llevar la ropa a la lavandería a que me quiten las manchas de la ropa, pero esto es distinto. Mis delitos -pecados- no pueden quedar limpios con un...simple mea culpa.

De niño cuando acudía al "Colegio de los Hermanos de la Salle (Caborana-Aller)" vivía temeroso y los pecados eran como virus que de acabar con mi vida, estabas condenado. Ni limbo, ni purgatorio, directo al infierno y éste era atroz, llamas, lamentos y arrepentimientos. Ya con unos años más, comentando todo esto con los colegas, se mofaban de mi, siempre para compartir su mismo parecer, añadía: "Cosas de curas, paso". Les mentía - a ellos, mis amigos - a Dios...nunca!

Ahora, que ya los años me van acercando al fin de mis días, es cuando más flaqueo. A estas alturas de este artículo ya no sé por dónde salir. Por si las moscas, seguiré apostando por Dios, de no existir que pierdo? El cielo me espera...soy un "cachú" pan.

 



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