Mercado que no feria

Esta mañana cumplí con el rito de todos los años por estas fechas, darme una vuelta por la Feria Internacional de Muestras de Asturias en Gijón en su 56 edición. Como tantas otras cosas en Asturias este evento ha ido de más a menos ante la indiferencia de la opinión pública y la pobre gestión de la Cámara de Comercio de Gijón que desde que en un día ya lejano dejaron sus órganos rectores Claudio Fernández Junquera y Pedro García Rendueles no levanta cabeza.

Pocas ferias en nuestros país contarán con un recinto tan bien situado y amplio como éste pero lo que tenía que ser, y lo fue durante años, el gran escaparate de la Asturias industrial, comercial e innovadora se ha convertido en un zoco donde las estrellas actuales son los stands de las marcas de automóviles como un apéndice cansado de los concesionarios oficiales. Las grandes empresas han huido -¿Que se lo pregunten a la presidenta de HUNOSA?- y la actividad está cayendo en picado en una feria en la que ni hay ya jornadas sobre economía y problemática industrial, ni visitas importantes con ministros y embajadores a la cabeza, ni nada de nada. Mientras rumio estas negativas sensaciones en una de las terrazas semi vacías veo a lo lejos a un cabizbajo director, el bueno de Alvaro Muñiz, pasear el palmito mientras un poco más allá en el stand de La Nueva España el alcalde de Sariego, el “eterno” Francisco Javier Parajón explica a una decena de personas las excelencias de su concejo, una de las vegas más bonitas de Asturias y en la que hace 40 años estuvo a punto de instalarse en ella una factoría de la Ford pero, claro, entonces el gobernador civil franquista de Asturias era José Manuel Mateu de Ros, de Valencia precisamente, a  donde terminaron yendo los americanos.

A la actual feria le falta garra, expositores atractivos y público; al no acudir empresas importantes se han dejado de adquirir por ellas miles de entradas, restando por tanto muchos visitantes también frenados por los precios de la entrada unido a la crisis general que padecemos. A lo mejor en estos terrenos podría instalarse un parque temático de manera permanente. Me consta que alguien en su momento se lo sopló al entonces presidente del Principado Vicente Alvarez Areces que hoy se encontraba en el recinto ferial en compañía del “brujo” Quini y de el ex árbitro Mejuto. Lo bueno que tiene la feria es que siempre encuentras algún conocido y me di de narices este mediodía con Angel Suárez Iglesias, secretario de acción sindical de la USO y uno de los sindicalistas asturianos que mejor conoce la siderurgia, e incluso la minería, de nuestra región. Angel Suárez, aunque ya jubilado, le ocurre lo mismo que a José Fernández Villa, que jamás tirarán la toalla de la negociación y de la reivindicación en defensa de los trabajadores. Cambiando opiniones sobre la situación actual de Asturias Angel Suárez me confiesa que el conflicto de la minería tal como se planteó fue un error. Lo que comparto, ¿A ver ahora quien moviliza a los mineros para seguir sacando los champiñones de la séptima planta a Victorino Alonso?. Y los tiempos vienen difíciles, no lo pongan en duda. En HUNOSA, me vaticina Angel Suárez, habrá recortes salariales lo mismo que en Arcelor Veriña, que si los trabajadores quieren que el segundo horno alto, ahora reparándose, sea de nuevo puesto en funcionamiento el próximo mes el personal deberá pasar por el aro de aceptar trabajar 90 horas más al año, una disminución de los salarios, que puede ser del orden del 20 por ciento, y tener la maleta preparada por si el indio les envía al paro donde, eso sí, podrán dedicarse a limpiar cunetas y bosques como reclama en público un agotado presidente de la patronal asturiana de nombre Severino García Vigón. Para terminar de pulsar el ambiente abandono el recinto y escucho por la radio al presidente de la Asociación Asturiana de Guardias Privados poniendo a la dirección de la feria de vuelta y media por emplear a aficionados en el control de los accesos a la misma. No, desde luego, que no, el actual presidente de la Cámara de Comercio de Gijón Félix Baragaño no llega ni a los calcaños de Claudio Fernández Junquera aunque el peor de todos fue el catedrático Luis Arias de Velasco, ahora disfrutando de la jubilación en las islas Afortunadas y no lo digo precisamente por lo de La Gomera. Que vergüenza para el cabildo y demás responsables.



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