Oviedo, una ciudad con posibilidades

A pocos días ya de que Oviedo celebre las fiestas de la Ascensión la ciudad espera un verano interesante –se vaticina buen tiempo en general por los metereólogos- y que nuestro depauperado sector de servicios comience a levantar cabeza. El ayuntamiento de Oviedo por decisión de su alcalde Agustín Iglesias Caunedo apuesta ahora por la puesta en marcha de un fondo de capital riesgo para animar a los emprendedores a crear pequeñas industrias. No confío mucho en este tipo de soluciones pero, en todo caso, bienvenido sea. El pasado fin de semana estuvo de turismo en nuestra ciudad un grupo de norteamericanos de Tampa (Florida), ciudad hermanada con Oviedo, con el prestigioso abogado Emiliano Salcines al frente. Salcines en otro tiempo fue fiscal general de aquel Estado y de ascendencia asturiana ya que su madre, creo recordar, era de Candamo y su padre de Santander. Emiliano Salcines es el ciudadano de todos los norteamericanos que he conocido que mejor habla el castellano y tiene aquí muy buenos amigos como el eurodiputado y ex alcalde Antonio Masip así como el ex rector Juan Vázquez quien precisamente en la mañana del sábado pasado les acompañó al edificio histórico de la Universidad con foto incluída bajo la estatua del inquisidor Valdés Salas. En la visita por el Oviedo antiguo todo fueron elogios a nuestra ciudad por este grupo de destacados profesionales y empresarios de Tampa en donde a principios de siglo pasado se asentó una importante colonia asturiana, fundamentalmente procedente de Grado, desarrollando la industria tabaquera cuyos vetustos edificios aún se conservan.

Tras el paseo por el Oviedo antiguo, sidra y buenas viandas en Casa Gervasio antes de continuar su tournée por el norte de España –venían de Santiago de Compostela-. Precisamente les impresionó también el palacio de congresos diseñado por Santiago Calatrava y que en las primeras fechas del próximo junio acogerá un importante congreso de dermatólogos a nivel internacional.

Aunque nuestro comercio está muy tocado por la crisis, y la federación que preside Severino Alvarez Zaragoza hace todo lo que puede por combatirla –la tarjeta de asturtiendas en colaboración con el Banco Popular, cuyo presidente Angel Ron trabajó una década en dicha entidad en Oviedo, es todo un éxito- todas las iniciativas son en estos difíciles momentos pocas para iniciar la recuperación. Aún conservo vivos mis recuerdos de infancia cuando aquí se celebraba la Quincena Comercial, una iniciativa impulsada por aquel mago de la publicidad que fue Manolito Brun, y que traía a nuestra ciudad con actuaciones en el paseo de los Alamos a los artistas de cine más en boga de España en aquellos años –inicio de la década de los 60- como una espléndida Carmen Sevilla y un joven Fernando Fernán Gómez quien en cierta ocasión logró comer tres platos de fabada en un famoso restaurante situado en la calle la Rúa –Malani creo que se llamaba-.

Pese a todo hoy Oviedo continúa siendo una ciudad muy atractiva para los visitantes y, por ejemplo, me consta el interés en estos momentos de un importante grupo francés de servicios, que acaba de instalarse en Cataluña con superficies de medio pelo, por hacerse con los 50.000 metros cuadrados que estarán pronto disponibles por Jovellanos XXI en el solar hoy en construcción a la entrada de Oviedo por la llamada “y”. Para los franceses esa entrada por una autovía es vital cara al negocio y en principio su estudio sobre las posibilidades comerciales de la capital del Principado es positivo, otra cosa será si al final hay acuerdo.

Del nivel de los profesionales del sector servicios tenemos el ejemplo del camarero Juan Carlos López Martínez desde hace 32 años llevando el comedor del restaurante La Goleta en la calle Covadonga y que precisamente se acaba de jubilar. Con una dilata vida profesional su única preocupación es que su primer día como jubilado, el pasado domingo, coincidió con el descenso del Sporting a segunda división, él que nació en la villa de Jovellanos y es un forofo apasionado del equipo de El Molinón.

Carlos, nacido en 1947 en Gijón, vino a los dos meses para Lugones y luego a Oviedo donde cursó estudios en el colegio Hispania y en la Academia Ojanguren. Aunque su primer trabajo fue en Curtidos Artime con don Victorino, toda una institución en aquel tiempo de 1964 en el comercio de Oviedo, un año después el destino le llevó al campo de la hostelería siendo fichado por el gran restaurador Ramón Suárez del restaurante El Marchica donde estuvo una temporada, restaurador a quien le había recomendado el propietario de una conocida fontanería local, la de Medina en la calle del Sol. Carlos estuvo también en el Kopa Club, aprendiendo a través de cursos del PPO, en el balneario de Salinas cuando lo regentaba Juan Piris y en la cafetería Ronda en los bajos del edificio de La Jirafa en la calle Pelayo. La superación profesional le llevó a trabajar una temporada en el hotel Belvedere de Palma de Mallorca y de ahí vuelta a la madre patria para pasar a pertenecer a la plantilla del Club de Tenis de Gijón con clientes tan representativos como Manuel Vega Arango y Juan Nespral.

Como si de un buen delantero se tratase otro de los grandes de la hostelería asturiana, Conrado Antón, le trajo de nuevo a Oviedo para su restaurante en la calle Arguelles y de ahí cuando el hijo de Conrado, Marcelo Conrado Antón Pertierra, abre La Goleta, se trajo a Carlos hasta ahora en que se jubila. Resultaría casi imposible enumerar la cantidad de personajes famosos en todos los terrenos a los que atendió en su larga vida profesional. Camilo José Cela, a quien le pirriaban las patatas con langostinos, una de las especialidades de la casa, Ramón Areces, no hace mucho Florentino Pérez, etc. Carlos recuerda como no hace muchos meses Margarita Zavala, esposa del presidente de México Felipe Calderón, le soltó trescientos euros de propina tras degustar una merluza del pinchu.

Con su dilatada experiencia a cuestas Carlos, no podía ser de otra manera, está preocupado por la situación del sector y en especial por la crisis que cierra el paso a la gente joven. Solo la formación y el buen trabajo, en su opinión, podrán sacarla adelante. Gran verdad



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