El brazo incorrupto de Santa Teresa

Para alejarme de tanta intoxicación política como hay en nuestra querida Asturias me vengo a Salamanca en donde por fortuna para su campo parecen caer las cataratas del Niagara. Ello no me arredra en compañía de mis buenos amigos de Cudillero para llegar a Alba de Tormes para visitar el brazo incorrupto de Santa Teresa de Jesús. Bonito pueblo en el que nació la casa de Alba pero que vive exclusivamente del tirón turístico y religioso de la santa para mayor gloria de su ayuntamiento. Una guía puesta por el mismo, Lina Sánchez, nos explica con gran profesionalidad la historia de la santa, parte de cuyo cuerpo incorrupto, corazón y brazo, se muestran al visitante así como la habitación en la que murió en la que si no te avisan antes recibes un susto, de una santa, por supuesto, al encontrarte un maniquí imitando a Santa Teresa.
A guía tan profesional no me resisto a preguntarle si era verdad que Franco tenía en su dormitorio una reliquia de Santa Teresa, concretamnte su mano incorrupta que por lo visto había cogido en Ronda (Málaga) donde estaba depositada. Para mi sorpresa -bien creí que se trataba de una leyenda urbana- Lina Sánchez no solo me lo confirma sino que me explica que el general no se separaba de la reliquia que llevaba en todos sus viajes, quizás como amuleto para la buena suerte que siempre tuvo. Ahí está esa serie de atentados fallidos. A su muerte la viuda, Carmen Polo, devolvió la mano incorrupta de Santa Teresa al pueblo de Ronda.
El Tormes baja con aguas crecidas y el frio hace justicia a los 3 grados de temperatura que refleja el termómetro de una farmacia. Junto al río me topo con una estatua del Papa Juan Pablo II en un calle qu se llama “Caídos por la patria”. El pueblo de Alba de Tormes es bonito, está limpio, y las yemas que una monja de color me vende con amor a la puerta del convento de clausura hace que poco después me chupe los dedos.
En esta recia tierra castellana, en donde, por supuesto, nadie me pregunta por Francisco Alvarez-Cascos ni por la situación de ingobernabilidad de Asturias, así que al final terminas hablando sobre el Madrid-Sporting con
el camarero que sirve un buen vino de Ribera. De lo que no se libra Salamanca, ni ninguna otra capital de España, es de tenergran cantidad de pisos y locales en venta y alquiler por toda la ciudad. Aquí la crisis también aprieta con unos precios en cuanto a servicios muy parecidos a llos de nuestra tierra con la diferencia de que en Salamanca pides un simple vino y te obsequían con una tapa generosa que además tu mismo eliges.
Alba de Tormes es también tierra de buenos alfareros. Felipe Pérez Fernández es uno de los más importantes con un taller junto al castillo de los Alba en el que muestra sus habilidades en directo a los turistas. A la entrada luce con orgullo un diploma del año 1975 firmado por el entonces concejal de Gijon Fernando Adaro de Jove por la colaboración hecha por este alfarero con el Museo del Pueblo de Gijón en el que estuvo unos meses. Junto al diploma las siguientes frases:

Oficio noble y barroco
entre todos el primero
pues con las artes del barro
Dios fue el primer alfarero
y el hombre el primer cacharro.

Salamanca, de siempre muy vinculada a Asturias, con su universidad, catedrales e iglesias, me ha vuelto a encantar. Incluído el brazo incorrupto de Santa Teresa. Siempre digo que nunca te acostarás sin conocer una cosa más. Y así ha sido en este lluvioso y frio fin de semana.



Dejar un comentario

captcha