Nanopartículas biodegradables para combatir el cáncer

Nanopartículas biodegradables para combatir el cáncer

Los tratamientos de inmunoterapia contra el cáncer se basan en la modificación en el laboratorio de los linfocitos T del paciente para que localicen y destruyan las células cancerosas. Ahora, un grupo de científicos ha creado unas nanopartículas biodegradables que pueden realizar ese proceso directamente en el cuerpo del enfermo, acelerando así el tratamiento.

 

La modificación de las células T en los tratamientos de inmunoterapia se realiza en el laboratorio. / Fotolia

La inmunoterapia celular es un tratamiento que ayuda al sistema inmunitario a combatir el cáncer u otras enfermedades infecciosas. Consiste en la extracción y cultivo en el laboratorio de células o linfocitos T del paciente que, tras aumentar su número, se devuelven a su cuerpo para luchar contra esas patologías.

Este tipo de terapias han resultado ser muy prometedores pero llevarlas a cabo consume bastante tiempo y dinero. A día de hoy, se tarda un par de semanas en preparar esas células para poner el tratamiento en práctica.

Sin embargo, un grupo de científicos del Instituto de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson de Seattle (Estados Unidos) ha desarrollado una nueva estrategia de inmunoterapia basada en la reprogramación de los linfocitos T mediante el uso de nanopartículas biodegradables.

Este método ahorra los pasos de cultivo de las células T en laboratorio realizando la modificación dentro del cuerpo del paciente

El estudio, publicado esta semana en la revista Nature Nanotechnology, explica cómo estas nanopartículas pueden reprogramar directamente las células T en el cuerpo del paciente para que localicen y destruyan las células cancerosas.

Tratamiento más rápido

“Nuestra tecnología es la primera que puede programar rápidamente la capacidad de reconocer tumores en los linfocitos T sin necesidad de extraerlos y manipularlos en el laboratorio”, explica Matthias Stephan, autor principal del estudio.

Estas nanopartículas biodegradables transportan los receptores antígenos quiméricos, o CARs, que localizan y eliminan las células cancerosas. Esos receptores son los que se adhieren a los linfocitos T en un proceso que, normalmente, se realiza en el laboratorio durante los tratamientos de inmunoterapia celular.

Con esa técnica se ahorran los pasos de cultivo in vitro, reduciendo así el tiempo en el que se puede comenzar a tratar la enfermedad desde su diagnóstico. Para los expertos, se trata de convertir el cuerpo del paciente en una especie de ‘laboratorio de ingeniería genética’.

“Nunca he tenido cáncer pero si me lo diagnosticasen querría empezar el tratamiento lo antes posible”, añade Stephan. “Quiero que la inmunoterapia celular sea una opción de tratamiento desde el mismo día del diagnóstico y que sea capaz de realizarse en entornos cercanos a lso pacientes”.

Próximos pasos y otras aplicaciones

El equipo comprobó la eficacia de sus nanopartículas usando un modelo preclínico de leucemia en ratones. Compararon su estrategia con el tratamiento con quimioterapia y con inmunoterapia con células T reprogramadas en laboratorio. 

Los resultados mostraron una mejora en la media de supervivencia de 58 días, cuando la habitual se encuentra en dos semanas.

Se prevén otras aplicaciones de este modelo para combatir enfermedades infeccionas como hepatitis o sida

Sin embargo, aún tendrán que superar varios obstáculos para acercarse a las pruebas en seres humanos. El equipo trabaja en nuevas estrategias para hacer que el sistema sea seguro para las personas.

Además, los científicos colaboran con otros grupos de investigación del centro Fred Hutchinson para usar este mismo modelo en el tratamiento de tumores sólidos.

Los autores prevén otras aplicaciones para combatir otro tipo de enfermedades. En teoría, las nanopartículas pueden modificarse para ayudar a pacientes cuyos sistemas inmunes necesitan un impulso pero que no pueden esperar varios meses a que una vacuna convencional haga ese efecto.

“Esperamos que pueda usarse en el tratamiento de enfermedades infecciosas como la hepatitis o el sida”, concluye Stephan.

Dejar un comentario

captcha