El Rey propone a Rajoy como candidato a la Presidencia del Gobierno

El Rey propone a Rajoy como candidato a la Presidencia del Gobierno
S.M. el Rey, Felipe VI, ha comunicado esta tarde a la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, que propone al presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, como candidato a la Presidencia del Gobierno, de acuerdo con el procedimiento establecido en el artículo 99 de la Constitución.
La presidenta del Congreso, Ana Pastor, ha anunciado la propuesta en rueda de prensa en la Cámara Baja, al regresar de su reunión con S.M. el Rey en el Palacio de La Zarzuela. Felipe VI le ha comunicado su decisión tras la ronda de consultas celebrada entre el 26 y el 28 de julio con los representantes designados por las formaciones políticas que obtuvieron representación parlamentaria en las pasadas elecciones.

Sesión de investidura

Una vez formulada la propuesta para la Presidencia del Gobierno la presidenta del Congreso de los Diputados fijaría la fecha para celebrar la sesión de investidura, en la que el Congreso decidiría si otorga su confianza al candidato propuesto por el Rey y le encargaría la formación de Gobierno.
Esta sesión, prevista en el artículo 99 de la Constitución y regulado en los artículos 170 a 172 del Reglamento del Congreso de los Diputados, comenzaría con la intervención del candidato a la Presidencia, que expondría ante la Cámara el programa del Gobierno que pretende formar y solicita al Congreso la confianza para hacerlo. Los representantes de los distintos grupos parlamentarios toman la palabra después para plantear su posición.
Finalizado el debate se realiza la primera votación, en la que el candidato necesita el apoyo de la mayoría absoluta de la Cámara, es decir, 176 diputados, para ser elegido presidente del Gobierno. Si no la obtiene, se realizará una nueva votación pasadas 48 horas, y el candidato será investido presidente si obtiene mayoría simple, es decir, más votos a favor que en contra.
En caso de que la Cámara no otorgara la confianza al candidato, el Rey volvería a presentar otra candidatura mediante el mismo procedimiento, y se repetiría la fórmula del debate de investidura. Si pasados dos meses desde la primera votación ninguno de los candidatos propuestos es elegido, se tendrían que convocar nuevas elecciones. En este caso, sería la presidenta del Congreso la que sometiera a la firma del Rey el Decreto de disolución de las Cortes Generales y de convocatoria de elecciones generales.

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