La carta recibida de Luis José de Ávila

La carta recibida de Luis José de Ávila

Oviedo.-El periodista asturiano Luis José de Ávila cuenta desde hoy con una calle a su nombre en el ovetense barrio de La Florida. Más de doscientas personas se dieron cita en al acto, presidido por el alcalde de Oviedo y en el que familia, amigos y colegas arroparon a Ávila, a quien como buen amante de la novela negra y el cine policíaco no faltó una intrigante carta, no la robada de Poe, sino la que le entregó en mano un amigo, colaborador de AsturiasMundial, Cuqui, franqueada en Correos este mismo viernes y la primera que se entrega en la inaugurada calle, dirigida, además, a quien da nombre a la misma. Franqueda, por cierto, con dos flamantes timbres postales, el de Felipe VI y el de la primera reina asturiana contemporánea, Doña Letizia.

 

 

Luis José de Ávila, visiblemente emocionado al inicio de su intervención, recordó no sólo sus propios inicios en Región y las vivencias al frente de periódicos asturianos como La voz de Asturias --"ninguno de los cuales cerró estando yo al frente"-- sino también que Oviedo y Asturias han dado nombres de fuste a la historia del periodismo español. Ávila se refirió también a su propio estilo, más del cronista de la sociedad de su tiempo que de otros géneros del oficio, una cualidad a la que se refirió también Caunedo al afirmar que "Seguramente si ahora le preguntamos a Ávila, podría hablarnos de un sinfín de ovetenses que hicieron historia de Oviedo sin trascender de sus barrios o de su trabajo o de su tertulia. Es la historia que a Ávila siempre le ha gustado contar: la historia de las personas, con sus matices pequeños y cercanos, y sus intrincadas relaciones, que en una ciudad como Oviedo unen a cada uno con una inmensidad de gentes. De hecho, siempre he creído que para Ávila lo importante son las historias y las personas, más que las noticias que puedan protagonizar. Y que, para él, lo importante es contar la historia, no escribirla al uso."

 

Colegas del distinguido, miembros de la peña El Urogallu, amigos de muy distinas profesiones y estamentos sociales, antiguos compañeros de colegio como Antonio Masip y una completa representación de la sociedad ovetense y asturiana, en defrinitiva, arroparon a Ávila en un día muy especial, compartido con su mujer y sus hijos y al que puso sonoro colofón un espontáneo 'ochote' con dos asturianadas como dos soles. 

 



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