PODEMOS propone un modelo cultural para Oviedo 'que no esté al servicio del Gobierno de turno'

PODEMOS propone un modelo cultural para Oviedo que no esté al servicio del Gobierno de turno

En la llamarga deparada por la zarzuelera “gestión cultural” de la administración de Gabino de Lorenzo, es normal que tanto la ciudadanía como los propios artistas hayan acogido más que con interés, con asombro, la Noche Blanca de Caunedo. No obstante, ni los unos ni los otros, hemos de conformarnos con esta traca a la luna por muy ruidosa que sea, Un gasto tan ruidoso como efímero, y por eso debemos y PODEMOS profundizar en el análisis de este modelo cultural:

        

         Vaya por delante que nuestra postura crítica no atañe en modo alguno a los contenidos, las obras, las artistas, los difusores ni al público participante sino al modelo cultural y la gestión municipal del mismo.

 

         Hablamos de un modelo cultural integrado desde sus inicios en la concepción neoliberal de las ciudades y/o los países como “marcas”. Un enfoque que en demasiadas ocasiones ha pretendido instrumentalizar la oferta cultural para ponerla al servicio de los intereses propagandísticos de la administración de turno. No olvidemos que la primera Noche en Blanco española fue la impulsada en 2006 por Gallardón, un proyecto integrado en la nefasta gestión de las sucesivas candidaturas olímpicas. Una Noche en Blanco que, año a año, ampliaba el rechazo de los propios colectivos artísticos languideciendo con cada edición hasta apagarse por completo como la llama que nunca llegó a encenderse en el pebetero. Un modelo cultural, por tanto, que aquí importamos cuando ya ha fracasado en otros lugares. Un modelo que, no obstante, tal vez sí que sirva para modernizar la imagen de un regidor nunca electo por la ciudadanía, depurando el rancio aroma del legado gabiniano de su imagen pública, pero un modelo, al fin y al cabo, absolutamente vertical con una oferta cultural diseñada desde la administración y otorgada a la ciudadanía casi como si de una dádiva se tratase. Un modelo que pervierte la función crítica de la Cultura hasta deparar inquietantes titulares de prensa («La Noche Blanca perfila su programa a la espera de la aprobación de los políticos.»). Como bien dice su Director Artístico «una “noche blanca” o “en blanco” tiene algo de agitación» pero ¿puede considerarse ‘agitación’ una actividad completamente programada tanto en los espacios como en el tiempo?... Y más cuando son numerosos los ejemplos (el más famoso es el de Bruselas) de utilización perversa de la Nuit Blanche para estudiar el comportamiento nocturno de las masas e implementar a partir del mismo medidas para su control. 

 

         En definitiva, una Noche Blanca con demasiados claroscuros y a la que, por supuesto, PODEMOS proponer un modelo alternativo:

 

         Un modelo de gestión cultural participativa que en ningún caso implique injerencia política.

 

         La partida presupuestaria de la Noche Blanca ovetense de 2013 ascendió a 93.750 € y no seremos nosotros quienes cuestionemos la inversión cultural pero sí, en cambio, la opacidad en el desglose de la misma o la idoneidad de su distribución.

         Por un lado, ¿qué porcentaje de ese presupuesto llega a las artistas o a los difusores directos? No olvidemos el carácter altruista con el que muchos creadores participaron en la anterior edición por lo que se impone la necesidad de una total transparencia en las cuentas. ¿Quiénes son y qué cantidad perciben los intermediarios? ¿Cuánto es destinado exclusivamente al montaje del atrezzo que sirva de marco al desfile fotográfico del alcalde?... cuestiones que cobran pleno sentido cuando, tras el cotejo del programa de la NB 2013, nos encontramos con que más de la mitad de las actividades son un calco de las programaciones realizadas en años anteriores por colectivos culturales independientes a coste cero para la ciudadanía.   

         Por el otro —y en estrecha relación— casi la mitad de los presupuestos municipales destinados a actividades de éste tipo se explosiona como fuegos de artificio en una sola noche mientras que en esos mismos presupuestos las partidas destinadas a colectivos, asociaciones o PYMES culturales son prácticamente inexistentes. No dudamos que un reparto equitativo de esos 93.750 € en partidas anuales autogestionadas por los verdaderos actuantes culturales sería mucho más productivo facilitando de este modo la creación de una oferta cultural constante que pudiese además irradiarse tanto a los barrios como a las zonas rurales y no exclusivamente al centro de la ciudad o a los espacios que, como en el caso de los terrenos de La Fábrica de Armas de La Vega, la administración pretende reivindicar con fines que poco o nada tienen que ver con la cultura.

 

         Por todo ello, una única velada no es suficiente. Queremos que todas las noches emanen y respiren cultura. Una cultura entendida, además, no sólo como espectáculo o escaparate. Una cultura que surja del tejido social donde todos los ciudadanos puedan ser tanto emisores como receptores. Una cultura verdaderamente espontánea, permanente, autogestionada y decididamente crítica. Una cultura que vaya mucho más allá del efecto placebo de una sola Noche Blanca y que necesariamente ha de pasar por asumir modelos de gestión sin injerencia política en los que sean sus propios artífices quienes articulen la oferta cultural.  

 

FOTO: Asamblea de PODEMOS en El Fontán. David Dekat

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