Recepción papal al arzobispo y al auxiliar de la Archidiócesis asturiana

Recepción papal al arzobispo y al auxiliar de la Archidiócesis asturiana

 

Ciudad del Vaticano.-El Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes y el Obispo Auxiliar, Mons. Juan Antonio Menéndez, han podido entrevistarse esta mañana con el Papa Francisco durante algo más de una hora y media, en el marco de la Visita Ad Limina de todos los obispos españoles al Vaticano. Junto a ellos, se encontraban los restantes obispos pertenecientes a la Provincia Eclesiástica de Oviedo y los pertenecientes a la Provincia Eclesiástica de Santiago.

 

“Ha sido un encuentro con un hermano mayor o un padre que acoge a otros hermanos que están en Iglesias particulares tratando de llevar adelante la alegría del Evangelio”, ha manifestado el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes, a la salida de la Audiencia. “Hemos tenido un primer momento de saludo, donde le pude hacer entrega al Santo Padre de un regalo especialmente traído desde Asturias, el Libro de los Testamentos, presente de la vieja Historia de un pueblo cristiano que renace en Covadonga, y le expliqué que la Santina venía a ser la Luján de Asturias” –recordó. En ese momento, Mons. Jesús Sanz mencionó a los parientes asturianos del Papa, y pudo saber por boca del propio Pontífice que eran en realidad unos lejanos familiares políticos que nunca había llegado a conocer.

 

“Pronto todos comenzamos a charlar como hermanos –ha descrito el Arzobispo de Oviedo–. Primero intervino el Arzobispo de Santiago, Mons. Julián Barrio, dando algunos datos sobre su diócesis y planteándole al Papa algunas cuestiones, y después he intervenido yo, que también le hablé de nuestra diócesis y después le hice una pregunta: ¿cómo hacer para llevar el Evangelio de la alegría siendo hijos de Dios, hijos de la Iglesia e hijos de nuestro tiempo?, pues como franciscano sé que San Francisco acertó a vivir esa triple filiación. Y él nos respondió que quizá hoy tenemos dificultades para vivir dentro de nuestro tiempo, pues nos encontramos con personas nostálgicas de un pasado que ya pasó o utópicos de un futuro que no ha llegado, pero que hay que vivir con apasionamiento el momento presente abrazando al hermano que está con nosotros”.

 


 

En un ambiente de “grandísima cordialidad, donde ha habido momentos para la broma, y hasta un par de chistes del Papa”, tal y como recuerda el Arzobispo, “el Santo Padre ha insistido en que tenemos que estar muy cerca de los jóvenes –de los chicos, decía él–, particularmente los jóvenes heridos, los que no han encontrado aún trabajo, jóvenes que vienen de familias desestructuradas y destruidas”, y quiso recalcar el Papa “al menos esos jóvenes están, pues a otros no les dejaron nacer”. Tuvo palabras también para “los ancianos, que tienen la sabiduría, la experiencia larga de la vida de los que tenemos tanto que aprender, así como de los sacerdotes mayores, de los que dijo cosas preciosas, y nos recordó que debíamos tener con ellos comprensión y misericordia, además de escucharles siempre”.

 

El encuentro finalizó con la oración del Ángelus, y seguidamente tuvo lugar la Audiencia General del Papa Francisco con todos obispos de la Conferencia Episcopal Española. En ella, su presidente, el Cardenal Arzobispo de Madrid, Mons. Antonio María Rouco, tuvo unas palabras dirigidas al Pontífice, en las que describió a la Iglesia en España ante “una nueva situación, con retos semejantes a otros países de Europa, que nos exigen como pastores promover y suscitar una nueva cosecha de evangelizadores. De ahí, nuestra preocupación por las vocaciones al ministerio sacerdotal, a la vida consagrada y al laicado apostólicamente comprometido según las enseñanzas del Concilio Vaticano II y del magisterio posterior”. Mons. Antonio María Rouco quiso hacerse además “portavoz de un deseo común por parte de todas las Iglesias presentes”, de invitar al Papa “a visitar España y confirmar a nuestro pueblo en la fe apostólica. El V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, santa española y universal, nos ofrece una oportunidad de excepcional valor evangelizador”, proclamó el cardenal, refiriéndose a la efeméride que tendrá lugar en Ávila en el año 2015.

 

Por su parte, el Papa en su discurso a los obispos españoles también hizo referencia a la Historia de España y animó a los obispos a no olvidarla, pues “de ella aprendemos que la gracia divina nunca se extingue y que el Espíritu Santo continúa obrando en la realidad actual con generosidad”. Destacó la importancia de la colaboración de sacerdotes, religiosos y laicos con sus obispos, pues “es importante que el obispo no se sienta solo, ni crea estar solo, que sea consciente de que también la grey que le ha sido encomendada tiene olfato para las cosas de Dios”. Y recordó que “el momento actual, en el que las mediaciones de la fe son cada vez más escasas y no faltan dificultades para su transmisión, exige poner a vuestras Iglesias en un verdadero estado de misión permanente, para llamar a quienes se han alejado y fortalecer la fe, especialmente en los niños”. Y por ello destacó también el Papa la necesidad de “favorecer la preparación al matrimonio y el acompañamiento de las familias, cuya vocación es ser lugar nativo de conciencia en el amor, célula originaria de la sociedad, transmisora de vida e iglesia doméstica donde se fragua y se vive la fe”. Recordó asimismo la importancia de la pastoral vocacional, y reconoció la inmensa labor de Cáritas en España, “y otras obras benéficas de la Iglesia”, que “han merecido gran reconocimiento, de creyentes y no creyentes. Me alegra mucho, y pido al Señor que esto sea motivo de acercamiento a la fuente de la caridad, a Cristo que pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos”, dijo el Papa Francisco.

 

 

 

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